OPINIóN
Análisis

Jugar para aprender y vivenciar la ESI

La Educación Sexual Integral aporta una gran oportunidad para reflexionar sobre las diversidades, los vínculos y las emociones que se ponen en juego en cada interacción social.

Educación sexual
Educación sexual | SHUTTERSTOCK

Nos encontramos frente a un contexto difícil, las desigualdades estructurales ya presentes desde la base misma del sistema se vieron agravadas por la pandemia. Para garantizar el  derecho a la educación de niñxs, adolescentes y jóvenes es necesario multiplicar la inversión e impulsar colectivamente grandes transformaciones.

Cuando hablamos de educación pensamos en la escuela pero en un sentido ampliado, que incluye a las familias, la comunidad y variadas propuestas de educación no formal. Hay mucho esfuerzo, tanto de instituciones como también de personas, dedicando una gran cantidad de tiempo, a generar propuestas y estrategias para ofrecer distintas miradas en términos educativos. En este marco, la Educación Sexual Integral aporta una gran oportunidad para reflexionar sobre las diversidades, los vínculos y las emociones que se ponen en juego en cada interacción social.

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Recientemente surgió la posibilidad de compartir una nueva experiencia, Viaja Baraja es un videojuego creado por el Programa SPORTIC que indaga sobre las vivencias de un grupo de adolescentes que deben enfrentar distintas situaciones de la vida misma. A través de una instancia lúdica, los y las jóvenes pueden reflexionar y compartir situaciones que se trabajan desde la ESI: la masculinidad tóxica, la discriminación, la autoexigencia, la identidad de género y la imagen en redes sociales, son algunos de las temáticas que entran en debate, permitiendo indagar en las múltiples diversidades sociales.

El juego permite trabajar diversos enfoques con las adolescencias como protagonistas del autoconocimiento, con gran relevancia y utilidad para educadores. Es un aprendizaje activo, establece un vínculo e interpela a través de experiencias reales los contenidos relevantes. Los videojuegos en particular integran una multiplicidad de lenguajes y códigos que cuando se usan con objetivos y propósitos pedagógicos y desde una perspectiva ESI, potencia significativamente los aprendizajes y las prácticas. Aquí existe el desafío de generar propuestas de juegos que incorporen representaciones visuales identitarias inclusivas para los y las participantes tanto como consignas y pautas de juego que propongan una tarea colaborativa y cooperativa, sobre todo en los juegos en línea.  

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La cercanía con las juventudes desde otras perspectivas es fundamental, compartiendo su mismo lenguaje y expresiones, posibilitando la innovación y movilizando la sensibilidad de la experiencia. Es un error disociar la educación del entretenimiento, del juego, hay muchas experiencias muy diversas que lo demuestran. En este caso, el videojuego se torna una herramienta muy interesante para el aprendizaje. Nos permite estar cerca de las juventudes, escuchar, y acompañarlos en sus procesos, en su fortalecimiento, para que puedan transformarse y transformar su entorno.

Celebramos y acompañamos las acciones destinadas a la Educación Sexual Integral, los aportes alternativos que integran nuevos lenguajes en las aulas y espacios pedagógicos, y permiten trascender sus paredes. Nuestro objetivo como educadores es habilitar un acceso real a una formación de calidad. Se trata de una oportunidad más de generar un movimiento. Algo nuevo que motive a jóvenes y educadores, y que renueva también nuestro entusiasmo de aportar nuevas herramientas para el desarrollo pleno.

 

* Rolando Kandel, especialista en educación y Director adjunto de Fundación SES. Coordinador programa SPORTIC, Aprender con Deporte y Tecnología.

(El uso de argot inclusivo es una decisión del autor).