OPINIóN
Análisis

Un desafío gremial para transformar el Poder Judicial argentino

Construir una Administración de Justicia que cuente con una organización gremial cada vez más moderna y fuerte puede ayudar a recuperar la imagen de dicha institución frente a la sociedad.

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Poder judicial | Cedoc Perfil

Construir una Administración de Justicia que cuente con una organización gremial cada vez más moderna y fuerte, forma parte de una agenda de cambios que, si bien no aparece dentro las principales discusiones en torno a la reforma judicial; puede ayudar a recuperar la imagen de dicha institución frente a la sociedad. 

¿Por qué? Porque las prácticas sindicales bien entendidas, ayudan a romper con los comportamientos institucionales corporativos y a fortalecer la independencia de sus miembros; cuestiones que no resultan menores si consideramos que es sobre estos temas en donde se acumulan algunas de las principales críticas de la opinión pública y medios de comunicación, entre otros.

En el mismo sentido, y oyendo los reclamos centrales de las mujeres y diversidades, la actividad gremial con perspectiva de géneros, puede ayudar a generar ámbitos laborales más igualitarios entre hombres y mujeres y, en el mediano plazo, permear en un ejercicio jurisdiccional con comprensión de la problemática de las violencias y desigualdades que sufren estos colectivos.

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Además, erradicar el acoso laboral y generar condiciones de salubridad puede generar mayores niveles de eficiencia en las dependencias judiciales, lo que redunda a su vez en un mejor y más eficiente servicio de justicia, ayudando al desarrollo de las fuerzas productivas en nuestro país.

Por estos motivos, en este artículo presento una posible agenda de transformación de la justicia, pensando en los desafíos a encarar desde la labor sindical.  

 

La carrera judicial, corporativismo y dependencia

Es sabido que las formas de ingresar y progresar dentro de la carrera judicial responden a lógicas familiares, corporativas y a la selección realizada a partir de coincidencias socioculturales. Algunos barrios específicos, escuelas tradicionales, facultades de derecho y clubes de élite aportan gran parte de la materia prima con la cual la maquinaria burocrática  "fabricará" jueces y juezas en Argentina.  La única forma de romper con esta lógica elitista, es generando espacios institucionales que impongan y hagan respetar las reglas de ingreso por mérito y ascensos que respeten el desempeño y la formación de los/as trabajadores/as de la justicia.  En estos dos aspectos, que componen las dos caras de la carrera judicial, asume un valor superlativo el asociacionismo de los empleados/as judiciales.

Una organización gremial robustecida intentará generar sistemas objetivos de promoción en la carrera intentando ponderar aspectos como la antigüedad en el cargo de los agentes y también, la adquisición de saberes y, en algunos casos, la necesidad de rendir exámenes para lograr avanzar en el régimen escalafonario. Este punto favorece a los/as empleados/as de carrera que de forma independiente pueden progresar en el trabajo, pero también aumenta la capacidad de respuestas del Poder Judicial que se ve beneficiado por un número mayor de trabajadores/as formados/as o profesionalizados/as. No hay funcionario/a judicial más independiente que aquél/la que llega a los mayores niveles de responsabilidad institucional a través de su propio esfuerzo y no por el favor de sus superiores o exclusivamente gracias a su capital social o político.

 

La actividad gremial con perspectiva de géneros, puede ayudar a generar ámbitos laborales más igualitarios.

 

Un gremio con perspectiva de géneros

Un gremio con perspectiva de género también puede colaborar en construir una justicia con mayor sensibilidad por el sufrimiento de la violencia de género. Solo para dar un breve ejemplo, la organización gremial podría trabajar por balancear aquellos aspectos que perjudican a las mujeres durante su carrera judicial compensando en los sistemas de licencias, ascensos y concursos la desventaja de la que parten las trabajadoras que realizan tareas de cuidado, con el fin de romper con el ya conocido techo de cristal en el Poder Judicial. 

Por otra parte, el acoso laboral y sexual en la justicia es generalizado, pero son las mujeres quienes más sufren esta situación porque lo hacen de forma doble: por estar en condición de subordinación permanente y además, porque las prácticas judiciales intra institucionales reflejan también lo que ocurre en la sociedad, por lo que la violencia por motivos de género y el acoso sexual están muy presentes en las estructuras judiciales llegando incluso a detectarse acoso laboral horizontal, es decir entre compañeros de la misma jerarquía. Por este motivo, resulta imperioso que las organizaciones gremiales comiencen a  formar y capacitar a delegados, delegadas y trabajadores en general en lo que implican las actitudes micromachistas y fortalecer la comprensión de nuevas formas de entender las masculinidades para erradicar prácticas que son violentas pero están normalizadas.

 

Condiciones de salud y seguridad en la oficina judicial para una mayor eficacia de la Administración de justicia

La tarea sindical dentro del Poder Judicial debe abordar dos temas centrales para garantizar las condiciones laborales de forma integral: en primer lugar, es fundamental la sanción de una ley que garantice un ámbito paritario para discutir, no solamente el salario, sino la seguridad y salubridad en la oficina y que permita mejorar las condiciones de trabajo en general. En segundo lugar, la participación de los/as trabajadores/as en su obra social es un paso injustificadamente postergado. Cabe destacar que celebrar convenciones colectivas de trabajo es un derecho garantizado para todos los trabajadores argentinos por el derecho local y también por la Organización Internacional del Trabajo en el convenio 154 que establece la importancia del diálogo social para el crecimiento sustentable de los países.

Continuar erradicando la violencia laboral o “mobbing”, muy presentes en el ámbito judicial, garantizando la aplicación de las nuevas obligaciones asumidas por nuestro país como ser el convenio 190 de la OIT (sobre la aplicación de este convenio a la justicia Nacional).

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Capacitación integral para la práctica laboral y gestión de la oficina judicial

Debemos diseñar un plan integral de capacitación para los trabajadores y trabajadoras judiciales que se base en conocimientos prácticos para llevar adelante las tareas judiciales, que sean de carácter gratuito para permitir el acceso igualitario de todos los agentes.

Esta capacitación, destinada a aspectos prácticos más que teóricos, debe ser la base que ordene las posibilidades de ascenso en el ámbito judicial y permitan progresar en la carrera ñ.  Tienen que ser contempladas también las necesidades de capacitación en cuestiones no jurídicas pero esenciales para la gestión judicial, como temas de administración y ciberseguridad

Los ámbitos de formación deben ser pensados para generar buenas prácticas entre los titulares de las dependencias y ser una alternativa a los modelos de normas ISO que muchas veces se presentan como modelos de gestión eficaces.

 

 

Debemos diseñar un plan integral de capacitación para los trabajadores y trabajadoras judiciales que se base en conocimientos prácticos para llevar adelante las tareas judiciales, que sean de carácter gratuito para permitir el acceso igualitario de todos los agentes.

 

 

Un gremio a la vanguardia de la aplicación de la tecnología a los procesos judiciales

Los trabajadores judiciales deben ser protagonistas en la solución tecnológica estructural que necesita el Poder Judicial. Debemos aportar el conocimiento adquirido en las tareas judiciales para que los sistemas informáticos se adapten a las necesidades de celeridad que necesita la sociedad, respetando los derechos laborales de los judiciales. Como expliqué en otra oportunidad, también debemos estar preparados para la reconversión de puestos de trabajo tradicionales como las mesas de entrada y el trabajo de “ordenanza” para adaptarlos a las tecnologías que se terminarán aplicando indefectiblemente.

Hasta aquí presenté una resumida agenda se lo que considero una transformación de la justicia que debe ser encabezada por los y las trabajadoras organizadas como sujetos protagónicos de un cambio verdaderamente democrático.