El sistema judicial tiene rigorismos formales que se mantienen como si estuvieran “grabados en piedra”. Ni siquiera son revisados, mucho menos cuestionados y se sostuvieron más allá de todo tipo de modernización y cambios tecnológicos que asimiló el Poder Judicial, sin reparos, con el paso del tiempo.
El cerrar un escrito con el “Proveer de conformidad, que será Justicia” en dos renglones separados es uno de ellos. Generalmente ningún operador del sistema rompe esta regla que en verdad no se encuentra contenida dentro de una exigencia legal.
Lo subyacente de esta falta de cuestionamiento es que se da por sentado la aquiescencia que ese poder jurisdiccional, conferido en nombre de la confianza pública a la persona que ejerce la magistratura judicial, ha de devolver justicia. Nada menos que el propio sentido del derecho: “lo justo, lo que corresponde”
Los jueces al interpretar y aplicar la ley eso es lo que hacen: imparten justicia dando a cada uno lo suyo, lo que corresponde.
Como abogado y dirigente sindical de la Uthgra, seccional Buenos Aires, tuve el sentimiento de cambiar el rigorismo formal del será Justicia como afirmación y expectativa por un ¿será Justicia? con signo de interrogación.
Esto aconteció al redactar con el equipo jurídico del gremio el escrito de apelación frente a la sentencia de la jueza de primera instancia en lo laboral Dra. Ana Alfie que con una incoherencia manifiesta desdijo sus propios argumentos en sentencia anterior sobre el mismo asunto de la elección del sindicato gastronómico de la Capital Federal.
La segunda vez que se expidió la jueza, nosotros que ganamos las elecciones con Dante Camaño al frente de la lista de la que formo parte y soy apoderado, esperábamos de antemano el revés judicial ya que el propio Luis Barrionuevo, nuestro verdadero contrincante que cuestiona judicialmente nuestro triunfo, tuvo el atrevimiento de anticiparlo públicamente en un acto sindical. Sus dichos en tono de arenga no fueron planteados como una aspiración, un anhelo o una expectativa sino como una contundente afirmación de algo que sabía de muy buena fuente que iba a acontecer judicialmente.
Ahora que apelamos esa sentencia anunciada previamente por nuestra contraparte nos encontramos con un nuevo anticipo, que también emana de las entrañas sindicales que comanda Luis Barrionuevo desde la Unión y que este mismo periódico se hizo eco de ello. Se hace saber que estaría cocinado ya el fallo -dejando sin efecto las elecciones que ganamos en buena ley- por parte de la Cámara Nacional del Trabajo debido a que una de las juezas, la Dra. Gabriela Vásquez, sería la garante de una sentencia que se negoció fuera de lo jurisdiccional.
Esto provendría de un contubernio entre Barrionuevo y Wado de Pedro donde en la lógica de la Negociación que se enseña en Harvard (que se sostiene bajo el principio de la negociación desde los intereses recíprocos del ganar- ganar) uno con una federación de alcance nacional acompaña en la candidatura a la presidencia del Ministro del Interior y el otro, desde la cartera política y además cuenta con múltiples vínculos en la justicia, entre ellos su ascendencia sobre la jueza Gabriela Vázquez, le estaría “cuan trofeo” garantizando la entrega de nuestro sindicato de Capital.
La Cámara Nacional del Trabajo tiene jueces de reconocida idoneidad y trayectoria, incluso la Sala 1 los alberga, será que se prestarán a semejante barbaridad jurídica de sacar fallos a pedido que afecte su legitimidad o harán que las partes que no tenemos llegada a los jueces podamos todavía esperar justicia de la justicia.
*Secretario administrativo Uthgra CABA.
