Esta semana comenzó el juicio contra Leandro Acosta y Karen Klein, los hermanastros que eran pareja y que en 2015 fueron acusados de asesinar y calcinar a sus padres en una vivienda en Pilar. El joven confesó ser autor de uno de los hechos, y apunto hacia la mujer por la responsabilidad del otro.
Acosta, de 29 años, declaró el miércoles 9 de octubre durante la segunda jornada del juicio oral y público ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro y confesó haber matado a su padrastro, y apuntó por el crimen de su madre, a su hermanastra. Tras su testimonio, la chica que aguardaba en libertad el juicio, fue detenida.
El juicio que se realiza es por la muerte de su padrastro, Ricardo Ignacio Klein, de 54 años, y de su madre, Miryam Esther Kowalczuk, de 52. Ante los magistrados Acosta detalló lo sucedido el 2 de septiembre de 2015: "Yo no estoy loco", comenzó cuando tomó la palabra.
El acusado agregó que eso lo decía porque "una abogada particular" que lo había asesorado al comienzo de la causa le había dicho que debía declararse insano porque quería "vender los derechos" sobre su vida. Luego, reconoció haber matado a su padrastro de un disparo, y detalló que cuando dejó el arma arriba de la mesa, Karen Klein la tomó y le efectuó dos balazos en el pecho a Kowalchuk.
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"Se cayó al piso y la remató de un tiro en la cabeza. Incluso quedó el agujero en el suelo", reveló el hombre y acto seguido pidió perdón a la familia por lo sucedido, consignaron fuentes judiciales a la agencia de noticias Télam.
A raíz de esta declaración, la fiscal de juicio, Laura Zyseskind, pidió la detención de Klein por la pena en expectativa que enfrenta (prisión perpetua) y los jueces del TOC 7° hicieron lugar "de forma preventiva" para "asegurar su comparecencia al debate".
Por su parte Rómulo Miño, abogado de la mujer, mostró su disconformidad con la medida de los jueces María Coelho, Alberto Gaig y Federico Ecke y justificó su malestar al sostener que su defendida "siempre se presentó a las audiencias y si se hubiera querido fugar, lo hubiera hecho".
Asimismo, el letrado añadió: "Hasta ahora estaba en libertad y no tenía ninguna restricción para salir del país. Igual no tiene medios económicos y ni siquiera pasaporte, así que recibió muy mal esta decisión".
Ahora, Klein deberá permanecer en prisión al menos hasta el viernes 11 de octubre, cuando se realizarán los alegatos y se conocerá cuál es la acusación de la fiscal, ya que la chica llegó al debate beneficiada con una falta de mérito.
En este marco se aguarda la declaración de una serie de testigos, entre ellos los hermanos menores de los acusados, quienes darán testimonio a través de Cámara Gesell
El caso. El hecho que se juzga fue descubierto el 13 de septiembre de 2015, cuando a raíz de una denuncia por paradero, la Policía allanó la casa familiar situada en Sarratea 2726 de Manuel Alberti, Pilar, y en el lugar encontró restos humanos quemados de Klein y Kowalczuk. Posteriormente, en un baldío ubicado a ocho cuadras de la casa, se hallaron 16 bolsas con cenizas, huesos y más restos calcinados.
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La mujer siempre declaró que ella sólo fue testigo de los crímenes de sus padres y que si no había denunciado nada era porque estaba amenazada por Acosta. Pese a sostener esto, la fiscal optó por mandarla a juicio para que sea un tribunal el que defina si tuvo o no algún grado de participación.
En su primera declaración, Klein conró que el doble parricidio ocurrió alrededor de las 8.30 del 2 de septiembre de 2015, cuando los hijos de las víctimas y hermanastros de los imputados, mellizos de 11 años en ese momento, no estaban en la casa porque Kowalczuk los había llevado al colegio.
Klein contó que Acosta ejecutó al hombre de un tiro en la cabeza cuando estaba en su cama y a su madre de tres disparos cuando ella llegó de la escuela. Luego, se deshizo de los cuerpos en varias fogatas. El joven fue enviado a juicio pese a que un peritaje oficial determinó que es inimputable porque hay un estudio neurológico que lo pone en duda.
F.D.S./F.F.