OPINIóN
Elecciones 2019

Se acabó el torneo político de tirar pálidas y promesas

El autor hace una recopilación de expresiones de ciudadanos y políticos que resumen las consecuencias de las medidas del gobierno de Mauricio Macri.

candidatos
Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, Juan José Gómez Centurión, José Luis Espert. | Cedoc

En la presente campaña electoral, los medios de comunicación, dirigentes políticos, empresariales, sindicales, sociales y religiosos, compitieron en consignas, discursos y debates sobre la pobreza y el hambre. Expresiones como las siguientes -no hay nada inventado, son varios días de seguimiento en los diarios y en la televisión- fueron registradas desde el 12 de julio y, en especial, desde el 11 de agosto, cuando se realizaron las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO):

Cuando un nene nace, nace un nuevo indigente; los bebés no tienen pañales; madres solteras intentan suicidarse cuando ven a sus bebés llorar de hambre; la sociedad del conocimiento no tiene futuro con chicos que no reciben el alimento en su vida o la madre en el embarazo; los niños se van a dormir sin un plato de comida; 53% de chicos pobres; la pobreza tiene cara de joven y de mujer; no dan a basto los merenderos; en ningún comedor escolar y comunitario se come bien, en algunos se comen papas hervidas durante una semana; los chicos no comen ni toman leche, les duele la panza de hambre, se les ven las costillas; se generan seis pobres nuevos por minuto; chicos y adolescentes comen una vez al día; a la gente no le alcanza para la leche; no hay plata ni para comprar las tortillas que venden los desocupados; “verdurazos” contra el hambre, porque de otra manera les resulta imposible alimentarse a la gente; se cambia ropa por comida; las cosas están para no desperdiciar nada; 50% de los trabajadores dicen que están peor laboralmente; no hay changas para nadie; un 41% tiene miedo a perder el trabajo; en los últimos cuatro años, más de cuatro millones de personas sin trabajo; hay un 45% de pobreza real; 500 mil indigentes nuevos; hacia fin de año seis de cada diez niños estarán en la pobreza; los adultos carecen de un seguro de vida (ART); abundan las quejas porque no se puede pagar los tarifazos de la luz y el gas; ocho de cada diez PyMES tiene rentabilidad negativa, cierran 100 por día, 18 mil en cuatro años; miles de comercios cerrados; la pobreza afecta a 16 millones de personas en nuestro país; tres millones de nuevos pobres; el rico es más rico y el pobre, más pobre; se está creando una cultura de la dádiva; la gente desesperada se limpia el culo con las obras públicas, la división de poderes y la libertad de expresión; el estado de los hospitales dan lástima; hay más haraganes entre los ricos que entre los pobres; imposible pagar los créditos; la gente no come valores; los jubilados no llegan a fin de mes, no tienen para comprarse ropa, comprar alimentos y medicinas, pagar el alquiler; el sector inmobiliario vive su peor crisis, superior a la del 2001; vivimos en un país que está en terapia intensiva. O se hace algo o no hay más Argentina.

Argentina afronta el mayor índice de pobreza desde la crisis de 2001

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

A raíz de las opiniones vertidas en la reciente campaña electoral sobre la miseria y el hambre reinantes en nuestro país, que produce alimentos, según leí, para 800 millones de personas, los distintos candidatos prometieron, en el caso de acceder al sillón de Rivadavia: ponerle plata en el bolsillo a la gente para reactivar el consumo, generar empleo, lograr la estabilidad fiscal y monetaria, cumplir con los pagos de la deuda, bajar impuestos, aumentar las jubilaciones, castigar la corrupción y al narcotráfico, abandonar la obsesión por el dólar como remedio para la elevada inflación y las reiteradas devaluaciones, terminar con las fuertes asimetrías sociales y geográficas, reducir la dependencia de las exportaciones agrícolas, darle crédito a las PyMES, que sean prioridad a los jubilados y no a los banqueros, centrarse en los cambios en el trabajo a nivel mundial debido a la globalización, pensar la educación como la mejor inversión para que la Argentina progrese, constituir una salud pública de mejor calidad al servicio de los más humildes; ser serios en el tratamiento de las estadísticas; poner fin a los atropellos institucionales para consolidar el poder de turno; firmar un contrato moral y ético para acabar con el flagelo del hambre y la pobreza.

Por qué Concordia es la ciudad más pobre

Afortunadamente, se acabó el torneo de tirar pálidas y promesas. El próximo 10 de diciembre, con la asunción del doctor Alberto Fernández como nuevo Presidente de la Nación, regresamos a la realidad. Ruego que la mayoría de los votantes haya acertado al emitir su voto, y de esa manera el hambre y la miseria en Argentina pasen a ser cosas de un doloroso pasado.