OPINIóN
Análisis

¿Por qué vive la Unión Cívica Radical?

Hipólito Yrigoyen fue el primer presidente electo a través del voto popular, en 1916. El radicalismo fue el primer partido político, federal, democrático, progresista y verdaderamente liberal del país. Cuál debería ser hoy su lugar.

Raúl Alfonsín, Marcelo T. de Alvear e Hipólito Yrigoyen
Raúl Alfonsín, Marcelo T. de Alvear e Hipólito Yrigoyen | Cedoc Perfil

Tal cual dijo alguna vez el filósofo danés y padre del existencialismo Søren Kierkegaard, “la vida sólo puede ser entendida hacia atrás, pero tiene que ser vivida hacia adelante”, por lo que podemos pensar que el pasado nos lega nuestras condiciones de posibilidad para hacer de nuestras vidas lo que queramos o podamos hacer.

Con el radicalismo ha pasado lo mismo. Si los revolucionarios del parque en 1890 miraban hacia atrás se encontraban con mayo de 1810 y si miraban hacia adelante la gesta por vivir era la democracia a través del sufragio popular. Eso se logró en 1912 con la Ley Sáenz Peña que derivó en la llegada de Yrigoyen al poder como primer presidente electo a través del voto popular en 1916.

Cuando Alfonsín posó su atenta mirada hacia el pasado, observó el país que desde 1930 había sufrido golpes de estado constantes y vio una sociedad corporativista con poco ejercicio real de la democracia, producto de las malas influencias de los totalitarismos de mitad del Siglo XX (Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, etc.).

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Así es que en su discurso de cierre de campaña de 1983 planteo que “si nosotros cumplimos con nuestro deber, nuestros nietos nos van a honrar como nosotros honramos a los hombres que hicieron la organización nacional”.

El mensaje de Alfonsín que se viralizó en redes: "Nada encontrarán fuera de la democracia sino el horror"

¿Cuál fue ese deber? El de lograr que el presidente electo por el voto popular pudiera pasarle el bastón de mando a otro presidente electo del mismo modo y garantizar la democracia por los tiempos venideros. La última vez que eso había ocurrido fue en 1928, cuando Yrigoyen sucedió a Alvear. ¡Vaya si fue logrado el objetivo! Hoy estamos viviendo cuarenta años ininterrumpidos de paz y democracia en nuestro país.

Pero, ¿qué tiene de particular lo expresado anteriormente? Nada del último siglo ni de la actualidad en la Argentina puede ser entendido sin un factor clave: la presencia de un proyecto inconcluso que está encarnado espiritualmente en el primer partido político moderno, federal, democrático, progresista y verdaderamente liberal más importante del país, y este es sin dudas el Radicalismo.

El plan del radicalismo para regular el traspaso presidencial

¿Por qué digo que encarnamos un proyecto inconcluso? Primero y principal por todo lo que a simple vista nos falta. Es inaceptable que compatriotas no tengan cloacas, que niñas y niños para ir a educarse muchas veces deban transitar caminos de tierra y kilómetros de ripio a pie, que muchos no coman como debieran para poder desarrollarse intelectual y físicamente, que tengamos los niveles de pobreza y de miseria tan altos que lo que es considerado clase media en la Argentina parezca que está cayendo en el olvido, y muchos etcéteras más de lo que nos falta.

Mientras esto nos pasa, con mucha tenacidad la sociedad le endilga, le reconoce y le exige muchas veces al radicalismo que se ponga al frente de las luchas más importantes, lo que explica nuestra necesidad de existir.

Nuestro partido permanece porque la Argentina requiere de transformaciones que nos saquen del atraso y el subdesarrollo que empobrece a toda la región. Nuestra misión es liderar un proceso de transformación productiva y social que sea espejo y se refleje como ejemplo para toda América Latina, con un justo equilibrio entre desarrollo productivo sostenible y redistribución de ingresos para sacar al país del estancamiento que vivimos, y así llevar a la nación a ser un faro de libertad, democracia, equidad e innovación en el mundo para que todos los hombres y mujeres quieran habitar en el suelo argentino.

*Secretario de la Mesa del Comité Nacional de la Juventud Radical.