POLICIA
El doble crimen ocurrio en pilar en el año 2015

Condenan a dos hermanastros por matar a tiros a sus padres

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Pareja. Karen Klein y Leandro Acosta eran, a su vez, novios. | cedoc

Los hermanastros acusados de asesinar a sus padres en el partido bonaerense de Pilar en 2015 fueron declarados culpables durante el juicio, aunque la pena que se les aplicará recién se va a conocer en noviembre, informaron fuentes judiciales.

Leandro Yamil Acosta (29) y Karen Daniela Klein (25) fueron hallados responsables de los crímenes de Miryam Kowalczuk (52) –madre del joven– y Ricardo Klein –padre de la mujer–, por lo que se resolvió además convertir en prisión preventiva la detención de esta última, quien fue apresada el pasado miércoles por pedido de la fiscalía y tras la acusación de su medio hermano, que la señaló como la autora material de uno de los parricidios.

Ambos habían llegado a debate acusados del delito de homicidio agravado por el vínculo, cargo por el que el hombre ya estaba en prisión desde la instrucción del caso. Sin embargo, a ella le habían dictado desde el inicio la falta de mérito, por lo que conservó la libertad todo este tiempo.

Además, los jueces a cargo del juicio, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro, fijaron para el 21 del próximo mes, a las 13, la audiencia en la que se impondrá el delito y la pena a los imputados.

Durante el debate, la fiscal Laura Zyseskind logró dar por probado que ambos fueron autores penalmente responsables del doble parricidio, cometido el 2 de septiembre de 2015 dentro de la casa de Del Viso donde vivían. Además, pudo determinar que cumplieron distintos roles y planificaron el hecho, motivo por el cual solicitó que sean condenados a prisión perpetua.

Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados el 13 de dicho mes cuando, a raíz de una denuncia de paradero, la Policía allanó el hogar familiar y descubrió restos humanos quemados. Luego, en un baldío ubicado a ocho cuadras de allí, se toparon con otras 16 bolsas con ceniza, huesos y más restos calcinados, que luego se comprobó que pertenecían a Kowalczuk y a Ricardo Klein.

Ante los jueces, Acosta admitió haber matado a su padrastro de un tiro, pero se desligó del otro hecho y responsabilizó a su media hermana, con quien a su vez mantenía una relación. Relató que para ultimar a Kowalczuk ella usó la misma arma que él, y que la remató de un balazo en la cabeza cuando ya estaba en el piso.

La mujer, en tanto, se defendió asegurando que solo había sido testigo de los crímenes, y que había eliminado pruebas bajo amenazas.