OPINIóN
Economía

Las curiosas declaraciones del ministro Guzmán

Las mismas no parecen reflejar la realidad económica Argentina y hay tres que sobresalen. Tratan sobre el gasto público, la recuperación económica y la inflación.

Martín Guzmán FMI Club de París
Guzmán participó de la Cumbre GZero Latinoamérica de Eurasia Group | Ministerio de Economía

El ministro Guzmán ha dejado curiosas declaraciones en una reciente entrevista. Digo “curiosas” porque las declaraciones de Guzmán no parecen reflejar la realidad económica Argentina. Hay tres curiosidades que sobresalen: (1) gasto público, (2) recuperación económica, e (3) inflación.

 

Primera curiosidad: El gasto público

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El ministro parece sostener la misma tesis que el gobierno anterior. Como Cambiemos, la reducción del gasto público no es necesaria para dar aire a una economía asfixiada por el peso del estado. La reducción del gasto público debe ser un resultado de la recuperación económica. En la medida que la economía crezca, el gasto público se diluye en una economía más grande. La idea no es que el gasto publico se reduzca, sino que crezca más despacio que la economía. Con presiones en el mercado cambiario y una inflación aún fuera de control, la reciente experiencia de cambiemos con el gradualismo fiscal debería encender varias luces de alarma en el oficialismo.

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Segunda curiosidad: La recuperación económica

Según explica el ministro, el gasto público va a cumplir un rol fundamental en la recuperación económica en el 2021. Un aumento en el gasto público, en especial en la industria de la construcción, es necesario para reactivar la economía. Posiblemente esta tesis suene familiar. Es lo que Argentina viene intentando hace décadas siempre con el mismo resultado: una crisis económica como desenlace. Creo que hay dos problemas con este diagnóstico. El primero es el contexto actual, en especial la tasa de inflación. Una elevada tasa de inflación es típico síntoma de exceso de demanda agregada (gasto, consumo, etc.) Por lo tanto, un aumento del gasto público bien puede llevar a mayores presiones inflacionarias. La capacidad ociosa que cita el ministro no se debe a falta de gasto, se debe a una presión fiscal insostenible, incertidumbre sobre los derechos de propiedad (alto riesgo país), y una cuarentena interminable. Si prácticamente está prohibido trabajar, es obvio que vamos a ver alta capacidad ociosa.

El segundo problema que veo es una visión parcial sobre el efecto del gasto público. El ministro cita literatura científica que encuentra grandes multiplicadores en el sector de la construcción. El multiplicador es como un efecto expansivo del gasto público. Un aumento del gasto público de $100 puede generar un aumento del PBI mayor a $100 (el efecto multiplicador). La misma literatura, sin embargo, encuentra que a nivel macro el efecto multiplicador es posiblemente nulo, especialmente en el contexto de una crisis económica. En otras palabras, el multiplicador positivo del sector de la construcción se compensa con un multiplicador negativo en otras industrias. A nivel macro, no existe el milagro de la multiplicación de los panes. Tampoco es obvio cómo un estado deficitario (sin recursos propios) es capaz de financiar una recuperación económica.

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Tercera curiosidad: La inflación

No es claro por qué el ministro es optimista respecto a la inflación en el 2021. A diferencia de lo que opinan los economistas heterodoxos del gobierno, el ministro sí parece creer que un exceso de emisión monetaria es la causa de la inflación. ¿Cómo sostener una reducción de la tasa de inflación en el 2021? Para que la inflación comience a ceder, es necesario que (1) el BCRA reduzca la tasa de emisión y (2) que absorba en mayor medida la emisión monetaria. Sin embargo, el ministro sí parece estar pensando en incluir controles de precios para dominar las expectativas. Nada que no se haya intentado hasta el cansancio sin resultados positivos.

La intención de aumentar el gasto, sin embargo, sugiere mayores tasas de emisión por parte del BCRA. Por lo tanto, es de esperar que el BCRA incremente el ritmo de absorción de la expansión monetaria. Si el BCRA va absorber más que lo que expande, entonces es de esperar mayores tasas de interés, lo cual a su vez atenta contra la recuperación económica. Uno de los problemas que enfrenta el BCRA es la falta de activos para absorber exceso monetario. No tiene bonos ni reservas para vender y así quitar pesos de circulación. Por lo tanto, el BCRA debe incrementar la emisión de sus pasivos, por ejemplo, las Leliqs. Nuevamente, la reciente experiencia de Cambiemos con esta política monetaria debería encender varias luces de alerta en el oficialismo.

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De qué no habló el ministro

Lamentablemente el ministro no se refirió a los problemas de fondo que enfrenta la economía argentina. Dos cuestiones en particular: (1) el problema institucional y (2) las fuentes de financiación de la reactivación económica.

El gobierno actual es incapaz de generar confianza. Los aumentos de impuestos e intentos de confiscación que hemos visto en el primer año de gobierno ahuyentan en lugar de atraer inversiones ¿Cómo puede obviar el ministro el problema institucional de argentina? ¿No es consciente que forma parte de un gobierno que solía falsificar los datos de inflación desde la oficina que hoy él ocupa?

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Sumado a este problema se encuentran las escasas fuentes de financiación necesarias para una recuperación económica. Argentina es un país en crisis, bajos ingresos en dólares, y elevada tasa de pobreza. Siendo realistas, es difícil esperara que la recuperación se financie desde el mercado interno. Década de inflación y confiscaciones hacen de Argentina un país con escasos ahorros propios. Por lo tanto, Argentina depende de fondos externos para crecer. En otras palabras, es necesario atraer inversiones externas y lograr exportar al resto del mundo. Pero esto no es lo que ve el gobierno. El gobierno parecer ver al gasto público como una especie de maná caído del cielo que puede reactivar la economía del país. Sin embargo, como Argentina ha comprado repetidas veces, el déficit fiscal, que al gobierno no le preocupa, termina en (1) crisis cambiarias, (2) inflación, o (3) crisis de deuda.

 

 

 

* Nicolás Cachanosky, Visiting Professor, Universidad del CEMA. Associate Professor, Metropolitan State University of Denver Senior Fellow, American Institute for Economic Research / Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA.