Es común que a las feministas se las masculinice y, por ende, se las demonice. Hay una cultura que intenta que las mujeres se odien a sí mismas. Y muchas, por este motivo, son incapaces de acceder a lo que quieren debido al tiempo en que les enseñaron que lo que sus cuerpos son está mal.
El feminismo y la experimentación es para mujeres que pueden plantarse y defenderse.
Hay algo atávico respecto del juego en las mujeres. Cuando los hombres descubrimos, alentamos y respetamos esto, todos somos más felices.
Las siete mujeres que conducen el proyecto editorial Odelia Editora saben jugar y defender lo que hacen. “Tenemos como objetivo construir un catálogo diverso, polifónico, multicultural, igualitario y movilizador; integrado por autores nacionales y extranjeros, y disponible en papel y digital en Argentina y el mundo. Para esto, la premisa es que nuestros libros no sean indiferentes al público. Somos independientes porque editamos lo que nos gusta. Y porque económicamente somos autogestivas. Pero más que independientes, nos gustaría ser nombradas desde un concepto que contenga además lo interdisciplinario, lo transversal, lo horizontal, lo sinérgico que habita en Odelia y que va creciendo a medida que interactuamos con lectores, libreros, otras editoriales, centros culturales, agencias literarias, traductores, periodistas” Así se presentan en su web Karen Álvarez Tedín, Camila Chenlo, Elizabeth Di Benedetto, María Belén García Vázquez, Yanina Giglio, María Eugenia Krauss y Jazmín Teijeiro. Son una Hidra de siete cabezas. En la mitología griega, la Hidra era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala y aliento venenoso (cuyo número de cabezas va desde tres, cinco, siete o nueve hasta cien, incluso diez mil según la fuente).
El último libro que publicaron es el primero de la colección Atómica, una colección en pequeño formato. Té de litio, de Soledad Olguín, inaugura esta colección con una novela cuya poesía oscura, inextricable, poderosa, hace de esta obra una de las novelas más originales de los últimos tiempos.
En otro orden ideológico del abanico social está Viviana Canosa que, en todos sus programas, le agradece al público por permitirle liderar la franja. Su programa me indigna y me divierte. Setenta por ciento de una cosa y treinta por ciento de la otra. En todos o casi todos sus programas dice que una de las cosas más importantes del universo es la familia. Ríe. Ríe mucho. Canta y baila. Pero también se pone seria y se enoja. Es una mala actriz. Su fuerte son los golpes de efecto y los latiguillos. “A quejarse que se acaba el mundo” El 9 de marzo (un día después del Día Internacional de la Mujer) mandó a las mujeres del movimiento feminista a bañarse, depilarse y laburar.
Canosa, a diferencia de las mujeres de Odelia Editora, no sabe jugar
Tal vez, muchas feministas digan que en esto, sobre todo al principio de la nota, estoy haciendo mansplaining (hombre explicando). No me importa. Creo que somos muchos a los que nos tienen que explicar para seguir aprendiendo y a su vez tenemos que argumentar utilizando todas nuestras herramientas, todas las que tengamos a mano.
Por último, y en esto las responsables de Odelia Editora van a estar de acuerdo: por supuesto que son importantes los triunfos, pero más importante es la resistencia y la constancia para conseguir esos triunfos.
*Escritor y poeta argentino.
