Con la causa bajo secreto de sumario, la fiscal María Paula Asaro, a cargo de la investigación, aguarda de manera inminente los resultados de una serie de análisis de hisopados y ADN que se levantaron del cadáver, durante la autopsia que estableció que la chica había sido estrangulada y que, en principio, no había sufrido un ataque sexual.
Las muestras genéticas serán cotejadas con otras tomadas en el automóvil Renault Megane del único detenido e imputado, Jorge Mangeri, el portero del edificio en donde vivía Ángeles. Según las fuentes, los pesquisas procuran determinar si en esas muestras está el ADN de Ángeles, ya que una de las sospechas es que el auto pudo haber sido el vehículo para trasladar el cadáver de la adolescente.
Se comprobará además si hay rastros de ADN en los elementos hallados en el sótano del edificio y en donde el portero realizaba sus tareas habituales. También se levantaron muestras en un contenedor de basura ubicado en pasaje Voltaire y Arévalo, a 300 metros del predio del Ceamse de Colegiales y de la esquina donde Ángeles se despidió de sus amigas poco antes de ser asesinada. En este caso, la presunción de los investigadores es que el cuerpo de la chica pudo haber sido arrojado allí dentro.
Por otra parte, se espera el hisopado practicado por los investigadores para determinar finalmente si la adolescente de 16 años fue o no violada.
No obstante, la manipulación que tuvo el cadáver -tirado entre la basura- hizo perder muchas pruebas y por ello se espera saber si los resultados de laboratorio pueden arrojar algún elemento.