La depresión es una enfermedad que afecta al cerebro e implica trastorno del estado de ánimo que perjudica el desarrollo de la vida cotidiana. Si bien existen tratamientos diferenciales eficaces, la comunidad médica insiste en visibilizar esta enfermedad silenciosa que afecta a la salud mental de casi 300 millones de personas pero que suele contar con un estigma social que dificulta su diagnóstico temprano.
“El trastorno depresivo mayor, popularmente conocido como depresión, es una enfermedad que ataca al cerebro, así como la hipertensión afecta al corazón y las arterias, la hepatitis al hígado, o la diabetes al páncreas”, explica a PERFIL Ricardo Corral, médico psiquiatra e investigador Jefe del Hospital Borda.
Depresión, el mal del siglo XXI: por qué es importante un diagnóstico diferencial a tiempo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a un 3,8% de la población mundial, el equivalente a 280 millones de personas, lo que la convierte en una enfermedad muy común especialmente entre los adultos. Se trata de un “trastorno mental del ánimo frecuente” que implica que la persona que lo padece experimenta un estado de ánimo deprimido prolongado en el tiempo, con sensaciones de tristeza, irritabilidad o pérdida del disfrute o interés.
En el caso argentino, en la actualidad el 12,5% de la población tiene riesgo de padecer un trastorno mental, según el último estudio de salud mental del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA. Este desalentador dato se disparó con la irrupción de la pandemia de coronavirus y los efectos del encierro de la cuarentena.
Depresión, una pandemia oculta
Causas y síntomas de la depresión
La depresión puede derivar de procesos de duelo, trauma o pérdida de cualquier índole (tipo primario) o ser una consecuencia de enfermedades que afectan otros órganos del cuerpo (tipo secundario), una distinción clave a la hora de obtener un “diagnóstico diferencial” y un tratamiento adecuado, que dependerá de cada caso.
En el primer caso, según la OMS es resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos y una vez que se desarrolla puede influir negativamente sobre el estrés, empeorando el estado de salud en general y por ende la salud mental, agravando el cuadro depresivo. En tanto, la importancia de visibilizar los síntomas radica en que a veces éstos pueden ser pormenorizados o interpretados como reacciones “normales” de personas.
“Hay que distinguir que no es solamente un ‘estado de ánimo triste’, eso genera confusión en la sociedad. Popularmente muchas veces se plantea que alguien está ‘bajoneado’ o ‘depre’ frente a un duelo o pérdida, pero esas sensaciones nos pueden pasar a todos, siempre habrá cosas que nos pongan alegres y otras tristes, lo que no quiere decir que refiera a un cuadro depresivo”, agrega Corral.
Según la UBA, más del 50% de los recuperados del COVID-19 tienen depresión
Entre los síntomas mas comunes de la depresión que todos deben prestar atención se destacan:
- Sentimientos de tristeza prolongados en el tiempo.
- Alteraciones en el sueño (tanto dormir mucho como dificultades para dormir y despertarse muy temprano).
- Pérdida de peso o drástico aumento asociado a un trastorno de ansiedad oral.
- Pérdida de apetito.
- Enlentecimiento en la cuestión motora o cognitivo, como falta de concentración, pérdida de atención, reducción en el rendimiento en los estudios o el trabajo.
Otro síntoma es la falta de placer o pérdida de interés por las cosas que habitualmente lo generan, como algún pasatiempo, algo que a priori puede no llamar la atención de los allegados de una persona que lo padece pero podría ser un indicador de la enfermedad. “La sensación de falta de placer es muy diferente a la sensación de malestar o tristeza frente a una circunstancia que nos hace sentir mal. Quienes padecen depresión lo notan claramente”, explica el especialista.
¿Cuándo es momento de ir al médico ante la sospecha de depresión?
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, los especialistas insisten en profundizar los esfuerzos para hablar de esta enfermedad que impacta en la salud mental y conlleva un estigma negativo a diferencia de otras enfermedades que atacan otros órganos, algo que puede desalentar las consultas médicas.
En este sentido, es preciso conocer y no subestimar los síntomas de esta enfermedad silenciosa, en iras de dar con un diagnóstico diferencial en el caso de ser necesario y un tratamiento eficaz a tiempo, que puede abarcar psicoterapia y/o fármacos por un período determinado, considerando que el cuadro depresivo varía en su nivel de gravedad.
“Cuando los síntomas emocionales psíquico de la mente, se tornan más duraderos en el tiempo con más intensidad, y sobretodo cuando influyen en la vida cotidiana, la performance, la funcionalidad en el estudio trabajo o las relaciones con los demás, ese es el momento para hacer la consulta, para saber si hay un diagnóstico de una enfermedad que requiere un tratamiento”, concluye el experto.
cp