En una escalada de tensiones entre Estados Unidos y China, cuya última manifestación ha sido el cierre de los consulados chino en Houston y estadounidense en Chengdu, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, caracterizó al conflicto como una lucha entre la “China comunista y el futuro del mundo libre”. En su discurso, Pompeo, un ex militar egresado de West Point con los mas altos honores, recurrió a una retorica propia de los años 70, recordando el viaje de Richard Nixon a China con el objetivo de romper el aislamiento de la potencia asiática y establecer relaciones diplomáticas. Nuevamente, la ideología y las intrigas de espionaje volvieron a la superficie para transformase en un elemento divisor entre el “ellos” y “nosotros”.
En su reciente libro Orders of exclusion, Kyle Lascurettes afirma la evolución del orden internacional contemporáneo muestra más continuidad que cambio y exhibe un antiguo patrón de relacionamiento en el que los Estados poderosos se dedican a construir el orden internacional no para ser benevolentes e inclusivos, sino para excluir a actores y entidades particulares en la política mundial.
A lo largo de la historia, las élites estatales se han centrado tanto en las amenazas planteadas por la capacidad militar de sus rivales como por movimientos ideológicos contrarios: las amenazas de poder ideológicas. Las grandes potencias persiguen la contención de sus rivales, construyendo “órdenes de exclusión” diseñados para impedir que sus rivales obtengan cualquier ventaja que pueda representar una amenaza para la seguridad del creador del “nuevo” orden.
El ostracismo del rival. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la aprensión estadounidense ante la intimidante amenaza planteada por la Unión Soviética a fines de la década de 1940 es el elemento más importante para explicar el plan de fundación de los Estados Unidos de un orden liberal que alicaído, todavía permanece entre nosotros. Influido por el temor al crecimiento del poder ruso y la influencia comunista, Estados Unidos diseñó nuevas reglas del orden internacional que resaltaron diferencias entre los “comunistas” y el resto de la comunidad internacional, subrayando la relevancia de los regímenes democráticos y las prácticas de libre mercado, con miras a aumentar el aislamiento y el cerco diplomático de la ex Unión Soviética.
Al finalizar la Guerra Fría, Estados Unidos buscó expandir ese orden liberal, ya que, incluso cuando la Guerra Fría estaba terminando a su favor, los funcionarios estadounidenses tenían muy presente la amenaza rusa.
La actual coyuntura nos muestra un escenario donde la estrategia estadounidense es similar a la utilizada en el pasado. China busca aventar esos temores construyendo un marco alternativo de relacionamiento con el mundo, a través de mecanismos de ayuda exterior como la iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda.
El peligro es ceder a la presión de los actores dominantes y caer en alguna de estas esferas de acción e influencia. Preservar el delicado equilibrio entre ambas parece hoy la mejor opción.
*Diplomático. Doctor en derecho. Profesor universitario.