Ya no habrá que esperar hasta octubre para saber que nada será igual en la Argentina. Como se informó anoche en Radio Perfil, el presidente Mauricio Macri se fue a acostar después de una reunión de emergencia con su jefe de gabinete y algunos de sus ministros, entre ellos el de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El viernes se habían ido a dormir imaginando un escenario totalmente distinto. Con un Plan A que lo daba como virtual ganador, porque su escenario era ganar o perder por poco margen. También tenía un Plan B, que era perder por entre 5 y 7 puntos (7 puntos era el escenario de triunfo que preveía el kirchnerismo).
Lo que anoche quedó revelado es que Macri nunca tuvo un Plan C. Ese tercer escenario es el que se empezó a configurar a la madrugada y cuyos alcances completos todavía no conocemos, pero que de seguro serán políticos y financieros.
El cruce entre Alberto Fernández y Dujovne por la herencia que dejó Cristina
Lo que sí conocemos es que el triunfo de Alberto Fernández es prácticamente inmodificable y que hoy es difícil imagina que desde este lunes todo siga como una campaña electoral normal, cuando faltan más de dos meses para que una nueva elección ratifique los resultados de este domingo.
En la Argentina, con un presidente electo de signo peronista será muy complejo imaginar cómo se llega a los comicios generales de octubre.
En cualquier caso, tanto Mauricio Macri como Alberto Fernández deberán hacer un ejercicio de máxima responsabilidad institucional para que el futuro inmediato sea razonable, manejable, gobernable.
No dependerá de uno de ellos. Dependerá de los dos.