La coyuntura argentina es crítica y las PASO la han dejado en una clara situación de fragilidad institucional y económica, un cóctel cuya resultante es la fuga de capitales, y a la que como reflejo se le imponen reglas restrictivas que limiten este drenaje.
Imponer a los ahorristas límites a la compra de dólares es una de ellas, así como también, en su momento lo fueron las restricciones a las compras en el exterior con tarjetas de crédito, todas medidas que cercenan las libertades de los individuos a disponer de sus ahorros legítimamente obtenidos.
¿Deben ser jurídicamente aceptables ciertas medidas que disminuyen la libertad del individuo en la administración de su patrimonio? ¿Estaría uno en su legítimo derecho a protegerse contra esas reglas? ¿Es justo el derecho que esgrime el Estado a aplicarlas a pesar de que uno lo ve equivocarse una y otra vez y cuya resultante es la erosión de nuestros ahorros? ¿El límite donde está?
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Estos interrogantes y muchos similares probablemente rondan en estos momentos por la cabeza de gran parte de ustedes. Y si alguno decidiera tomar las medidas del caso y protegerse ante este avasallamiento, la pregunta que surge es: ¿cómo hacerlo?, ¿qué herramientas están al alcance de un simple individuo para protegerse del abrumador poder del estado?
Inmuebles, dólares, y una tendencia a vivir el presente con viajes y celebraciones son bienes y posturas que de manera repetitiva el ahorrista medio ha encontrado como una reacción a una economía totalmente irracional.
Ahora bien, a partir del 2009 esta situación cambió con la llegada del bitcoin.
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El bitcoin fue creado para ser un medio de cambio, una moneda y cumplir entre otros requisitos con ser globalmente aceptado, ser fungible, ser unidad de cuenta y reserva de valor, permitiendo el intercambio sin fronteras y sin la necesidad o permiso de un tercero. Es un activo totalmente indiferente a quién es su portador, quién es quien lo acepta o por qué bien se lo intercambia.
A los argentinos, por otro lado, les ofrece una herramienta que no sólo los protege de exponerse a las malas políticas de turno, sino que les da soberanía sobre su economía, en la que reglas restrictivas como las de estos días terminan siendo un sin sentido. Además, lo posicionan con otra lógica frente a la relación Estado-Individuo, lógica en la cual el Estado deberá racionalizar más su accionar ante el peligro de perder el apoyo económico de cada uno de los que habitan su suelo.
* Secretario ONG Bitcoin Argentina.
