POLICIA
“No la olviden”

A 17 años años de la desaparición de Sofía Herrera, su mamá pide que la sigan buscando

Un domingo 28 de septiembre, hace exactamente 17 años, la vida de María Elena Delgado cambió para siempre. Sofía, su hija de 3 años, desapareció en un camping de Tierra del Fuego y nunca más se supo de ella. Desde entonces, la familia enfrentó cambios de jueces, pistas falsas, hostigamiento social y hasta acusaciones infundadas. Hoy, con la causa paralizada y un sospechoso prófugo con pedido de captura internacional, ella reclama que no se abandone la búsqueda.

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Sin pistas. Sofía tenía 3 años cuando desapareció en el camping John Goodall, a 60 kilómetros de Río Grande. Hoy tiene 20. | cedoc

Sofía Herrera (3) desapareció un domingo como el de hoy. Sus padres habían ido a pasar el día a un camping de Río Grande, en Tierra del

Fuego, con una pareja amiga. Cuando estaban bajando las cosas del auto perdieron de vista a la nena de 3 años y nunca más supieron de ella.

Hoy, 17 años después, su madre, María Elena Delgado, pide que “no la olviden”. “Uno lo piensa, decir maldito día, cómo se le ocurrió ir ahí, cómo pasó una cosa así en un lugar que nunca pasó nada. Vivíamos en un lugar completamente seguro y de golpe se nos vino el mundo abajo”, recuerda en una entrevista con PERFIL.

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En casi dos décadas, la familia siguió cientos de pistas. “Gente que me llama, que me cuenta historias, que me manda fotos. Una vez me hablaron de una nena en Mar del Plata que era parecida, pero al final no era. Hemos recorrido casi todo el país, Fabián hasta fue a Perú, Bolivia y Chile, siempre con la foto de Sofi”, cuenta Delgado.

La exposición mediática también generó episodios dolorosos. “Cuando pasó lo de Loan, algunos empezaron a decir que una de las hijas de Carlos Pérez era Sofía. Fue terrible. Hasta hoy me siguen insistiendo con eso. Pero no es así, se hizo ADN y dio negativo. Es la hija biológica de ellos. Hay cosas que no deberían permitirse porque hacen mucho daño”, afirma.

Incluso tuvo que iniciar acciones legales: “Ahora estoy en un juicio contra una mujer que dijo en un video que yo había vendido a mi hija. Es un invento horroroso. Ojalá siente un precedente, porque no cualquiera puede decir cualquier barbaridad sobre nosotros y sobre mi hija”.

Sofía tiene hoy 20 años. María Elena busca actualizar la imagen de su hija con programas de inteligencia artificial que simulan cómo podría lucir actualmente. “Estamos esperando que alguien lo haga de manera seria, porque lo que nos hizo la Policía Federal era cualquier cosa. Una imagen de alguien que no se parecía a Sofi. Después, con ayuda de una chica de Colombia y de Carlos Salerno, logramos algo más parecido. Yo creo que mi hija puede estar así. Pero lo cierto es que no tenemos hoy una foto que me diga exactamente cómo está mi hija con veinte años”, explica.

Para ella el paso del tiempo es un enemigo implacable. “Es difícil reconocer a alguien tantos años después. Algunos cambian mucho, otros no. Una ONG de Francia me dijo que lo único que no cambia nunca son las cejas y las orejas. Eso me quedó grabado”, señala.

A 17 años, María Elena le pide a la Justicia lo básico: “Que siga buscando a mi hija”. “Por más que pasen los años, Sofi tiene que seguir siendo buscada. Hay personitas que aparecieron muchos años después. Con todo lo que se trabajó en la zona nunca se encontró nada. Así que puede estar en otro lugar. Lo que necesitamos es que no se olviden de ella”, insiste.

El caso de Sofía estuvo marcado por errores iniciales que todavía pesan. La policía demoró casi dos horas en llegar al camping, que está a solo 90 kilómetros de la frontera con Chile.

En los inicios de la investigación, surgieron hipótesis de todo tipo: que Sofía se perdió en el bosque, que cayó en los acantilados cercanos, incluso que pudo haber sido atropellada. Pero ninguna prosperó, y algunos comenzaron a sospechar de su entorno. “La misma sociedad nos hostigó tanto que decían que éramos los culpables, que nunca habíamos llevado a Sofi al camping, que mentíamos, que la habíamos vendido. Fue tremendo”, recuerda María Elena.

La madre no oculta el dolor que le produjo la desconfianza social: “Los primeros tiempos fueron muy difíciles porque se tenía que investigar todo lo que decían de nosotros. Si alguien decía que Fabián tenía deudas o que era jugador del casino, había que comprobarlo.

Y no era verdad. Nunca existieron esas cosas. Pero igual nos investigaron”.

Sospechoso prófugo. Con el paso de los años, una pista se volvió central. Uno de los niños que estaba aquel día aseguró haber visto cómo un hombre descendía de un auto gris y se llevaba a Sofía. Esa persona fue identificada como José ∫≠Dagoberto Díaz Águila, alias “Espanta la Virgen”.

Primero fue tomado como testigo, pero tiempo después la causa lo señaló como sospechoso. En 2020, Interpol emitió una alerta roja para su captura internacional. Hasta hoy, continúa prófugo.

María Elena sigue de cerca esa búsqueda. “Sí, a José Dagoberto Díaz Águila lo siguen buscando, pero no hay ninguna novedad. Estoy en contacto con la Justicia porque a veces llega algún dato, alguien manda una foto y se trabaja, pero no se está haciendo mucho. La causa hoy está muy parada”, lamenta.