OPINIóN
Política

Pichetto segmentado

Las necesidades de Cambiemos requieren modernizar un candidato elegido por descarte para que esté a la altura de la competencia electoral.

Pichetto 20190703
Pichetto | Cedoc

Tras la negativa de Martín Lousteau y Ernesto Sanz, ¿qué habrá considerado Mauricio Macri para elegir a Miguel Pichetto como compañero de fórmula? Para encontrar la respuesta quizás se podría ser generoso con el vice y mirar las olas migratorias que cruzaron nuestra historia (a sabiendas de que hoy el proceso es del centro a la periferia); tener en cuenta otras elecciones y su digitalización; y analizar otros procesos políticos de la región. En definitiva, nada de los que sucede en Argentina es novedoso. Somos reflejos particulares de procesos mundiales.

El 31 de marzo, un mes antes del comicio español, decenas de miles de personas recorrieron las calles de Madrid bajo el lema "revuelta de la España vaciada" en una manifestación convocada por más de 80 asociaciones rurales. "Los jóvenes rurales queremos vivir en los pueblos" o "ser pocos no resta derechos" fueron algunos de los slogans que se vieron en la capital.

La despoblación extrema de grandes áreas de España tiene consecuencias como el envejecimiento de la población, la masculinización de esas comunidades y la falta de nacimientos. Esto propicia la aparición de espacios políticos ultra-conservadores y nacionalistas que intentan captar la atención de estos sectores descontento por la indiferencia.

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La composición del electorado del Brexit fue rural y viejo. En concreto, las regiones pro fueron Hillington, Havering, Barking & Davenham, Bexley y Sutton, las zonas con menor densidad de población del llamado ‘Greater London’. En las zonas más rurales del país, el Brexit arraso. Los condados con una edad mediana más alta fueron los más favorables al Brexit.

Quién es Miguel Ángel Pichetto, el peronista de las mil caras

En Estados Unidos nos chocamos con el caso más mediático: Donald Trump. Tras la crisis inmobiliaria del 2008 y desilusión con Barack Obama, los norteamericanos necesitaban volver al sueño americano y a todas esas tradiciones que estaban implícitas en ese lema. Quien mejor que el empresario multimillonario del real state para volver a enamorar.

Trump, y su estilo de vida, simplificaba (simplifica) las tradiciones y el pensar del norteamericano promedio. Por eso, el partido Republicano, mediante este nuevo candidato “offside”, gana a los sectores medios y medios rurales.

No hay que irse tan lejos. Viajemos a Brasil. Parte del electorado del presidente Jair Bolsonaro proviene del oeste, sudoeste y sur del país donde se concentra la gran parte de la ruralidad del país vecino. No hace un mes en la feria internacional Agrishow, Jail Bolsonaro para alimentar la confianza de estos votantes anunció, lo que días después firmó en forma de decreto, que la población civil podría estar armada. “La propiedad privada es sagrada y punto final”, fue todo su argumento. Sobraron las ovaciones.

La percepción del interior de la Argentina y sus problemáticas es muy difícil decodificarlas desde el panóptico (arquitectura carcelaria ideada por el filósofo Jeremy Bentham fines del siglo XVIII) de Capital Federal.

Aunque nacido en Banfield, Lomas de Zamora, Pichetto arranca su carrera política en 1983 en Sierra Grande, Río Negro. No volvió a la provincia de Buenos Aires hasta 1993 donde es urgido Diputado Nacional. Nunca más volvió a Río Negro, salvo en dos ocasiones donde fue candidato a gobernador del kirchnerismo con performances electorales malas. Sí, hasta hace 4 años fue kirchnerista. En realidad cristinista.

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Desde que es candidato a vice, Pichetto en todas sus apariciones públicas hace referencias peculiares: FFAA, base electoral desencantada del macrismo; Matteo Salvini, vicepresidente Italiano y ministro del Interior, con posturas muy duras acerca de temas como por ejemplo la migración; alude a tradiciones del peronismo más conservador, interpelando a viejos referentes de ese espacio; resalta virtudes del “esfuerzo, del trabajo y las buenas costumbres”.

El tema omitido es lo más interesante: el aborto y la igualdad de género; junto a la despenalización de la marihuana. Estos temas esquivos por el precandidato tienen, por fuera de los centros urbanos, altos porcentajes de rechazo. Un trabajo de la consultora Informe Confidencial , propiedad de Durán Barba, se revela que un 52% del interior de la provincia de Buenos Aires está contra el aborto.

Este guión mediático, tan bien cuidado, tiene que ver con la segmentación de público. Cambiemos entiende que con este compañero de fórmula definen cultural, económica y socialmente la grieta de manera definitiva. Queda claro que este equipo es la otra punta del lápiz de Fernández-Fernandez. Y así se consolidan públicos.

Pichetto asegura entender el pensar pero sobretodo el sentir del “interior”. Este consumidor valora los mitos fundantes, las tradiciones familiares, tiene como eje rector de su vida la meritocracia y tiene una percepción mediática sobre las instituciones de la democracia.

Este candidato a vicepresidente resume parte de las necesidades de este electorado, que busca a un ícono de la transparencia, por ende de la verdad. Un guardia de la ley y el orden. Un controlador del buen uso de la democracia. El panóptico digital (en conjunción con el  mediático) amplifica al producto Pichetto y lo convierte en la mejor opción para la competencia.

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Aquí comienza la odisea de Cambiemos, quienes tienen que segmentar dentro del panóptico digital a un abogado de 68 años que solo supo ser oficialista, y convertirlo así en un bello, robusto y cristalino producto que el consumidor quiera comprar. ¿Es posible? En esta nueva era caracterizada por el avance de la inteligencia artificial, se desdibuja la figura del el ciudadano, quien tiene responsabilidad por la comunidad, y da paso a lo que ya mencionamos, al consumidor, quien carece de esa responsabilidad. En el ahora digital, el electorado se comporta como consumidor.

En este sentido, Pichetto tiene y debe tener la libertad de decir y convertirse en el Matteo Salvini que le gustaría ser y el que le conviene a su nuevo viejo socio, Mauricio Macri. En definitiva, no hay que perder de vista, tampoco, que la política en Argentina o en el resto del mundo nunca se hace con los mejores sino con lo que se necesita y hay a mano.