La llegada de las fiestas de fin de año incrementa considerablemente el trabajo de los comerciantes, especialmente aquellos que venden comestibles, sin embargo, también aumenta la actividad criminal porque los ladrones saben que hay mucho flujo de dinero en efectivo, como comprobó una mujer que se enfrentó a un ladrón con una cuchilla en la mano y lo obligó a salir de su local al grito de “¡volá, volá, volá!”, haciendo que el video se volviera viral.
Según el portal 0223, el pasado martes 23 de diciembre a las 1 un delincuente ingresó al "Almacén Gisela", un comercio de Patagones al 700, en el barrio Parque Luro, de Mar del Plata, y amenazó a la empleada con un revólver, exigiéndole que le diera el dinero de la caja registradora. La mujer le arrojó algunos billetes para distraerlo y, aprovechando esos segundos, retrocedió, tomó una inmensa cuchilla y lo enfrentó, mientras le gritaba “¡Chorro de mierd...!”.
El ladrón, intimidado por la actitud de la comerciante, que no paraba de gritarle “¡volá, volá, vola!”, se dio a la fuga con los pocos billetes que había podido tomar, subiéndose a un vehículo que lo esperaba en la calle.
Hasta ahora, no habría sido detenido por la policía.
El abusador condenado en Mar del Plata
Mar del Plata también fue noticia porque ayer condenaron a un hombre acusado de haber explotado sexualmente a dos exparejas y abusado de una adolescente. Christian Gilberto Bustos fue condenado por el Tribunal Oral Federal (TOF) a 20 años de cárcel. Según la información expuesta en el portal Fiscales, además se le revocó, de manera provisoria, la prisión domiciliaria que se le había otorgado, y se dispuso su inmediata detención en la delegación local de la Policía Federal Argentina.
La medida es provisoria porque Bustos deberá visitar a un especialista en oftalmología del Cuerpo Médico Forense “a fin de determinar la patología que padece, el grado de disminución visual que presenta y, en su caso, si su supuesta incapacidad le impide cumplir la pena de prisión impuesta en una unidad carcelaria federal”.
Los jueces Fernando Minguillón, Roberto Falcone y Nicolás Toselli también ordenaron la restitución de una casa para dos de las víctimas y que el dinero incautado durante la investigación sea destinado a la tercera.
El primer caso ocurrió en 2001, cuando Burgos llevó a su víctima, identificada por sus iniciales S.P.G., desde La Plata a Mar del Plata y la obligó a prostituirse. El segundo caso sucedió en 2010, cuando el condenado empezó una relación con una mujer identificada por las iniciales N.C., a quien prostituyó. El tercer caso involucra a X.M., la hija de N.C., que sufrió abuso sexual con acceso carnal por parte del acusado.
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