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Sustentabilidd: un cambio de paradigma y cuatro tendencias para el 2023

Bonos sustentables, transición energética, sustentabilidad en la agenda empresarial y en todas las áreas, incluso en las canchas de tenis. Así se expande el tema a todas las disciplinas.

Bonos verdes
La principal característica de los Bonos Verdes, instrumentos de renta fija, recae en el llamado use of proceeds. | CEDOC

Menos del 30% de las personas en Argentina han escuchado hablar del cambio climático, ya sea en televisión, diarios, redes sociales o en conversaciones con sus cercanos. Al igual que en otros países de Sudamérica como Uruguay, Brasil, Paraguay y Perú y la mayoría de África, el conocimiento acerca de esta problemática es uno de los más bajos del mundo, según un relevamiento de la Universidad de Yale de 2022.

La baja conciencia no es la única amenaza respecto al tema. En países donde el porcentaje es mayor como en China, Estados Unidos y muchos en Europa, se deslizan nuevos problemas, como el greenwashing empresarial o el negacionismo político. 

Además, a siete años del primer plazo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, las metas propuestas se siguen incumpliendo. Por eso, cada año que pasa se vuelve fundamental para buscar transformar nuestra realidad. Como dice un informe de la organización Forética para la agenda empresarial de sostenibilidad “llegó el momento de la verdad”. 

Bonos Verdes: el gran valor de invertir en proyectos sustentables

Desde Business & Sustainabilty identificamos cuatro tendencias para este 2023. 

En primer lugar, como un mecanismo financiero aparecen los bonos sustentables. La emisión durante el último año en Argentina alcanzó las 17 colocaciones por cifras cercanas a los $6000 millones y US$ 333 millones, lo que representa un nuevo récord en el proceso de crecimiento de este mercado.

Con una mayor conciencia de los inversores y ante la crisis económica que atraviesa el mundo, los modelos de negocios continuarán redefiniéndose a lo largo del año, con lo sostenible como oportunidad.    

El difícil contexto global de 2022, principalmente por la guerra en Ucrania y la ruptura de China-Estados Unidos, podría en realidad dejar un saldo interesante a largo plazo. 

 

Sustentabilidd: un cambio de paradigma

Según el World Energy Outlook, el aumento del precio del gas natural y de los combustibles fósiles podrían deprimir la demanda y dar lugar a una segunda tendencia: la transición energética con, por ejemplo, las apuestas por energías limpias y el aumento en la venta de vehículos eléctricos como novedad saliente.

Más allá de la innegable importancia de la lucha contra el cambio climático, la tercera tendencia está vinculada con que la sustentabilidad continúa su proceso de expansión en la agenda empresarial y deja de ser concebida exclusivamente para temas ambientales. 

Una investigación realizada por Schoroeders, Global Investor 2022 detectó que los inversores también están interesados en proyectos vinculados a la educación de calidad (47%), la buena salud y el bienestar (44%), el agua limpia (39%) y el hambre cero (34%), entre las áreas más mencionadas. 

Va un ejemplo. Hace apenas algunas semanas, la empresa social Pro Mujer lanzó la primera Obligación Negociable de género: los fondos se utilizarán para brindar créditos a mujeres de bajos recursos que realizan actividades económicas, productivas o brindan servicios, muchas de ellas en condiciones de informalidad. 

Moda sustentable: qué es y cuál es su impacto en el medioambiente

La cuarta tendencia es que la sustentabilidad se expande, no solo en su definición, sino también en las industrias: es una idea retrógrada pensar que solo ciertos negocios son los que tienen una agenda ESG. Por ejemplo, ¿la industria del tenis puede ser más sustentable? Eso se preguntaron los fundadores de Deuce, una marca de indumentaria con jugadores icónicos en sus remeras, confeccionadas de fibra de caña de bambú. 

Además, en alianza con clubes, avanzan en la recuperación de desechos como las pelotas y los tubos y los reutilizan en el packaging de sus productos. Hasta este año tampoco era común pensar en la sustentabilidad desde, por ejemplo, un balneario costero. Sin embargo, en enero San Sebastián (La Perla) y Mediterráneo (Punta Mogotes) fueron los primeros en recibir la “Blue Flag”, un reconocimiento internacional que premia la gestión sustentable de estructuras, el monitoreo de la calidad de agua, las actividades de educación ambiental y aseguran la seguridad y accesibilidad.

En un año que se presenta complicado en el mundo de los negocios, la perspectiva sustentable no puede quedarse fuera de la mesa. 

*Socio director de Business & Sustainability