POLICIA

Cómo fueron las amenazas de la Policía tucumana contra un productor chaqueño

Juan José Vallejos relató a Perfil.com la odisea que vivió junto a su hija. Redes de prostitución, advertencias y el miedo de volver.

A la salida de tribunales, Juan José Vallejos y su hija Eliana contaron que llevaban un día sin dormir y sin comer nada.
| Gentileza La Gaceta

"No todos los policías de la Argentina son así de corruptos. Ahora, en Tucumán parece que sí. Pero a mí me gusta este país, no pienso en irme ni siquiera de mi provincia", aseguró a Perfil.com el productor chaqueño Juan José Vallejos, detenido y extosionado por un grupo de policías tucumanos para que su hija, con la que viajó en su camioneta a Tucumán para participar de un concurso de belleza, "no fuera llevada a las redes de prostitución".

El calvario que vivió Juan José Vallejos con su hija y un amigo en San Miguel de Tucumán volvió a dejar al descubierto la corrupción de la policía tucumana. El emprendedor rural chaqueño contó a este portal que ningún funcionario del gobernador José Alperovich se comunicó con su familia luego de ser detenido ilegalmente por ocho horas por policias de civil, e incluso ser separado de su hija, menor de edad.

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Vallejos aseguró que tiene "miedo" de regresar a esa provincia: el 5 de agosto debe acudir a una rueda de reconocimiento ante la Justicia para identificar a los nueve polícias de la Brigada de Investigaciones que lo detuvieron sin motivo. Según denunció el productor, los oficiales lo extorsionaron en una oficina policial para que les pagara 30.000 pesos bajo la amenaza de "hacerle una causa con droga o armas" y "meter a su hija en la prostitución".

Apriete. El productor ganadero viajó a la provincia de Chaco hasta Tucumán para que su hija, de 16 años, participara de un concurso de modelaje. En la madrugada del jueves 25 de julio, un grupo de policías le ordenó detener su camioneta, supuestamente, por "haber doblado mal en una rotonda".

Vallejos discutió con los policías -todos de civil y con un patrullero sin sirenas- y recibió la orden de acompañarlos a una comisaría: se trataba de la Brigada de Investigación Norte de la capital tucumana. "Parecía un cuartel de inteligencia de la dicturadura, con coches destartalados", recordó el productor.

En el lugar no había un solo policía de uniforme. Seis agentes comenzaron a extorsionarlo, mientras su hija lloraba en una oficina, separada de su padre. Le pedían 30.000 pesos para que no le "armaran" una causa, además de amenazarlo con incluir a su hija en una red de trata de personas.

Al mismo tiempo, a la adolescente le advertían "que si su papá no ponía la plata, iba a tener problemas". Estuvieron separados dos horas, en plena madrugada.

Sin uniforme. "Era increíble la impunidad que tenían", relató Vallejos. "Los otros policías seguían como si nada", contó. El empresario se comunicó con su esposa en Chaco para que le girara ese dinero por Western Union. "Yo ya quería pagarles y que se terminara todo. La plata ya no me importaba", prosiguió el agricultor a Perfil.com.

A las 8 de la mañana del jueves, Vallejos salió de esa brigada -su hija quedó con el amigo de su padre- y fue acompañado por dos policías a tres agencias de pago. En ninguna contaban con esa suma de dinero. Entonces tuvieron que ir al Correo Central de San Miguel.

Cuando Vallejos estaba en la fila -según relató a Perfil.com- el cajero notó una actitud extraña en el policía de civil que lo vigilaba, y se comunicó con el guardia policial -uniformado- de turno.

"Al venir la policía provincial, los agentes que me seguían se empezaron a hacer los amigos, vieron que se les empezó a complicar y me quisieron confundir. En voz baja le conté al cajero lo que estaba pasando", explicó. "Sobre las 10, llegó el comisario de esa Brigada de Investigaciones. Me pidió desesperado que no los denunciáramos que 'les generábamos un gran problema", continuó Vallejos.

Con la llegada de los comisarios superiores de la Policía de Tucumán, la situación se normalizó poco a poco. Los altos mandos le aseguraron a Vallejos que iban a denunciar e investigar a los responsables.

Al regresar a la Brigada donde fue "detenido" el agricultor, los cómplices salieron por la puerta de atrás. Fueron detenidos los 27 miembros de esa dependencia.

"En la Fiscalía nos contaron que hubo muchas más denuncias idénticas. Estos policías tienen que ir presos para que no le hagan mal a otra gente", finalizó el productor rural.