OPINIóN
Plan Progresar

Una agenda consensuada en política exterior

Durante los gobiernos de Kirchner, Macri y Fernández (2010-2023) nuestras relaciones internacionales siguieron moviéndose al ritmo de la espada del Zorro. ¿Cuáles son los 13 acuerdos indispensables para superar el estancamiento?

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El canciller Santiago Cafiero al participar del Segmento de Alto Nivel del 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas | Agencia Na y Telam

La política exterior argentina en la actual etapa democrática se ha distinguido por ser incoherente y tener objetivos y estrategias diferentes según las administraciones en el poder. 

En un libro titulado Buscando Consensos al Fin del Mundo - Hacia una Política Exterior con Consensos (2015-2027), el que escribe calificó a la política exterior desde 1983 hasta 2010 (gobiernos Alfonsín-Menem- Kirchner) como zigzagueante --citando a Dante Caputo--, y postuló que había que lograr los mínimos y suficientes grados de consenso para construir una política exterior coherente y efectiva en el tiempo. 

Sin embargo, la política exterior a través de los gobiernos Kirchner, Macri y Fernández (2010-2023), ha continuado moviéndose al ritmo de la espada del famoso personaje del Zorro. 

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Por lo tanto, el objetivo continúa siendo el lograr un consenso operativo, es decir acordar en lo básico para poder progresar, y evitar el actual estancamiento. Para lograr esto y para que se mantenga en el tiempo es importante contar con el apoyo de por lo menos 2/3 de la ciudadanía -y de sus representantes políticos-. Este acuerdo en lo esencial debería contemplar una política exterior para un país que debe seguir anclado en Occidente --en cuanto a valores políticos y democráticos--, pero que debe, a través de la diversificación geográfica, ampliar y profundizar sus relaciones políticas y comerciales a nivel global. 

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Un elemento esencial de una política exterior con consensos debe ser el potenciar una estrategia consensuada de desarrollo, que beneficie en forma concreta el nivel de vida de nuestros ciudadanos. Esta debe dar un rol prominente al esfuerzo exportador de diversos sectores. Por ello, es también conveniente que la política exterior cuente con el apoyo de 2/3 de los sectores productivos. 
En este sentido, es relevante notar la agenda que plantea el equipo de relaciones exteriores de Horacio Rodríguez Larreta para una “Argentina integrada al mundo”. Dicho equipo está formado por decenas de expertos y diplomáticos, --incluyendo al que escribe--, viene trabajando hace un año, e incluye hoy a miembros del Pro, del radicalismo, de la Coalición Cívica, de Avanza Libertad y del Encuentro Republicano Federal. 

Apuntes para una nueva política exterior

Aunque el foco está en “poner la política exterior al servicio de una agenda de desarrollo que impulse nuestros motores de crecimiento -agroganadería, energía, minería, industrias manufactureras, industrias del conocimiento, turismo -- para mejorar la calidad de vida de los argentinos“, la agenda cubre los temas prioritarios en materia internacional. Así, se establecen 13 puntos que sólo sintetizan el pensamiento y el arduo trabajo del equipo: 

  1. Un compromiso sin reservas con la democracia y los derechos humanos en América Latina,
  2. Tendremos una política exterior previsible y sin zigzagueos, que construya credibilidad y confianza, 
  3. Profundizaremos nuestra relación estratégica con Brasil y dinamizaremos el Mercosur, 
  4. Negociaciones económicas internacionales con mirada federal. Pondremos en vigencia los acuerdos Mercosur-Unión Europea y Mercosur-EFTA, Jerarquizaremos  la relación con los países del Indo-Pacífico (en particular India y la ASEAN), Medio Oriente y el norte de África,
  5. Vamos a acelerar el ingreso a la OCDE y la aprobación de los tratados internacionales de inversión frenados en el Congreso, 
  6. Recuperaremos el valor de la palabra presidencial, deteriorado durante el actual gobierno, 
  7. Continuaremos reclamando el pleno ejercicio de nuestra soberanía sobre las Malvinas en foros internacionales, 
  8. Profundizaremos la relación con Estados Unidos, buscando nuevos mecanismos para fomentar y ampliar el comercio y las inversiones, 
  9. Promoveremos una agenda con China en el marco de la Asociación Estratégica Integral entre ambos países, 
  10. Proyectaremos al mundo una Argentina comprometida con la lucha contra el cambio climático, 
  11. Reorganizaremos la Cancillería y las representaciones diplomáticas en el mundo con un objetivo central: generar oportunidades de desarrollo, incrementar nuestro comercio exterior, y promover la llegada de inversiones con un enfoque federal, 
  12. Jerarquiza-remos el rol de las Fuerzas Armadas en el marco de una estrategia moderna de Seguridad Nacional
  13. Custodiaremos el Mar Argentino y combatiremos la pesca ilegal.  

Como podemos ver, aunque esta agenda se propone “transformar al mundo en una oportunidad de desarrollo para los argentinos”, de ninguna manera se limita a lo económico, procura ser integral, y podría ser usada como instrumento para llegar a acuerdos básicos.  

Operar dentro de acuerdos básicos convenidos, permitiría acomodar las iniciativas que tengan las sucesivas administraciones, siempre que los criterios para mantenerlas sean su efectividad y éxito, y no solamente razones político-ideológicas.  

A su vez, se evitaría que un nuevo gobierno tire “por la borda” injustificadamente lo hecho por gobiernos anteriores.  Adicionalmente, un mayor grado de estabilidad y coherencia, permitirá comunicar nuestras acciones claramente a nivel interno y externo, evitando el tener que “hablar con dos lenguas”, dando a interlocutores diferentes, mensajes diferenciados. Incidentalmente, el libro mencionado recomendaba, como lo refleja su subtítulo, un período de tres gobiernos (2015-2027) para poder instaurar una política exterior con consensos, donde el tercer mandato podía hasta llegar a ser ejercido por una administración de distinto signo político. 

Una política exterior con consensos es crítica para superar la inconstancia que ha caracterizado nuestra política internacional en el período democrático actual, e implementar una estrategia coherente y sostenible en el tiempo. A su vez, ésta podría ser de suma utilidad para el equipo de política exterior entrante y en particular para el nuevo Canciller, ya que como escribió el exsecretario de Estado norteamericano Dean Acheson: “El puesto del Canciller depende del éxito de su partido, pero el éxito en su puesto depende del apoyo de otros partidos”.

* Analista Internacional. Autor de Buscando Consensos al Fin del Mundo - Hacia una Política Exterior con Consensos (2015-2027)