Una vez más el gobierno, en este caso representado por el flamante Ministro de economía, Sergio Massa, dicta una nueva medida con fines únicamente recaudatorios, que no soluciona los problemas de fondo, y que comprueba otra vez que el único especulador es el Estado kirchnerista. Dato: la medida solo tiene vigencia hasta el 30 de septiembre, es decir, el cortoplacismo en su máxima expresión.
El Ministro sin sonrojarse dijo que el “Estado está haciendo un esfuerzo”. Parece increíble que a esta altura de los acontecimientos tengamos que explicar que el esfuerzo lo hace el sector privado.
Con lo anunciado, un productor de soja recibirá aproximadamente $70.000 por tonelada, en caso de que consideremos una soja a 550 dólares por tonelada, descontando las retenciones. Ahora bien, si la soja cotiza alrededor de 550 dólares por tonelada, el productor debería recibir considerando el dólar MEP, aproximadamente $150.000 por tonelada. Y si descontamos las retenciones $100.500.
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Esta más que claro que el esfuerzo sigue siendo de los productores, que recibirán un precio mucho menor al internacional y muy por debajo de lo que reciben productores vecinos en Uruguay y Brasil.
Como si esto fuera poco, cuando le preguntaron por qué la medida es solo para el complejo soja, el Ministro respondió que es para “cuidar la mesa de los argentinos”, rememorando épocas kirchneristas pasadas. Si prohibieran emitir pesos cada vez que un funcionario kirchnerista menciona “la mesa de los argentinos” ya tendríamos menos inflación que Australia.
Pero vayamos al ejemplo del Trigo: no son pocos los estudios que muestran que la incidencia del precio del trigo en el precio del pan es solo del 10%, lo que implica que el precio del trigo tendría que duplicarse para que el pan aumente un 10%. En definitiva, poco tiene que ver el precio del trigo con la mesa de los argentinos.
Tenemos que entender que políticas como las que el kirchnerismo viene implementando hace años, que reducen los precios que recibe el productor por su trabajo, no sólo no bajan el precio de los alimentos de la “mesa de los argentinos”, sino que por el contrario, al elevar el piso económico a partir del cual es conveniente poner a producir un campo, lo que hacen es reducir la producción, y con ello aumenta el precio de la “mesa de los argentinos”.
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La situación actual no solo perjudica al sector agropecuario, sino a toda la economía argentina en su conjunto, porque son menos viajes de camiones, menos ventas del comercio, menos oportunidades de trabajo en la Argentina federal que necesitamos.
Estamos hablando del sector que hoy genera casi 4 millones de puestos de trabajo, imaginemos cuánto más empleo podría generar si se redujera la carga tributaria en el sector y el productor recibiera por su trabajo lo que recibe cualquier productor de otro país.
Necesitamos generar más oportunidades laborales, necesitamos una Argentina federal, donde todos los jóvenes tengan la posibilidad de elegir libremente dónde quieren trabajar y desarrollarse, sin que la falta de oportunidades termine por expulsarlos.
Para eso es primordial que los sectores federales y competitivos de la economía, como lo es el sector agroindustrial, puedan desarrollar su máximo potencial sin que el Estado sea una traba para ello.
*Jorge Sturzenegger. Dirigente del PRO-Juntos por el Cambio de La Pampa.
