“El día 29 de diciembre como a la media noche más o menos, yo lo desbloqueo a Fernando del Whatsapp, lo llamo y como no me contestaba lo bloqueo de nuevo, entonces él enseguida me llamó telefónicamente y yo lo atiendo, yo lo escuchaba lo que él decía, pero él no me escuchaba a mí, había un problema entonces corto, y me llamó dos o tres veces más y pasa lo mismo, así que dejé mi celular y no tenía batería y me fui a tomar un remís al casino, aclaro que fui ahí porque siempre sé que ahí hay y me fui a la casa de él a buscar el cargador a su casa, cuando llego salió re enojado porque no le atendía el teléfono, me dijo que era una enferma que nunca la atendía, entonces yo solamente le dije, que fui a buscar el cargador y me iba, entonces me insistió que entrara a su casa y yo le dije que entrara a su casa y que lo buscara él porque yo no quería entrar a la casa, me quedé en la vereda de al lado esperando por miedo a que me forzara a entrar a su casa, después pasó unos minutos y salió gritando porque no le atendía el teléfono, entonces yo le dije que no le atendía el teléfono, que se calme, porque estaba en mi casa el celular, después me dijo que me iba a llevar a mi casa y obligándome él estaba enojado y me decía que me quería llevar a mi casa, entonces para no complicar las cosas, y eso sucedió cerca de las 1:00, es que le digo que estaba bien y por eso aclaro que cada vez que él estaba enojado o alterado yo le respondía que estaba bien, haciendo lo que él quería para que se calmara y que además él sabía como manipular, porque me conocía hacía bastante, y sabía qué palabras decirme para que a mí me duela, él hacía lo que quería conmigo, porque agrego, porque con él tuve mi primera relación que fue antes de los 16, por eso siempre yo hacía lo que él quería, entonces nos fuimos a mi casa, no recuerdo hora, cuando llegamos, no hablamos ninguna palabra en el viaje, cuando llegamos, ya estaba tranquilo, me pidió si podía entrar a mi casa porque quería hablar bien conmigo, como estaba tranquilo y lo noté más calmado y lo dejé entrar un rato, entonces él entró la moto al negocio de mi casa y cuando subimos a mi casa pasamos por la cocina y él agarró el arma de mi papá que estaba en la heladera, y ahí empezó a joder, a moverlo para todos lados, mirá qué fierro el de tu viejo, y entonces me enojé y le empecé a decir qué pelotudo y como él se reía más me enojé y le dije que era un enfermo y más cosas y me fui a mi habitación, él me siguió, había dejado el arma porque en mi habitación no entró con el arma, yo estaba enojada y entonces yo me logro calmar porque venía, me abrazaba, me pedía perdón, me decía que era una joda, nunca me había hecho una joda como ésa, y después estuvimos hablando bien, después me convenció de tener relaciones y cuando terminamos, empezó a reprocharme con los chicos que me veía, y también me decía cosas por lo que había pasado el 25 de Navidad, que mi amiga me había pegado, porque él me estaba insultando, porque era una trola, y además y porque me había visto dándome un beso con un chico de nombre Rafael, ahí me dio un impotencia porque después de que se sacaba las ganas me decía cosas, y le dije que no me hablara más y le conté este chico que me había visto, le dije que se llamaba Rafael y que hacía tiempo que me hablaba con él, y a Fernando nunca le conté, que con alguien me veía desde hacía más tiempo, entonces se enojó mal, le dio un ataque de ira, yo siempre digo que le daba un ataque de ira, porque se enojaba, empujaba, tiraba cosas, cuando le digo eso me tira de los pelos, me empezó a decir un millón de cosas, a insultar, me decía que era una desesperada y me había dicho una palabra que él sabía que me afectaba; me dijo que era una “depresiva” entonces me largué a llorar mal, ahí él se alejó de mí y de repente me echaba la culpa de todo, que yo tenía la culpa que él se ponga así, me echaba la culpa a mí, entonces yo le digo que se vaya de mi casa y que no quería verlo más, ahí se me venía para abrazar y yo lo saqué, me pedía perdón y que iba a cambiar, me empezó a insistir con lo mismo, y yo para que me deje tranquila le dije que no pensaba dejar de verme con nadie por él, y le conté que en ese momento al único que quería era a Rafael, y le empecé a echar en cara, que por lo menos Rafael me respetaba, era diez mil veces mejor que vos, y ahí se enojó del todo, me agarró del pelo, y me saca de la habitación, y me empieza a decir que yo me iba conmigo, cuando pasamos por la cocina, él agarra el arma de nuevo y me apuntó en la panza, que yo me iba a ir con él, porque yo era de él y qué sé yo, yo creo que más asustada estaba sorprendida, le empecé a preguntar qué le pasaba, por qué estaba llorando y él lo único que me decía era que me callara porque iba a despertar a alguien, por eso yo no quería gritar y que mi papá se despertara y vea la situación, me tira por la escalera, de los pelos y cuando llegamos al patio, me abrazó como si nada y me dijo que si yo quería que él se calmara que haga lo que me pedía, entonces yo le preguntaba qué le pasaba, sobre todo que me estaba muriendo de nervios, entonces abre la puerta y me lleva y cuando voy a abrir la puerta, apretó el gatillo del arma y me dijo que no se me ocurra gritar o salir corriendo, después se guarda el arma en el pantalón, y me hizo esperar adentro de mi casa, hasta que saca la moto, la saca él a la moto, yo esperando adentro de mi casa, ya estando afuera me empezó a gritar y a decir que yo me iba con él, cuando nos subimos, empezamos a manejar, antes de llegar a la esquina, él vio un chico con el que yo me hablaba que se llama Joaquín, para la moto y yo pensé que se había arrepentido, me dio el casco para que me lo ponga, y me decía que yo me callara y me iba con él, sigue por Costanera y me empieza a hacer preguntas, agresivamente, me empezó a decir si me había visto con él, si me seguía hablando, y después directamente afirmaba, iba gritando y me decía que seguro me iba con él, que era una zorra, seguro que lo viste a él antes de verte conmigo, me decía sos un asco de persona y después fue todo el camino insultándome, yo le decía que se calmara, que no me veía con nadie, que era mentira lo que le decía de Rafael y era mentira, y después agarra por Bolívar y en un momento, yo me quiero tirar de la moto, y él acelera con todo y ahí me agarro a él, le quise sacar el arma, pero él la tenía sostenida con una mano y como nos íbamos a caer los dos, y me seguía diciendo cosas, como que me seguía viendo con todo el mundo, y que yo le decía que se calmara, y le repetía que no me había visto con nadie y después me lleva a la Del Valle no recuerdo en qué calle dobló, empezó a bajar la velocidad y me preguntaba porqué te tenés que ver con otros y ser tan desesperada, y yo le dije qué le molestaba si vos hacés lo mismo, no somos nada, y le pedí que me llevara a la casa de mi abuela y le digo mañana hablamos tranquilos y devolveme la pistola de mi papá, y le dije que ya se tenía que ir a trabajar en unas horas y que me la devuelva, no me contestó nada, y sigue, agarró para la casa de mi abuela, él sabía dónde quedaba al pasar la avenida Parque y agarró para el barrio, empezó a acelerar un montón, empezó como loco, era una calle cortada y empecé a gritar qué le pasaba, cuando llega a la esquina dobló de repente y se empezó a reír, y le digo que no me daba risa, cuando llegamos a la calle de la casa de mi abuela, iba tan rápido que cuando dobló perdió el control de la moto y en ese momento me agarro de él, él agarra la moto con las dos manos, casi nos caímos y cuando me agarro de él le saqué la pistola, ni siquiera miré cómo la agarré y en ese momento que frena de golpe, yo sentí la primera explosión y ahí nos caímos los dos de costado, me alcanzo a parar y como no entendía nada empecé a temblar, me quedo como sorda, quedé como boba, y fue todo rápido me agacho para mirarlo y ahí es donde sale la segunda explosión que me sorprendió, me quedé de nuevo sorda y ahí reaccioné y tiré el arma al piso, no sabía qué hacer, estaba nerviosa, estaba temblando y no sabía qué había pasado, y lo primero que se me cruzó a la mente, que era el arma de mi papá y que le iban a echar la culpa a él y entonces agarro el arma, me fui a mi casa caminando, cuando llegué estaban todos durmiendo, dejé el arma donde estaba y me fui a acostar y tenía nervios y no sabía si lo había matado, no sabía lo que pasó, después se levanta mi papá, porque vi que estaba preparando el bolso, no hablamos, me dormí media hora hasta que me llamó la mamá de Fernando y me preguntó si yo había estado con él, y le dije que sí, y ahí me enteré que él había fallecido, porque no sabía lo que le había pasado, no tenía noción de las cosas, ni menos que pasara eso, quiero contar que el día anterior me había ido con mi mamá a comprar ropa para año nuevo, la otra semana me iba de vacaciones con mis amigas y luego con mis papás, yo tenía toda mi vida organizada, no quería que pasara eso, fue un accidente, no supe qué hacer, me pudieron los nervios, que nunca en mi vida se me cruzó en la cabeza que podía matar a una persona, ni siquiera por todo el maltrato que me hizo, hubiera querido que pase eso y quiero aclarar algo, la anterior declaración que hice que lo que dije lo hice porque no quería que lo culpen a mi papá, porque era su arma, yo no quería que él tenga problemas y yo no le había contado a mi papá lo que había pasado, no sabía qué decir, no sabía qué hacer, entonces dije lo que dije, ese día todos defendían a Fernando, yo si contaba eso nadie me iba a creer, ahora estuve tranquila pude reconstruir lo que me pasó y ahora tengo la culpa de que porque agarré el arma o porque no la tiré, no quería pasara eso, para mí fue un accidente, no supe actuar porque me ganaron los nervios, nada más…”
Las críticas de la querella
Nahir Galarza (19) declaró tres veces en la causa. La primera como testigo y las otras dos, como imputada por la muerte de Fernando Pastorizzo (20), su ex novio.
El 29 de diciembre por la mañana dijo que lo había visto la noche anterior, que después se separaron y que se enteró de su muerte tras el llamado que recibió de la madre del joven. Luego, cerca de las 23, se incriminó y contó que ella había agarrado el arma de su papá y que le disparó a Fernando cuando estaban en la moto y luego volvió a dejar el arma en su lugar. La autopsia determinó que el primer tiro fue por la espalda a corta distancia y el segundo en el pecho.
Media hora después de cometer el crimen, ella llamó al celular de Fernando. Nadie la atendió. Al ser consultada sobre este llamado, respondió que “lo hizo porque sí”. La querella considera que lo hizo para construir una coartada.
En su tercera declaración habló de “explosiones” que fueron “accidentales” y que ella era víctima de maltrato por parte de Fernando. Desde la querella consideran que su último relato “es ciencia ficción”. “El casco aparece a casi dos metros del cuerpo de Fernando. Si el primer disparo hubiese sido accidental en el momento en que estaban arriba de la moto, el casco lo tendría que tener puesto”, ejemplifican. Otro punto que cuestionan es la pelea previa: “Con paredes de Durlock es llamativo que a una joven le griten, le tiren del pelo, la arrastren por una escalera y un padre policía no escuche nada”
“Tiene una estructura narcisista; su versión es poco creíble y fantasiosa”
Enrique de Rosa y Patricia Martínez Llenas, dos psicólogos forenses analizaron para PERFIL la última declaración de la joven acusada de asesinar a su ex novio en Gualeguaychú. La chica está detenida en la Comisaría de la Mujer desde el 29 de diciembre pasado. Mañana está programada la primera (de tres) entrevista con especialistas para las pericias psicológicas y psiquiátricas que requiere la causa.
De Rosa, opina que la declaración de Nahir “es un relato inverosímil desde lo criminalístico”:
“Desde lo legal y desde lo psiquiátrico forense, la primera declaración es lo real porque tiene sentido, guarda lógica con la mecánica de los hechos y la segunda es totalmente irreal. Pero como presenta una estructura narcisista y cree que puede decir todo lo que se le cante, entonces declara dos cosas totalmente distintas, aún aunque la segunda sea totalmente fantasiosa”.
“Se ve una personalidad desquiciada dentro de la estructura narcisista. Es decir, el narcisista está tan convencido de que tiene a todos cautivados, y vive en esa nube que no tiene idea de que puede padecer algo negativo en su vida. Tienen un nivel de omnipotencia que se creen que no les va a pasar nada. Pero no desde la planificación de los hechos, sino parado desde ese lugar de Dios”.
Por su parte, Martínez Llenas, psicóloga clínica forense y especialista en ciencias criminológicas, destaca otros fragmentos del relato de Nahir que considera “poco creíbles”:
“Cuenta que Fernando, ya en casa de Nahir, saliendo de su cuarto, pasando por la cocina donde él toma el arma por segunda vez, le apunta en la panza, la tira por la escalera, de los pelos la lleva al patio, gatilla el arma, y la hace esperar dentro de la casa, y ¡él estaba en el patio para arrancar su moto! En ese lapso de tiempo Nahir podría haberse escapado de dicha situación límite. Pero no fue así, ella esperó hasta que Fernando sacó finalmente la moto a la calle. Situación poco creíble que continúa con una historia novelesca, donde los disparos no son disparos sino explosiones inexplicables”.
“Más elocuente aún es la poca disposición a brindar ayuda a Fernando cuando, ya herido de muerte por dos ‘explosiones’, Nahir cuenta que debido a su shock emocional se fue caminando hacia su casa dejando solo a su suerte a Fernando. En esos momentos solo pensaba en su papá que debía estar levantado para ir a su trabajo, y no encontraría su pistola en el lugar habitual. ¿Cómo podía pensar en eso si el estado de shock toma por completo a la persona que transita por un estado emocional tan agudo? Obviamente es un relato poco válido y creíble”.