OPINIóN
Pandemia de Coronavirus

Vistamos al Rey

La actividad judicial ni siquiera fue considerada como esencial. Es de suponer entonces, que son más importantes para el funcionamiento del Estado muchas otras profesiones y oficios que los Jueces, cosa que no se condice a la hora de ponderar sus ingresos y funciones.

Justicia
Justicia | S. Hermann & F. Richter / Pixabay

Hasta este mayo, el Poder Judicial solo trabajó normalmente 28 días. Está paralizado. Apenas algunos juzgados de Feria que atienden solo temas urgentes: familia, detenidos y violencia doméstica. Es decir, nadie controla. Peor aún, no hay apuro en volver a ocupar ese lugar.

Sabemos también que la situación con la justicia era ya complicada y que los retrasos estaban a la orden del día. Ni imaginar lo que va a ocurrir ahora.

Parece que no se dieran cuenta de que un país en el que las personas no pueden hacer valer sus derechos está lejos de parecer una democracia, más bien es similar a uno dictatorial. No tienen conciencia de que esto afecta a todas las personas y por consiguiente a la misma nación.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Dejar a una persona dos meses sin poder iniciar un juicio laboral (o avanzar en uno ya comenzado) es condenarlo a un retraso grave en el cobro de su indemnización – que posiblemente sea la diferencia entre comer o no comer - en tiempos en los que, además, es imposible conseguir trabajo.

El Presidente y la Justicia

Permitir “dormir” en un casillero una causa por estafa o robo o violación es dejar que ese criminal siga disfrutando del “éxito” de su delito. Es más, es casi fomentarlo. Total no pasa nada.

¿Se avanzó algo en las investigaciones de los sobreprecios en fideos y barbijos? Poco y nada.

Y como si todo esto fuera poco, además se afecta a la economía. No poder reclamar el cumplimiento de un contrato o de una operación comercial paraliza el mercado, aumentando la recesión, con las gravísimas consecuencias que conlleva.

La actividad judicial ni siquiera fue considerada como esencial. Es de suponer entonces, que son más importantes para el funcionamiento del Estado muchas otras profesiones y oficios que los Jueces, cosa que no se condice a la hora de ponderar sus ingresos y funciones.

Los reclamos de justicia también se sienten en el encierro

El Consejo de la Magistratura recién se dio cuenta de la gravedad del tema (por lo visto ellos tampoco se consideran esenciales). Por la emergencia se va a “crear una comisión” para estudiar el tema. Perón ya habló sobre la “creación de comisiones” para no solucionar nada. Volvemos 50 años atrás.

El gremio judicial dice que las instalaciones no permiten que se respete la distancia social necesaria para poder habilitarlos. Tampoco nadie se ocupa de acondicionarla. No parece tan difícil colocar unos vidrios en las mesas de entradas (al estilo bancario), alcohol en gel y barbijos. Y hacer que unos empleados hagan sus trabajos presencialmente y otros en forma remota.

Está claro que quizás algunos actos procesales “presenciales” sean difíciles de llevar a cabo, pero la presentación de escritos y sus proveídos por parte de los tribunales no deberían haberse suspendido. Ya hay para eso un sistema informático que está en funcionamiento desde hace varios años, además de la muchísima gente trabajando en esa área.

La solidaridad puede evitar una emergencia judicial

Peor, es como si les hubieran gustado estas vacaciones en las que cobran sin trabajar. El poder Judicial se ha transformado en  un "planero” carísimo.

Ya que se les paga, al menos que hagan algo. Hagan como que hacen. El mensaje que el Estado nos brinda es que "da lo mismo trabajar que no hacerlo". Se cobra igual. No es la mejor imagen que transmitir para este país, ni para ningún otro.

Pero esto no pasa desapercibido en el Poder Ejecutivo, que no sólo disfruta de estas libertades sino que además aprovecha la situación porque, cuando hay un espacio de poder vacío, tiende a llenarse. Así es como el Ejecutivo hace y deshace a su antojo, sin un poder Legislativo que le indique el qué ni uno Judicial que lo controle.

El Ejecutivo envía a la vez mensajes contradictorios: no les paga a sus acreedores, pero no les descuenta ni un peso a sus deudores. Y se centra en una nueva grieta: salud y economía. Y se equivoca, porque es salud y economía. Y justicia, y educación, y trabajo. Por favor, no más grietas.

El Congreso y la Justicia no pueden estar en cuarentena

En el medio estamos los dueños del palacete judicial venido abajo. Encerrados, cantando el himno – pensando que mágicamente nos hará salir de esto – o golpeando cacerolas creyendo que alguien las escucha, o que eso hará justicia por sí sólo.

Y proclaman: “Estado presente”. En este caso, nada más alejado.

Un consejo: el rey está desnudo; vistámoslo cuanto antes.