Hace rato que la ciudad de Rosario vive bajo fuego, con disputas narcos, balaceras y sicariato. Las estadísticas reflejan un aumento creciente de la violencia que parece no tener fin: 2021 podría convertirse en el año con más asesinatos de la última década. Ya hubo 204 y faltan todavía 48 días para que termine el año.
La lista negra sumó en las últimas horas cuatro víctimas fatales más: tres jóvenes, de 15, 21 y 28 años, fueron asesinados a tiros cerca de la autopista Rosario-Córdoba y un chico de 26 fue baleado cuando regresaba en moto de una fiesta clandestina en la zona sudoeste.
Aarón Isaías Aguirre (21), Maximiliano Alejandro González (28) y Fabricio Maregui (15) estaban reunidos junto a otros dos jóvenes en la puerta de una casa ubicada en la calle México al 1700, en la zona oeste de Rosario. Eran cerca de las 20 del viernes cuando dos sujetos se asomaron por la ventanilla de un auto y dispararon contra todos.
Los peritos de la policía recogieron 13 vainas servidas calibre 9 milímetros y seis plomos que serán peritados. De acuerdo con las fuentes, Aguirre murió de manera instántanea y tres de los cinco jóvenes reunidos fueron asistidos en el lugar y derivados de urgencia a distintos hospitales.
González ingresó a la guardia de Policlínico San Martín con heridas en el abdomen y la pierna izquierda. Había perdido mucha sangre. Falleció pocos minutos después.
Maregui, por su parte, fue derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA), con un balazo en la cabeza y heridas en la espalda. No pudo sobrevivir.
Otro joven, identificado como Maximiliano A., terminó con un balazo en una pierna. Cuando le dieron el alta quedó detenido porque la policía allanó su domicilio, cercano al lugar donde se produjo el ataque, y secuestró una pistola calibre 22, proyectiles 22 y 32 y distintos tipos de droga.
La principal sospecha que manejan los investigadores es que los jóvenes estaban involucrados en el circuito del narcomenudeo y fueron atacados en medio de una venganza.
El otro crimen ocurrió en la madrugada del sábado. Diego Ariel Pioli (26) regresaba de una fiesta junto a su hermana cuando fueron atacados a tiros por desconocidos frente a una cancha de fútbol ubicada en las calles Doctor Rivas y Comandos. De acuerdo con los voceros, Pioli falleció prácticamente en el acto, mientras que la menor fue derivada al Heca, donde la asistieron y permanece internada con pronóstico reservado.
Con estos cuatro crímenes, la ciudad de Rosario pasó la barrera de los 200 asesinatos. Desde enero hasta el 13 de noviembre hubo 204 homicidios, una cifra cercana a la registrada en 2013 (se contabilizaron 206 hasta el mes de octubre), el año más violento de la última década. Ese año fue acribillado Claudio “el Pájaro” Cantero, líder de la narcobanda Los Monos, y su muerte desató una ola de venganzas nunca antes vista.
Bajo fuego. Como si no alcanzara con los asesinatos y las escenas diarias de sicariato, Rosario sumó esta semana una nueva preocupación: los atentados a las estaciones de servicio (ver aparte). Hubo cuatro casos en 48 horas con un nivel de violencia que sorprende.
Los ataques ocurrieron entre las 21 y las 24. Según fuentes policiales, los agresores disparan desde una moto en movimiento sin importar quiénes estén enfrente. Como muestra alcanza con ver las vidrieras de los minimarket, que en todos los casos fueron atravesadas por los proyectiles. Por milagro no hubo heridos, pero tanto la policía como los comerciantes se encuentran en estado de alerta permanente.
Balas para las estaciones de servicio
Luego de 48 horas angustiantes, no hubo nuevos atentados a estaciones de servicio en Rosario. Entre el martes y jueves pasado, cuatro locales fueron atacados a tiros por sicarios en moto. Todavía no se sabe el móvil de los ataques.
Valeria Haurigot, la fiscal que investiga los casos, reconoció que tendrían como objetivo “la intimidación pública” por parte de bandas criminales como Los Monos, que buscan “demostrar cierto poderío” en medio del proceso electoral.
“En ninguno de los casos hubo pedido de dinero a cambio, que sería lo que configura el delito de extorsión”, explicó, y agregó que, por la información reunida hasta el momento, la investigación se inclina por “otra forma delictiva que tiene que ver con la intimidación pública, con demostrar cierto poderío”.
Frente a esta seguidilla de ataques, la Cámara de Estaciones de Servicios de Rosario y el sindicato del sector decidieron suspender la atención nocturna, aunque luego de un encuentro con el ministro de Seguridad santafesino, Jorge Lagna, levantaron la medida tras acordar el envío de policías como custodia.