El asesinato de la oficial porteña Maribel Salazar a manos de un hombre que le robó su arma reglamentaria y disparó volvió a exponer en la discusión pública el grado de protección de las fuerzas de seguridad. Más allá de los réditos políticos que distintos actores intentaron recoger a partir de la tragedia, también surgieron preguntas sobre el uso de armas de fuego en las calles, se instaló nuevamente el debate por el uso de las pistolas TASER e incluso hubo deliberaciones sobre por qué la oficial se encontraba sin apoyo al momento de su muerte.
Las versiones que dejaron trascender sobre el hecho el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, y la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), coinciden en un punto: Salazar se acercó para auxiliar a Oscar Gustavo Valdez en la estación de Retiro de la Línea C y luego fue ultimada, sin motivo aparente, de dos tiros.
Si bien la oficial portaba el chaleco antibalas, uno de los disparos impacto en el cuello. El otro, en el tórax. En total, Valdez accionó el arma seis veces. "Actuó en forma inesperada y por eso tomó por sorpresa a la oficial Salazar, que era una mujer de experiencia", aclaró Miguel el martes en declaraciones radiales con Romina Manguel en Radio Con Vos.
A raíz de la discusión por el protocolo de actuación, PERFIL consultó al Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires si la oficial no debía estar acompañada por otro agente. "No fue intervención por un hecho de inseguridad, había una persona que se sentía mal y la mujer fue a llevarle un vaso de agua", explicaron. Si se hubiera presentado una situación de riesgo, detallaron, en ese caso el protocolo indica que sí sean dos oficiales los que deben actuar para posteriormente llamar al 911.
Al momento de la agresión, Salazar se encontraba con el chaleco antibalas. "Estaba en regla y era del talle", aseguró la misma fuente a este medio sobre la consulta sobre una falla del elemento de seguridad. "Además no iba a detener un disparo que entro en el cuello", se explayó.
En el caso del robo del arma, se constata que por las versiones del gobierno porteño y el gremio de los trabajadores del subte que Valdez, mientras era asistido, traicionó la confianza de quien lo ayudaba y la atacó mientras estaba en una camilla, forcejeo mediante. Posteriormente se dio a la fuga. El agresor de 30 años ya tenía antecedentes por resistencia a la autoridad y violencia de género.
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El debate sobre el uso de armas de fuego y las TASER
Poco después de ocurrido el hecho, el licenciado ministro de Seguridad de CABA, Marcelo D'Alessandro, lamentó la muerte de la oficial y lanzó críticas contra el gobierno. "El enfrentamiento podría haber sido controlado con una pistola Taser. Hace dos años compramos 60 unidades, pero el gobierno kirchnerista las bloqueó con el festival de excusas truchas que usan para defender delincuentes", posteó.
La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, también retomó el mismo argumento: "Nosotros compramos las Taser. Gastamos la plata de los argentinos para que la policía tenga protección y proteja al ciudadano, Las metieron en un cajón y no las usaron nunca más", cuestionó.
En la mañana de este miércoles, el director del área de Seguridad del Instituto de Políticas Públicas de la CABA, Luis Duacastella, amplió el debate y habló con Gustavo Sylvestre en Radio 10 sobre la portación de armas de fuego en la calle.
"La ley de seguridad pública de la ciudad (NdR: Ley 5.688 que establece el marco general del Sistema Integral de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) prohíbe la portación del arma solo en manifestaciones, donde hay mucha gente. Esta policía estaba prestando servicios en un lugar de transporte de pasajeros, donde pasan miles de personas. Me pregunto si los que ordenan la prevención habrían pensado en esto", planteó.
Si bien aclaró que bajo el mismo marco la oficial debía cumplir con su deber por la proximidad con el problema que estaba ocurriendo, consideró "innecesario" que la policía porte armas "en todo momento" porque se pone en peligro a terceros y a ellos mismos. "Esto no tiene nada que ver con sustituir un arma de fuego por una TASER", aclaró.
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