PARADISEPAPERS
Paradise Papers

Los Paradise Papers desnudan sólo una parte del circuito de dinero no declarado

Las filtraciones sobre paraísos fiscales alimentan la idea de que el secretismo bancario es un atributo exclusivo de islas remotas. Pero las grandes potencias no se quedan atrás.

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Escrache. Una activista protesta en París contra Apple, una de las compañías que eluden al fisco. | AFP
Tal como ocurrió con los Panamá Papers, el escándalo desatado por la filtración masiva de los Paradise Papers desnuda apenas una pequeña parte del intrincado circuito internacional de dinero no declarado, cuyo monto global iguala hoy la suma de los PBI de Estados Unidos y la Unión Europea.

Los documentos del estudio jurídico Appleby revelados esta semana por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) –en el que participa PERFIL a través de Emilia Delfino (ver páginas 14 a 18)– volvieron a poner en el centro de la escena a las islas remotas y exóticas que el imaginario popular suele asociar con maniobras como la elusión, la evasión, el fraude o el lavado. Sin embargo, la opacidad financiera no es un atributo exclusivo de pequeñas naciones con legislaciones a medida del universo offshore: varias de las mayores potencias del planeta también entran al podio de países con mayor nivel de secretismo fiscal.


La ONG Tax Justice Network (TJN), la mayor red internacional de combate contra la evasión impositiva, estima que el monto global total de activos privados no declarados oscila entre los 21 y los 32 billones de dólares.

Aunque operar en un paraíso fiscal no constituye un delito en sí mismo, esa práctica suele utilizarse para operaciones ilícitas o al límite de lo legal. Según el Banco Mundial, cada año circulan mundialmente entre 1 y 1,6 billones de dólares provenientes de delitos financieros. El FMI calcula que la evasión impositiva provoca pérdidas en ingresos fiscales por 700 mil millones de dólares anuales a nivel mundial.

¿Libres de pecado? Cada año, TJN elabora un ranking de opacidad financiera que combina dos criterios: un score de secreto bancario y la magnitud de las actividades financieras opacas en cada país. Esta segunda variable explica la aparición de países como Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, China y Rusia en la lista de las treinta naciones con mayor nivel de secretismo fiscal (ver infografía). Aunque sus regulaciones son más estrictas que en islas caribeñas o principados europeos, los sistemas financieros de dichas potencias tienen suficientes agujeros como para atraer enormes capitales en busca de escondite.

En 2016, cuando estalló el escándalo de los Panamá Papers, la prensa internacional llamó la atención sobre el hecho de que en las listas filtradas aparecían pocos empresarios, políticos y personajes influyentes de nacionalidad estadounidense. La explicación era sencilla: resulta bastante fácil crear sociedades opacas en Estados Unidos. Sus ciudadanos no necesitan recurrir a Panamá cuando disponen de una industria de refugios onshore que es tan secretista como ciertas islas paradisíacas.

Las nuevas filtraciones de Paradise Papers confirman la naturaleza de un sistema basado en prácticas abusivas y corruptas, con una globalización del secretismo financiero que es aprovechada por grandes bancos y estudios jurídicos –afirma Alex Cobham, director ejecutivo de TJN–. Los intentos de los gobiernos de combatir este problema han sido, en el mejor de los casos, tímidos. Los líderes mundiales necesitan aprovechar esta nueva ola de preocupación para convenir en la ONU una estrategia contra el secreto financiero y el abuso fiscal. Y los ciudadanos no podemos sentarnos a esperar una nueva filtración: este problema no va a resolverse por sí solo”.

Futbolistas en la mira

Los futbolistas mexicanos Diego Reyes y Héctor Herrera crearon empresas en paraísos fiscales, según la investigación Paradise Papers del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). 

“Ambos jugadores crearon estructuras financieras llamadas ‘empresas de papel’ en Malta que les han permitido pagar pocos impuestos, ya que al ser empresas extranjeras apenas pagan el 5% de lo que corresponde”, señaló ayer Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), una organización civil mexicana relacionada con el ICIJ. 

Tanto Herrera como Reyes juegan para el Porto de Portugal, y actualmente se encuentran concentrados con la selección nacional de su país.