Parminder Basra (37), el hombre de origen indio que hace un año y medio estranguló a su esposa María Lorenza Salinas (33) en su departamento del barrio porteño de Floresta y durmió una noche con el cadáver, fue declarado culpable y condenado a la pena de prisión perpetua.
El acusado, que además de matar a su mujer abusó de su cuñada, siguió el fallo vía Zoom desde la sala de teleconferencias de la cárcel de Ezeiza, donde actualmente se encuentra detenido.
María Cecilia Maiza, Marcelo Alvero y María Elina Regueira Debenedetto, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 24 porteño, lo condenaron por los delitos de "abuso sexual simple, amenazas coactivas reiteradas en dos ocasiones y homicidio agravado por el vínculo y por su comisión contra una mujer por parte de un hombre y mediando violencia de género, todos los cuales concurren en forma real en calidad de autor”.
Basra habló este jueves por última vez, pero solo pidió ver a sus hijos. Durante el juicio, que comenzó el 17 de junio pasado, el femicida confesó el crimen, pero negó los cargos por abuso.
Los hijos del acusado y la víctima fueron testigos del crimen: tenían 1, 3 y 7 años. La pareja estaba separada, pero en la noche del 13 de noviembre de 2019, el hombre entró al departamento -pese a que tenía una prohibición judicial de acercamiento-, discutió con su esposa, la encerró en la habitación y la estranguló. A la mañana siguiente, abrió la puerta como si nada e inmediatamente después llamó al 911. "Maté a mi mujer", dijo y esperó en el lugar hasta que lo detuvieron.
Eran las 11.30 de la mañana. La noche anterior los chicos habían escuchado los gritos de auxilio de su mamá, pero pensaron que se trataba de un juego. La hermana de la víctima, que durante la instrucción denunció a su cuñado por abuso sexual, recordó el diálogo que esa mañana mantuvo con uno de sus sobrinos.
El chiquito le contó que sus padres habían estado "jugando" y que papá "le había pintado de azul" la cara a su mamá. María había muerto por estrangulamiento mecánico y el color que refirió el nene coincidía con los detalles que había brindado el policía que esa mañana encontró el cuerpo en la habitación.
La fiscal Ana Helena Díaz Cano, en su alegato, entendió que el imputado se creyó con el "derecho a decidir sobre la vida" de su víctima e hizo un pormenorizado detalle de los padecimientos de la mujer, antes y después de haber denunciado a su pareja por violencia de género.
Por ejemplo, un mes antes del femicidio, en septiembre de 2019, María le planteó a su marido que quería separarse. Lo había pensado varias veces, pero hasta ese día nunca se había animado a decírselo. Como era de esperarse, su marido reaccionó violentamente. “Tu enfermedad mental me tiene cansado, te voy a matar”, la amenazó.
Al otro día volvieron a discutir. Ella intentó abandonar el departamento con sus tres hijos, pero Basra no la dejó. “Andate vos, a mis hijos no te los llevas y si los venís a buscar te voy a matar”, le respondió.
Ya decidida, la mujer fue hasta la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema. Allí denunció las agresiones recientes, pero también los padecimientos que venía soportando en los últimos meses. A raíz de ello, el Juzgado Nacional en lo Civil Nº30 dispuso la prohibición de acercamiento de Basra a una distancia menor a 200 metros del domicilio donde vivían y mantener cualquier tipo de contacto con su pareja. Claramente, el acusado no respetó la medida judicial. Y el 13 de noviembre de 2019 fue decidido a matarla.
Al analizar el contexto de violencia de género en el que se enmarcó el femicidio, la fiscalía recordó el testimonio de una de las amigas de María. La testigo, entre otras cosas, aseguró que el acusado le había dicho a María que “si no era de él, no sería de nadie”.
Uno de los fiscales del caso Ángeles quedó a un paso de ir a la cárcel por dos abusos sexuales
“El imputado es un hombre que pretendía a cualquier costo imponer su voluntad, dominar a la víctima y convertirla en un objeto de su propiedad”, describió la fiscal.
El acusado, además, no permitía que María tuviera contacto con sus hermanos. Incluso, la fiscal destacó que llegó a encerrarla para que no saliera y mencionó el informe de riesgo elaborado por la OVD que dio cuenta del escenario de violencia y la separación que quería encarar la víctima y que no lograba concretar.
En el alegato, Díaz Cano pidió que se lo condene a prisión perpetua y sumó a la imputación por el femicidio la situación de acoso, abuso sexual y asedio que el acusado presuntamente desplegó contra la cuñada de la víctima, lo que demuestra también la forma en la que buscaba imponer su voluntad sobre las mujeres.
— Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas del día.
CP