Cuando una persona no logra instalar un estilo de vida equilibrado y saludable, muchas veces esto se relaciona con una dificultad para establecer prioridades en su vida. En un mundo donde todos tenemos múltiples obligaciones y responsabilidades, donde parece que 24 horas no alcanzan, está muy normalizado postergar las necesidades propias y los aspectos que hacen a nuestro bienestar.
Priorizarte implica comprender la importancia de trabajar diariamente en todos aquellos aspectos que fomentan el bienestar, la salud física, mental, así como el desarrollo personal y espiritual. Implica ocuparte tanto de tu interior, como del exterior. Se relaciona también con la autoestima, el autocuidado y la autovaloración.
Detrás de esta actitud tan habitual de postergarse pueden existir varios factores. El primero es la propia desvalorización, dado que postergarse puede ser una forma sutil de falta de autovaloración y autoestima. Todo es más relevante que el autocuidado para estas personas, y pueden realmente sentir en su interior que el bienestar de los demás está antes que el propio.
El segundo factor puede relacionarse con la necesidad de buscar complacer constantemente a los demás, llevando esto a la propia postergación, a priorizar las necesidades y demandas de los demás, por mandatos o patrones que desarrollaron, por complacer a otros, buscando su aprobación, atención o cariño.
En situaciones de stress agudo o crónico, síndrome de burnout o stress postraumático, nuestro cerebro puede entrar en piloto automático, o sea en modo supervivencia, generando una completa desvinculación y desconexión de la persona de sus propias necesidades y alterando los ritmos circadianos, hábitos y rutinas por completo. Este hecho puede llevar a que las personas, por atender aquello urgente, se olviden o posterguen lo importante.
Por último, muchas personas pueden tener este comportamiento cuando necesitan obtener un beneficio secundario o ejercer el control sobre otros o manipularlos. Esta conducta genera mutua dependencia entre las partes, donde uno se sacrifica completamente por el bienestar del otro, postergando completamente las propias necesidades, pero obteniendo a cambio la veneración y reconocimiento del entorno.
Entender y gestionar la frustración ¿Cómo afrontar de manera sana esta emoción tan displacentera?
Cualquiera que sea la causa, postergarse no es una estrategia inteligente. De ninguna manera, nos beneficia y refleja la necesidad de resignificar nuestra forma de vincularnos con los demás. Las personas que priorizan su bienestar y autocuidado, no solo son más felices y productivas, sino que tienen mejores vínculos y mayor longevidad.
Algunas recomendaciones:
- Establecer una rutina al iniciar el día dedicada exclusivamente al autocuidado o al desarrollo personal. También, incorporar pequeñas rutinas o momentos de disfrute y placer a lo largo del día.
- Cuidar nuestra imagen personal, no solo en el aseo y la vestimenta, sino en otros pequeños detalles: un buen masaje, un día de spa, un lindo peinado, una adecuada postura y la mejor sonrisa, son tu mejor carta de presentación.
- Agendar con detalle consultas y no postergar chequeos médicos anuales. Escuchar las señales de nuestro cuerpo y atender los síntomas a tiempo.
- Invertir en educación, desarrollo personal y espiritualidad. Lecturas, retiros y cursos, eventos, actividades que nos inspiren, relaciones constructivas, ambientes que fomenten nuestro bienestar.
- Atender a los síntomas cuando aparecen y aprender a gestionar el stress, a través de terapias cuerpo mente o actividades que nos generen disfrute, espacios de ocio y liberando nuestra agenda.
- Aprender a decir NO, evitar las relaciones y personas tóxicas, evadir los mecanismos de dependencia y manipulación que muchas personas emplean. También es necesario en ciertos momentos, saber pedir ayuda. Comprender y aceptar nuestra propia vulnerabilidad, nuestra humanidad.
- Por último, la alimentación, la actividad física y el adecuado descanso, son tres elementos clave, que nunca debes postergar. Tu salud es un bien demasiado preciado, invierte tiempo en preservar tu salud.
En síntesis, como reza una frase: “Un cuidador con él descuidado, no podrá cuidar lo encomendado”. La autopostergación no es una muestra de altruismo, sino que es una conducta contradictoria, peligrosa, poco inteligente e inefectiva a la hora de hacer frente a nuestras responsabilidades,establecer prioridades y cuidar de otros.
*Médica MN 88956. Health Coach @dra.anahitimo.