OPINIóN
Será historia

La receta médica de papel está en vías de extinción

Permitió eliminar errores e imprecisiones propias de la transmisión oral y dar por sentados varios aspectos legales de la medicina. Sin embargo, carece de la trazabilidad que garantiza la versión electrónica y pronto desaparecerá.

El 15% de los médicos se fueron de las prepagas.
El 15% de los médicos se fueron de las prepagas. | Reperfilar

La receta de papel ha sido un instrumento crucial en la práctica médica, sirviendo como medio principal para la prescripción de medicamentos y administración de tratamientos farmacológicos. Este documento ha permitido comunicar en forma clara y oficial las instrucciones del médico sobre los tratamientos farmacológicos a seguir por el paciente. 

Además, ha funcionado como un registro tangible de las decisiones terapéuticas, esencial para la continuidad del tratamiento y para el reembolso de costos por parte de seguros o financiadores de salud.

Sin embargo, los médicos ya existían previo a la receta de papel. Es así que, siglos atrás, los facultativos transmitían sus recomendaciones de manera oral o a través de anotaciones menos formales. Esto podía llevar a desafíos significativos en términos de precisión y seguimiento del tratamiento, especialmente en comunidades donde la transmisión oral de información era la norma.

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Lo cierto es que con el advenimiento de la alfabetización y la estandarización de la receta de papel, no solo se eliminaron los errores e imprecisiones propias de la transmisión oral sino que se dieron por sentados varios aspectos legales vinculados a la medicina y los medicamentos. Por un lado, el ejercicio de la medicina por parte del médico que supone de una autorización legal para prescribir medicamentos. Por otro lado, el ejercicio de la profesión de farmacéutico lleva implícita la obligación de dispensar el tratamiento indicado correctamente. Y, en tercer lugar (no por ello menos importante), el derecho de los pacientes de acceder a su tratamiento de manera informada. 

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Legalmente, la receta es el documento que certifica la necesidad de un determinado tratamiento farmacológico para el paciente, jugando un papel fundamental en el control de medicamentos y drogas, especialmente aquellas que pueden ser objeto de abuso o que pueden presentar graves contraindicaciones y necesitan un mayor control por parte los Estados.

Receta digital y pandemia 

Desde su origen, la receta de papel fue el elemento central de vínculo y definición de tratamientos entre el médico y el paciente. Pero la revolución digital, como era de esperar, también llegó a tocar su puerta y dar lugar a lo que conocemos como receta electrónica o digital.  

En los países desarrollados la receta electrónica comenzó a ganar terreno a finales de la primera década de los 2000, impulsada por el avance tecnológico y la necesidad de mejorar la eficiencia y seguridad en la prescripción de medicamentos. 

En nuestro país, esto no sucedió hasta fines de la década de 2010, donde algunos sistemas informáticos de grandes instituciones comenzaban a emitir prescripciones y certificados por medios electrónicos, pero siempre contando con la firma ológrafa del médico. Esto puede constituir el germen de una receta electrónica pero, en rigor de verdad, se trata de una prescripción confeccionada por medios informáticos firmada de puño y letra por el médico prescriptor.

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Así y todo, el uso de la receta electrónica comenzó a ganar cierto terreno, con el paso de los años, pero fue, como en otros rubros, la pandemia del COVID-19 el catalizador crucial para la adopción masiva, ya que las medidas de distanciamiento social y la necesidad de minimizar los contactos presenciales aceleraron la transición hacia servicios de salud digitales, incluidas las recetas electrónicas. 

Es así que en nuestro país, en plena pandemia se dictó una ley específica de prescripciones electrónicas, legalizado y reglamentando su utilización.

Receta médica de papel en vías de extinción

Más allá de las fechas, hay una serie de aspectos que hacen que este formato se esté afianzando cada vez más, al punto de que muy probablemente falte poco tiempo para que se convierta en estándar. 

Las ventajas de la receta electrónica sobre la de papel incluyen una mayor accesibilidad y legibilidad, reducción de errores por mala interpretación de la letra del médico, un sistema de seguimiento más eficiente para la gestión de prescripciones, y una mejor coordinación entre los profesionales de la salud y las farmacias. 

Sumado a eso, el ahorro del tiempo del paciente en tener que ir a buscar la receta, el factor ambiental de evitar la tala de árboles y otros aspectos que también aplican a otras herramientas digitales que han ido supliendo a sus pares de papel.

El avance hacia un sistema de salud más digitalizado, la demanda de procesos más eficientes y seguros, y la creciente conciencia ambiental hacen prever que la receta de papel se volverá obsoleta o se reservará para situaciones muy específicas.

La tecnología digital ofrece ventajas significativas en términos de accesibilidad, seguridad y sostenibilidad que son difíciles de ignorar. Por otro lado, el Decreto de Necesidad y Urgencia70/2023 posee un capítulo entero dedicado a la prescripción electrónica, haciéndola obligatoria. Y casos como los recientemente hallados de recetas “truchas” del PAMI y de otros organismos ponen el foco aún más en la necesidad de una doble o triple certificación de una receta, cosa que no se puede ejercer sobre la de papel.

Eso y la importancia de tener trazabilidad, como ocurre en los diferentes órdenes de la vida (viajes, calendario, conversaciones, gastos, etc.), tornan casi irreversible el camino hacia una orden médica digital, que se pueda centralizar en el paciente y no esté dispersa en papelitos que suelen perderse, mancharse o no entenderse del todo.

En casos puntuales, podrá seguir teniendo presencia la receta de papel, pero en líneas generales ya es tiempo de darle las gracias por todos los servicios prestados -y el valor esencial que ha tenido en el avance de los tratamientos y el bienestar de la población-  e ir a un esquema electrónico.

*Médico cirujano, fundador de Dctor