La Cumbre de Mercosur el jueves 5 despedirá a los Presidentes Mauricio Macri y Tabaré Vázquez después de un semestre importante donde se cerraron los acuerdos de libre comercio con la Unión Europea el 28 de junio y el EFTA el 26 de setiembre marcando un cambio importante en la política comercial llevada a cabo desde el inicio del proceso de integración en 1991. La próxima presidencia le corresponde a Paraguay que iniciará una nueva etapa con la incorporación de los Presidentes Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou.
El Gobierno de Brasil está recorriendo un camino con las reformas laboral, previsional y tributaria para mejorar la competitividad de su economía frente a los desafíos que presenta la industria manufacturera de la región asiática (China). Paraguay y Uruguay, independientemente del color de sus gobiernos, siempre han favorecido una mayor apertura comercial por el tamaño insignificante de sus mercados internos y para evitar pagar mayores precios por la ineficiencia de la industria de Argentina y Brasil.
El Presidente Alberto Fernández enfrentará una difícil coyuntura para decidir el papel de la Argentina en el Mercosur. La creación de la Unión Aduanera avanzó en la primera década con la definición del arancel externo común y la homogeneización de la legislación comercial dejando para otra etapa la integración del sector automotriz y azucarero. La segunda etapa abandonó la iniciativa de crear un mercado común que hubiera requerido la eliminación de las aduanas y la libre circulación de los bienes y servicios. Las diferencias de políticas macroeconómicas, costos y subsidios a la inversión en la Argentina y Brasil desalentaron la posibilidad de generar un marco de competitividad para el desarrollo de las empresas. El Mercosur comercial fue tildado de neoliberal y entró en un cono de sombra donde se promovieron los temas sociales y las declaraciones políticas.
El Presidente Alberto Fernández enfrentará una difícil coyuntura para decidir el papel de la Argentina en el Mercosur
La Argentina exportó a Brasil el año pasado 11.291 millones e importó 15.573 millones. El capítulo 87 de automotores y sus partes, que se rige por un acuerdo especial fuera del Mercosur, representó el 45% de las exportaciones (si se sumara el trigo el porcentaje sería del 58%) y el 44% de las importaciones. El comercio de la Argentina con Brasil dentro de la normativa del Mercosur sólo representó el 10,1% del total exportado y el 10,3% del total importado mostrando la escasa integración de ambas economías a pesar de los 28 años de existencia del que fuera alguna vez un ambicioso proyecto de integración regional para insertarse en la economía globalizada.
El Presidente Alberto Fernández tendrá que decir cuáles son los mecanismos para lograr una mayor participación del sector industrial. El desarrollo de ese sector forma parte del ADN del peronismo y las diferentes facciones promueven aranceles más altos y control de las importaciones que en el mundo actual se identifica como una economía con sesgo anti-exportador. Las nuevas tecnologías y el desarrollo de los medios de transporte aceleraron la integración de las cadenas productivas desde los años 90 y una mayor dependencia de las importaciones para completar el ciclo productivo. El tipo de cambio competitivo con una perspectiva de largo plazo constituye una alternativa a la burocratización de los controles y facilita también las decisiones de inversión.
El Gobierno celebró los "logros" de su presidencia del Mercosur
Los miembros del Mercosur afrontan la necesidad de cambiar para crecer y difícilmente aceptarán un bloqueo a una mayor apertura como fueron los casos de Uruguay y Paraguay cuando intentaron acercarse a los Estados Unidos en un tiempo donde ese país era todavía proclive a los acuerdos de libre comercio. El Mercosur tiene una oportunidad para profundizar la integración y al mismo tiempo crear condiciones para aumentar el nivel de inversión. La obstinación en un modelo perimido que no dio resultados obligará a replantear el esquema de funcionamiento y asumir la responsabilidad de abandonar la bandera de la integración de la cual todos hablan y nadie quiere.