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¿Qué pasará con Daniel Scioli?

El tema merece ciertas apreciaciones para encontrar algunos detalles, más allá de ciertos aspectos jurídicos que podrían ser esclarecidos por expertos en cuestiones legales.

Daniel Scioli, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Daniel Scioli, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Pablo Cuarterolo

La Cámara de diputados de la Nación vivió quizás uno de los momentos más tensos desde el tratamiento de la reforma previsional en diciembre de 2017.

El proyecto de “reforma de Régimen Previsional Especial de los Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Nación, del Ministerio Público de la Nación y de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas” fue aprobado y pasó a la cámara de Senadores. Pero las duras negociaciones y cambios implementados a último momento dejaron en evidencia la complejidad del asunto. Aunque el mayor ruido lo generó la presencia de Daniel Scioli en la bancada del Frente De Todos, quien bajó al recinto para dar quórum, que disparó la repentina aparición de la bancada opositora de Juntos Por el Cambio, y en la voz del jefe del bloque, Mario Negri, se denunció la irregularidad de la presencia de Scioli (cuyo pliego como embajador de Brasil fue recientemente aprobado por el Senado), amenazando con judicializar el tema e intentar declarar la nulidad de la sesión.

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El tema merece ciertas apreciaciones para encontrar algunos detalles, más allá de ciertos aspectos jurídicos que podrían ser esclarecidos por expertos en cuestiones legales: el 19 de diciembre de 2019, el gobierno de Brasil aprobó el Plácet de Scioli (Beneplácito o permiso que se concede a alguien para hacer una cosa, especialmente en el lenguaje diplomático para aprobar el nombramiento de un representante extranjero). Esto permitió que su pliego pudiese ser girado a la Comisión de Acuerdos del Senado. Dicha comisión aprobó los pliegos de todos los nominados por el presidente (incluído el de Scioli) el 18 de febrero, y finalmente fue aprobado como embajador en Brasil por el Senado en la sesión de la semana pasada, más precisamente del día 20 de febrero, junto al pliego de otros 11 embajadores designados. En medio de todo esto, Scioli nunca renunció a su banca. Por ende, tampoco asumió su reemplazante (debe ser Claudia Bernazza, número 19 en la boleta de “Unidad Ciudadana” para lista de Diputados Nacionales por la Provincia de Buenos Aires en la elección de 2017). Aunque su designación como embajador debe ser refrendada en un decreto presidencial publicado en el boletín oficial.

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Todavía los 12 embajadores no fueron puestos en funciones bajo la rúbrica presidencial. En el boletín oficial sólo se encuentra el caso emblemático de Jorge Argüello, nombrado en comisión el 29 de enero como embajador en Estados Unidos de Norteamérica (Decreto 112/20). En los considerandos, se apela al inciso 19 del artículo 99 de la Constitución Nacional y a la vacancia vigente del cargo, entre otras cuestiones. Aunque Argüello también fue confirmado por el Senado en aquella sesión.

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El silencio transcurrido entre la aprobación de los pliegos del Senado y la sesión de ayer habilitó a Scioli a sesionar como Diputado nacional, no habiendo renunciado ni la cámara aceptado su renuncia. Aunque hay un detalle que podría tenerse en cuenta: El artículo 72 de la Constitución Nacional indica que “Ningún miembro del Congreso podrá recibir empleo o comisión del Poder Ejecutivo, sin previo consentimiento de la Cámara respectiva, excepto los empleos de escala” (cargos superiores de la administración pública, obtenidos por concursos o por ascensos en la carrera administrativa). De no haber existido un pedido de licencia por parte de Scioli, podrían existir objeciones a lo ocurrido ayer. Dependerá de la interpretación de la justicia al respecto.