OPINIóN
Autocuidado personal

Equilibro emocional en tiempos de crisis nacional: cómo cuidar nuestra salud mental

La incertidumbre crónica, que resulta de la falta de control y estabilidad, produce un intenso malestar psicológico.

La enfermedad de depresión 20220112
La enfermedad de depresión | CEDOC-SHUTERSTOCK

El trabajador argentino promedio comienza su día sabiendo que esa misma noche puede acostarse en un país diferente, pero que todavía se llama Argentina. En tiempos de crisis nacional, no sabemos cuánto van a costar los alimentos al finalizar la jornada, qué valor tiene el dólar, qué nueva causa por corrupción se va a destapar, qué tarifazo van a aplicar, qué nueva restricción van a imponer, qué ministro o secretario va a renunciar, o en situaciones extremas, qué político puede sufrir un atentado.

La incertidumbre crónica, que resulta de la falta de control y estabilidad, produce un intenso malestar psicológico. Por ejemplo, una investigación publicada este año por la Universidad Católica Argentina reveló que 1 de cada 3 argentinos experimenta actualmente ansiedad o depresión. Estas cifras resultan alarmantes, pero, en parte, se explican por el contexto social que vivimos.

Por eso, lo primero que podemos hacer para afrontar la incertidumbre es distinguir el grado de control que tenemos sobre aquello que nos preocupa. Si tenemos la posibilidad de intervenir, conviene idear un plan realista y adaptado a nuestra situación. En cambio, frente a las cuestiones que no dependen de nosotros, resulta más efectivo cambiar nuestra actitud y resignificar nuestra forma de pensar.

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1 de cada 3 argentinos experimenta actualmente ansiedad o depresión.

Una gran estrategia para lograr el equilibrio emocional es fomentar el autocuidado personal, en todas sus dimensiones. El mismo consiste en un conjunto de hábitos diarios destinados a preservar nuestra salud y bienestar, teniendo en cuenta nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y financieras.

Si bien es importante sostener pautas adecuadas de alimentación, deporte, higiene y sueño, cuidarnos a nosotros mismos implica otras facetas de la vida cotidiana, el autocuidado no es solo comer sano y hacer ejercicio.

Es elemental trabajar en el autocuidado emocional, que busca alcanzar un estado de equilibrio dinámico, en el que la emocionalidad positiva y negativa ejercen una influencia similar. De esta manera, podemos experimentar la vida con todos sus matices. Además, nos lleva a mantenernos en movimiento para alcanzar nuestros objetivos y metas.

Para cuidar nuestra salud emocional, es necesario comprender que todas las emociones son válidas. Por ejemplo, las personas emocionalmente sanas sienten estrés, enojo y tristeza, pero saben cómo manejar sus sentimientos negativos.

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Reconocer lo anterior permite considerar a las emociones como si fueran una brújula para tomar mejores decisiones. Por ejemplo, experimentar enojo puede ser vivenciado a priori como algo molesto o perjudicial. Sin embargo, podemos reinterpretarlo como una señal para identificar una situación de agresión, ofensa o falta de atención. Una vez reconocida dicha situación, nos habilita a buscar estrategias alternativas para poner un límite a lo que nos hace daño.

En este sentido, el autocuidado emocional sirve no solo como una forma de prevención de los trastornos psicológicos, sino que además tiene un enorme efecto positivo. Las personas con buena salud emocional tienen mejor autoestima y confían más en sí mismas, lo que las vuelve capaces de enfrentar las adversidades y lidiar con el estrés.

 

El autocuidado financiero

Por otra parte, y sobre todo cuando el país atraviesa una crisis económica, también resulta fundamental fortalecer el autocuidado financiero. La gestión del dinero es una de las principales fuentes de preocupación y de estrés, que se agravan en los períodos de inflación y devaluación. Se considera que una persona tiene una buena salud financiera cuando puede cumplir con sus obligaciones financieras, se encuentra en una situación de tranquilidad ante su futuro y es capaz de tomar decisiones que le permitan disfrutar de su vida.

El autocuidado financiero se logra trabajando la capacidad para administrar el dinero y planificar para el bienestar futuro. Para lograrlo, se recomienda estudiar finanzas personales, ya que permite analizar nuestra situación financiera, conocer con exactitud nuestros gastos, prepararse para las emergencias y planificar objetivos financieros a largo plazo.

Parte del autocuidado financiero consiste en vigilar los malos hábitos con relación al dinero. Por ejemplo, podemos evitar caer en las compras compulsivas y minimizar los gastos hormiga. Para lograrlo, es muy útil armar y seguir un presupuesto con los gastos necesarios, prescindiendo de las compras superficiales o impulsivas.

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Aunque no es frecuente que se asocie la gestión de nuestro dinero con la salud mental, resulta poco probable alcanzar un buen equilibrio emocional sin conseguir una mínima estabilidad financiera.

Por lo tanto, para transitar los períodos de instabilidad nacional, se torna necesario fortalecer todas las dimensiones del autocuidado. Esto no significa desconocer los procesos colectivos para afrontar las dificultades sociales y económicas de nuestro país. Es simplemente afinar la capacidad de adaptación, con el propósito de mejorar nuestra habilidad para enfrentar las dificultades cotidianas.

En definitiva, una persona emocionalmente madura debe aceptar el hecho de que vivimos en un mundo de probabilidades y azar. Lo que sí depende de nosotros es qué estrategias usar para transitar la incertidumbre. Además, es bueno recordar que no es necesario lograrlo solos. Tengamos en cuenta nuestras redes de apoyo y sepamos pedir (o brindar) ayuda cuando la necesitemos.

*Psicólogo Clínico  MP1366 (Chubut) @rodrigojaldo