Argentina es uno de los pocos países de América Latina y del mundo que no cuenta con una agencia dedicada a evaluar algo más que el gasto público. México, Colombia, Uruguay y Canadá tienen agencias federales encargadas de evaluar el impacto y los resultados de las políticas. En su Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), México invierte 17 millones de dólares (unos 361 millones de pesos mexicanos) al año. Realizar evaluaciones constantes de planes y programas públicos ayuda a tomar mejores decisiones de gestión y a informar el debate público; permite aprender de la experiencia y rendir cuentas. Las evaluaciones contribuyen a entender qué pasa cuando el Estado interviene. Son claves para lograr mayor transparencia.
La pandemia por covid-19 en Argentina mostró que el conocimiento experto es una base sólida para dar respuestas dinámicas a fenómenos cambiantes. La creciente complejidad de los problemas sociales demanda un Estado con mayor capacidad analítica para tomar decisiones que beneficien el conjunto de la ciudadanía. La producción, el procesamiento y la gestión de información basada en datos de calidad son fundamentales para nutrir las decisiones de política pública, tanto desde su diseño como durante su implementación. Pensar y ejecutar respuestas integrales y efectivas exige que la política (y con ello los y las políticos) cuente con análisis de calidad que contribuyan a tomar rumbos informados y basados en evidencia.
Una agencia federal de evaluación puede contribuir a sistematizar y consolidar información sobre los resultados de las políticas públicas. De hecho, con el objetivo de aumentar la productividad social de la inversión pública, Alberto Fernández anunció en 2020 la creación de una agencia para Argentina, que aún está pendiente. Con este compromiso, el presidente de la Nación reconoce la importancia de fomentar políticas públicas basadas en evidencia, de analizar la inversión pública y contribuir a ejecutar planes y programas más efectivos.
Las evaluaciones
contribuyen a
entender qué
pasa cuando
el Estado interviene
La agencia es, además, una de las 25 metas a lograr en mil días por el Consejo Económico y Social. Necesita ser concebida como un espacio amplio, federal e inclusivo desde lo territorial, con pluralidad política y metodológica. Necesita hacer evaluaciones sobre las políticas centrales que hacen al desarrollo nacional. Tiene que tener la obligación de articular y coordinar su agenda con toda la administración pública, centralizada y descentralizada; con las provincias, el Poder Legislativo y el ecosistema científico-tecnológico.
La agencia es una institución que necesita diseñarse para informar las prioridades de gobierno. Solo así podrá dar valor público y legitimidad a sus informes y recomendaciones. Necesita alimentar el argumento sobre el análisis de los impactos y resultados y dejar un poco de lado la evaluación únicamente presupuestaria que se concibió hace más de treinta años, cuando en los 90 se puso en marcha la Ley de Administración Financiera.
La agencia necesita un presupuesto propio y un equipo técnico que faciliten su autonomía con relación a las presiones cotidianas, para dialogar permanentemente con los objetivos de gobierno. Debe ejercer un rol central para garantizar requisitos mínimos a los planes y programas, y estándares internacionales de calidad para los informes que produzca. La agencia ayudará a llevar la administración pública nacional a un lugar más moderno, para consolidar un Estado inteligente que genere datos claves para tomar mejores decisiones. La necesidad de la agencia es nada menos que la de conocer el impacto de las políticas.
*Directora del Programa de Monitoreo y Evaluación de Cippec.
Producción: Silvina Márquez