La oposición puede y debe ampliar su base y organización

 Hemos asistido a numerosas discusiones y estudios sobre el retroceso global de las democracias, es así que en el concierto de las naciones los países considerados libres se redujeron a 82 y esta en el nivel más bajo de los últimos años. Hay una especie de seducción del autoritarismo.

La Argentina aún permanece en el grupo de países libres, aunque la agenda del gobierno preanuncia un deslizamiento peligroso hacia el autoritarismo. Los síntomas son claros:  ataque al Poder Judicial, a los medios de comunicación que le son críticos y se advierten gestos autocráticos en el ejercicio del Poder. Solo señalar lo sucedido en el Senado de la Nación al dividir el Bloque de senadores oficialista para quedarse con los representantes de mayoría y minoría y obtener por una vía tramposa un miembro más para integrar el Consejo de la Magistratura.

La crisis recurrente de la economía impacta directamente en el sistema político argentino y da como resultado una muy baja calidad de la democracia y crisis de representación política

La crisis recurrente de la economía impacta directamente en el sistema político argentino y da como resultado una muy baja calidad de la democracia y crisis de representación política. ¿La pregunta es si la oposición está haciendo todo lo que debe? Sabemos que la República reclama que la oposición debe hacerse cargo y es responsable de aportar para mejorar los mecanismos de control y ofrecer una alternativa política que ofrezca un proyecto de desarrollo para el país y no solo conformarse en supervisar, criticar y denunciar la actividad del gobierno.

 A la luz de los hechos históricos, la oposición ha sido en parte responsable de lo sucedido en Venezuela y ese ejemplo, como tantos otros que nos ofrece la historia de los pueblos, debe ser tenido muy en cuenta a la hora de construir lo que la sociedad reclama.

Advertimos que la coalición opositora se cerró sobre sí misma ahora y cuando estuvo en el poder, dejó afuera o destrató a muchos opositores del “Frente de Todos”. Por soberbia, triunfalismo o por miedos a perder privilegios. Lo cierto es que esa falta de generosidad se hizo evidente en muchas provincias y ciudades.

Se pregona la apertura y amplitud, pero a la hora de la verdad muchas fuerzas políticas de historia y arraigo no han sido tratadas con respeto o son vetados por algún miembro encumbrado de la coalición y dirigentes emergentes de buena imagen y arrastre popular son marginados. Asimismo, Partidos provinciales, vecinales que tienen dirigentes de valía y predicamento pueden aportarle al conjunto el plus necesario para asegurar la posibilidad de la alternancia y sobre todo resguardar la democracia que está acechada cuando se ataca a la prensa libre y se la censura desde el poder o se escracha a los opositores por medio de las redes sociales escondidos en el anonimato.

Una coalición no solo para ganar elecciones, sino una que garantice un gobierno que genere los consensos

La idea es la de agrupar a todos ellos en una gran Confederación de Partidos que están en toda la geografía del país, dotarla de una estructura orgánica que sea una voz que suene con fuerza dentro de la coalición, con una mirada federal que se aparte del centralismo porteño y del cono urbano de la provincia de Buenos Aires, desde donde parten emisarios para evitar que esta pueda organizarse, porque se los quiere sumar individualmente a tal o cual candidato. Es lamentable que no se advierta que hay un superior interés que es el destino de un país que debe resurgir, recuperar valores y cumplir por fin el anhelo de su pueblo, que es el de vivir sin sobresaltos y en paz.

La energía debe estar puesta en ampliar con generosidad a los que deberían estar y contener a los que están. En definitiva, una coalición no solo para ganar elecciones, sino una que garantice un gobierno que genere los consensos necesarios básicos con política públicas de estado que saque a la Argentina de la postración.

*Secretario General PDP. Politólogo y Ex Embajador en Portugal.