Los trastornos del espectro autista se definen como la dificultad persistente en el desarrollo del proceso de socialización (interacción social y comunicación) junto con un patrón restringido de conductas, intereses y en ocasiones sensoriales. Es un trastorno muy complejo y multicausal hasta el momento.
El autismo está presente en uno de cada 44 nacimientos
Las personas con TEA tienen diversas maneras de aprender, moverse o prestar atención. Requieren de otros tiempos de aprendizaje que no son distintos a quienes no poseen tal trastorno.
Vamos a recordar algunas pautas de alarma:
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Evitar mirar a los ojos a otra persona o no mantener el contacto visual.
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No responder cuando lo llaman por su nombre ( hacia los 9 meses de edad).
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No mostrar expresiones faciales como de felicidad, tristeza, enojo y sorpresa,( hacia los 9 meses de edad).
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No participar en juegos interactivos simples como dar palmaditas con las manos (hacia los 12 meses de edad).
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Usar pocos o ningún gesto, (hacia los 12 meses de edad, por ejemplo, no decir adiós con la mano).
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No compartir intereses con otros niños, adultos o cuidadores ( hacia los 15 meses de edad, ejemplo, no mostrar un objeto que le guste).
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No señalar a algo interesante para mostrarlo ( hacia los 18 meses de edad).
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Ausencia del juego funcional, y simbólico.
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Conductas o intereses restrictivos o repetitivos.
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Presencia de conductas o intereses que pueden parecer inusuales.
Los ejemplos de conductas e intereses restrictivos y repetitivos pueden incluir:
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Poner juguetes u otros objetos en fila y molestarse cuando se cambia el orden.
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Repetir palabras o frases una y otra vez.
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Jugar con juguetes de la misma manera todo el tiempo.
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Enfocarse en partes de los objetos (por ejemplo, en las ruedas).
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Irritarse con cambios mínimos.
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Tener que seguir ciertas rutinas.
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Aletear las manos, mecer el cuerpo o girar en círculos.
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Reaccionar de manera inusual a la forma en que las cosas suenan, huelen, saben, se ven o se sienten.
¿Cómo se llega al diagnóstico del TEA?
El diagnóstico es muy complejo a pesar de que en la práctica se han notado muchos diagnósticos a la ligera. Es difícil porque no existe una prueba médica, como, por ejemplo, un análisis de sangre, muestra de imágenes entre otras. Si bien lo terminan definiendo un neurólogo especialista o en algunos casos Psiquiatra, es necesario contar con una serie de pruebas estandarizadas y no estandarizadas que puedan colaborar en la detección, es necesario si o si evaluar el desarrollo, y la conducta del niño y analizar las diferentes áreas de desempeño.
Las señales que determinan si tu hijo tiene TEL
Las áreas que deben intervenir en la evaluación deben ser Fonoaudiología, Psicopedagogía, Terapeuta Ocupacional, Terapeuta visual, Psicología, en relación a los resultados que se obtengan se podrá acercar al diagnóstico y diseñar planes terapéuticos. Se debe tener en cuenta y las familias sobre todo que el diagnóstico no se da por un solo profesional sino por un Equipo de trabajo.
Las primeras señales aparecen desde muy pequeños. Estudios recientes han demostrado que a los 18 meses de edad, ya es posible obtener tal diagnostico y que este puede ser confiable. Por eso es necesario la intervención temprana.
Tratamiento
A medida que se va profundizando en el tema, se han podido diseñar desde distintas corrientes y áreas, programas y planes de apoyo terapéuticos. Sin embargo, los resultados varían de un paciente a otro. Se puede mencionar:
De tipo Conductual: Modelo ABAS (siglas en inglés) análisis conductual aplicado. Alienta los comportamientos deseados y desalienta los no deseados con el fin de mejorar una variedad de destrezas. Se mide y hace seguimiento del progreso.
En sí esta propuesta no es la única y se pueden apreciar resultados muy satisfactorios con una formación de Análisis conductual que puede tener el profesional.
La terapia cognitivo-conductual (TCC,) también es muy beneficiosa ya que se enfoca en aprender las conexiones entre los pensamientos, los sentimientos y los comportamientos. Durante este tipo de terapia, el terapeuta y la persona trabajan juntos para determinar las metas y luego para cambiar la forma en que la persona piensa acerca de una situación a fin de cambiar su forma de reaccionar a ella.
Intervención desde el Desarrollo: Se centran en mejorar determinadas habilidades relacionadas al desarrollo evolutivo como el lenguaje, la motricidad, resolución de conflictos. Este tipo de intervención va ligada al abordaje del análisis de conductas, donde no solo se trabaja con paciente sino también con la familia. Se mencionan algunos modelos e intervenciones destacadas hasta el momento.
El Modelo Denver de Inicio Temprano (ESDM) se basa en los principios del análisis conductual aplicado. Destinado a niños de 12 a 48 meses de edad. Los padres y terapeutas usan el juego, los intercambios sociales y la atención compartida en entornos naturales para mejorar las destrezas lingüísticas, sociales y de aprendizaje.
También es necesario de terapia ocupacional donde podrá incorporar destrezas que ayudan a la persona a vivir de la manera más independiente posible. Estas incluyen vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas. Además se puede brindar Terapia de integración sensorial para ayudar a mejorar la respuesta a los estímulos sensoriales que puedan ser restrictivos o abrumadores.
Kinesiología y Fisioterapia, que puede ayudar a mejorar las destrezas físicas, como los movimientos finos de los dedos o los movimientos gruesos del tronco y el cuerpo. La coordinación, el equilibrio, propiocepción, control corporal y conocimiento del espacio. Este tipo de intervenciones está basado en la realización de actividades físicas y sensoriales que permiten ser un gran complemento en la terapéutica.
Modelo Floortime, basado en el desarrollo, las diferencias individuales y las relaciones. Utiliza el poder de las relaciones y las conexiones humanas para promover el compromiso, la comunicación, los comportamientos positivos y el pensamiento. Facilita la comunicación y las habilidades sociales.
Intervención educativa: Se destaca el modelo TEACCH se basa en la idea de que el alumno con TEA pueda llegar a su máximo potencial con la consistencia y el aprendizaje visual. Provee a los docentes formas de ajustar la estructura del aula y mejorar los resultados académicos y otros resultados. Por ejemplo, las rutinas diarias se pueden escribir o dibujar y colocar a la vista. Se pueden establecer límites alrededor de las estaciones de aprendizaje. Se pueden complementar las instrucciones verbales con instrucciones visuales o demostraciones físicas.
En cuanto a Alfabetización, también se tiene el Método SELEC, propone una primera Etapa Global donde el niño aprende el abecedario a partir de palabras con las cuales está familiarizado. Requiere un buen soporte de material sensorial para trabajarlo.
Intervención farmacológica: No existe un medicamento para el TEA. Si bien en el ámbito cotidiano se trata el Trastorno como un resfriado están totalmente equivocados. Sí es cierto que en algunos casos se debe administrar un plan farmacológico para tratar otros síntomas o alguna patología asociada.
Y no se puede descartar los tratamientos alternativos y complementarios estos pueden ser incluir una alimentación especial, suplementos a base de hierbas,, terapia con animales, terapia artística, terapias de relajación.
*Especialista en evaluación neurocognitivo y neuro desarrollo infantil. Asesoría Psicopedagogica. Profesora en Uca.