Eran las 3 de la madrugada y, como en todo el conurbano bonaerense, la lluvia no daba respiro. Una familia de policías, que vive en la localidad de Glew, descansaba hasta que uno de ellos se despertó exaltado al escuchar un ruido extraño: un delincuente había entrado a robar. El dueño de casa, su hija y su yerno, todos efectivos de la Bonaerense, se alistaron para enfrentarlo y pasó lo que todos imaginan: corridas, tiros en la oscuridad, gritos y muerte.
La víctima fatal fue identificada por fuentes policiales como Tamara Ramírez. Tenía 26 años y prestaba servicio en la policía local de Almirante Brown, al igual que su pareja, un oficial de 24 llamado Mariano Albornoz.
El crimen ocurrió este sábado en una casa ubicada en las calles Los Patos y Rancagua. De acuerdo a los voceros consultados por PERFIL, un sujeto ingresó a la propiedad con un revólver cromado. Probablemente no se imaginó que los moradores eran todos policías. Y que estaban armados.
Según las fuentes, una de las víctimas se identificó como efectivo y le dio la voz de alto. Pero el ladrón, en lugar de entregarse, decidió enfrentarlos. En medio de la oscuridad y los tiros, intentaron reducirlo. En un forcejeo, el delincuente le quitó el arma reglamentaria a la mujer policía y le disparó sin piedad. También baleó a su pareja.
Tamara estaba muerta cuando llegó la primera ambulancia. Su esposo fue trasladado de urgencia al Hospital Lucio Menéndez, de la localidad de Adrogué, donde fue asistido y anoche permanecía internado fuera de peligro.
El autor de los disparos aprovechó la confusión para escapar. Pero no pudo ir demasiado lejos. Casi todos los policías que esa noche estaban de guardia en la zona salieron a buscarlo. Y lo encontraron.
El sospechoso, de 19 años, se había refugiado en un domicilio de la calle Plumerillo, donde había tomado como rehén a un joven con la intención de cambiar toda su ropa y evitar ser detenido en la calle.
En la huida descartó las dos armas que se había llevado de la casa de los policías: estaban en el patio de una casa, ubicada a unas pocas cuadras del lugar donde ocurrió el hecho.
El revólver cromado con el que entró a robar fue hallado más tarde en el domicilio de las víctimas.
El acusado, oriundo de Dock Sud, negó su participación en el hecho, aunque no supo explicar por qué estaba herido en una de sus manos.