Durante enero y agosto de 2019, en Brasil se crearon dos millones cien mil empresas. Una cifra récord que ha sido mostrada por algunos como un indicador de la reactivación brasileña. El propio presidente Jair Bolsonaro compartió un video en redes sociales en el que se mencionaba esa cifra récord, además con otros indicadores (posiblemente más precisos) de la economía del país vecino. Sin embargo, una rápida mirada de esos números permite ver que, más que un signo de la reactivación económica, el récord de nuevas “empresas” es un indicador de la crisis del mercado laboral, marcado por la informalidad, la flexibilización y la uberización.
Según un informe publicado en octubre pasado por la consultora Serasa Experian, del universo de dos millones cien mil empresas creadas entre enero y agosto de 2019 sólo un 6,8% corresponden a sociedades limitadas y un 5,4 % a empresas individuales. El dato que algunos han pasado por alto es que el 82% de las empresas creadas en el período son de los denominados MEI, los Microemprendedores Individuales. Inscriptos como MEI se encuentran desde vendedores de comida ambulante, repartidores de comida por aplicativo, peluqueros, albañiles, servicio doméstico, taxistas y remiseros. Entre las casi 500 actividades permitidas para los Microemprendedores Individuales también hay restaurantes, casas de té, jugos y similares, servicios de catering y servicios administrativos. Los MEI’s hoy llegan a casi nueve millones en todo Brasil.
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La desocupación en Brasil está en 11,6%, según el último informe de la Encuesta Nacional por Muestra de Domicilios del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. Con una variación de -0,1% con respecto al mismo trimestre (agosto, septiembre, octubre) de 2018. En relación a 2018 hay una estabilidad en la generación de trabajo formal y un crecimiento tanto del trabajo en negro (2,4%) como del cuentapropismo (3,9%), categoría ésta en la que se incluye a los microemprendedores individuales.
La figura del Microemprendedor Individual fue creada en 2008 con el objetivo de formalizar a trabajadores autónomos y emprendedores individuales que actuaban en la informalidad.
Como su nombre lo indica, el MEI es una empresa constituída por una única persona. Se trata de un régimen simplificado de muy fácil acceso, donde el emprendedor paga entre R$50,00 y R$55,00 mensuales (USD 13,00) y con ello realiza los aportes para la seguridad social. Debe tener una facturación máxima de R$81.000 (casi USD 20.000) por año y sólo se le permite tener un empleado, el cual puede recibir hasta un salario mínimo.
Desde la creación del MEI hubo dos períodos de fuerte expansión. En un primer momento, cuando entró en vigor la nueva figura, entre 2009 y 1014 y a partir de fines de 2017, luego de la crisis económica que tuvo su peor momento entre 2015 y 2016 sobre todo luego de que entrara en vigor la Reforma Laboral en noviembre de 2017, reforma con la cual Michel Temer prometía generar dos millones de puestos de trabajo.
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A partir de fines de 2017 la combinación de crisis, reforma laboral y cambios del mercado de trabajo han generado un contexto ideal para el crecimiento de los MEI’s, que hoy llegan a totalizar 8,8 millones. La falta de trabajo y las dificultades económicas impulsan a muchos trabajadores hacia el emprendedurismo, sea como ingreso principal o como un extra. La creciente uberización de la economía impulsa a los trabajadores desprotegidos a optar por el MEI, que posibilita realizar los aportes para la seguridad social a un bajo costo. Por último, la Reforma y otras leyes sancionadas en el mismo periodo posibilitaron que trabajos que eran en relación de dependencia pasaran a ser de microemprendedores individuales. El caso más paradigmático es el de los peluqueros, que están entre los que más se inscriben en el MEI.
La de los peluqueros es una de las profesiones que lideran la creación de nuevos MEI’s, impulsado por la ley del Salón Parcero. Esta ley, sancionada poco después de la Reforma Laboral, se proponía como objetivo regularizar la situación de peluqueros que trabajaban como autónomos en los salones de belleza. Consiste en que en vez de existir un contrato de trabajo entre peluquero y dueño de salón, tenga lugar una asociación (“parceria”) entre dos empresas: la constituída por el dueño del salón y la del Microemprendedor Individual (pudiendo ser peluquero, manicura o esteticista). El profesional recibe la comisión acordada según el contrato que firmen las partes y el titular del salón no tiene obligaciones de aportes, no debe pagar rescisión de contrato, vacaciones ni aguinaldo. Tampoco hay relación de subordinación, por lo que el dueño no puede exigir cumplimiento de horarios, entre otras cosas.
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Si bien la ley tiene algunos mecanismos para evitar que los profesionales que están bajo relación de dependencia sean desvinculados y recontratados como MEI’s, lo cierto es que la nueva normativa casi extinguió el incentivo de los dueños de salones de belleza para contratar a peluqueros en relación de dependencia. La expansión de la modalidad Salón Parcero es la regla y afecta a los trabajadores de manera desigual: se ven más afectados aquellos que se están iniciando la profesión o que cuentan con carteras de clientes pequeñas.
Otro caso emblemático de las nuevas “empresas” es el de los repartidores de comida por aplicativos. Los trabajadores se registran como MEI’s para poder realizar sus aportes y gozar de la seguridad social, pero, lejos de tratarse de empresas, se trata de trabajadores precarizados. En San Pablo, el municipio con mayor número de MEI’s del país, la tercer actividad más realizada por los microemprendedores es la de “servicios de entrega rápida”. Son 25 mil trabajadores que representan el 3,7%. Por delante de esa actividad se encuentran los peluqueros, que representan el 8,4% de los MEI’s de la ciudad de San Pablo, y los vendedores minoristas de indumentaria y accesorios con el 6,6%, según un informe de septiembre de este año, realizado por la Secretaría de Desarrollo Económico y Trabajo de esa ciudad.
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Desde agosto de este año también se pueden inscribir como MEI los choferes de aplicativos. Un número expresivo de la uberización de la economía brasileña son los más de 600 mil choferes asociados con los que cuenta Uber en todo el país. Muchos de ellos son profesionales y hasta empresarios que han encontrado una solución económica en los aplicativos, pero que mantienen como horizonte deseado el regreso a las antiguas ocupaciones. Es de esperar que la reciente autorización de la actividad continúe impulsando el crecimiento de los Microemprendedores Individuales.
En simultáneo a estos cambios, la Reforma Laboral de 2017 suspendió la obligatoriedad de la contribución sindical. Con ello, según la recaudación de los sindicatos cayó un 86% entre en 2018 y se espera otra caída significativa para 2019. Los cambios de la Reforma Laboral también repercutieron en la caída en un 28% de los acuerdos colectivos durante 2018.
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La inscripción como Microemprendedor Individual es en mayor medida una solución para evitar la informalidad en el contexto de creciente cuentapropismo. El récord de “empresas” creadas en 2019, más que un indicador del crecimiento brasileño, es un indicador de los cambios y la crisis del mercado de trabajo.