POLICIA
veinticuatro abusos y siete víctimas

Envían a juicio oral al portero de Núñez acusado de ser un violador serial de niñas

Isidro Álvarez está preso desde octubre de 2023, tras una investigación judicial que demandó más de dos años. Estaba a cargo de la portería de un edificio de la calle Cuba al 2900, donde trabajaba desde 1992. Sus presuntas víctimas tenían entre 7 y 13 años cuando fueron abusadas. La Justicia destacó “las declaraciones testimoniales de las damnificadas como de los testigos, y los informes médicos”. La defensa del acusado, en cambio, planteó que faltan pruebas.

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Delitos. Isidro Álvarez está acusado por abuso sexual agravado y promoción de corrupción de menores agravada, en perjuicio de siete víctimas de entre 7 y 13 años. | cedoc

El portero del edificio de Núñez que está acusado de ser un abusador serial de niñas será finalmente llevado a juicio oral y público por 24 ataques sexuales contra siete víctimas de entre 7 y 13 años.  

La decisión fue adoptada por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 34 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Laura Graciela Bruniard. Según el dictamen, las pruebas reunidas por la instrucción contra Isidro Álvarez (63) “son sólidas”. Entre ellas, destacaron “las declaraciones testimoniales de las damnificadas como de los testigos, y los informes médicos”.

El encargado fue detenido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires el 27 de octubre del año pasado, tras una investigación judicial que demandó más de dos años. En ese lapso, al menos siete de sus víctimas contaron los padecimientos que sufrieron cada vez que entraban a la portería del noveno piso del edificio de la calle Cuba al 2900, en el barrio porteño de Núñez.

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Las víctimas fueron asesoradas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con la orientación jurídica gratuita de la Comisión 1309 Derecho Penal Juvenil, del Centro de Práctica Profesional, que está a cargo de María de los Ángeles Giménez y Walter Reinoso, ambos bajo la coordinación académica de Martiniano Terragni.

“La investigación se encuentra completa, hay probabilidad positiva de que el imputado cometió esos delitos. Se realizó una investigación durante dos años donde contamos con testimonios de las víctimas, pericias y testimonios de personas del edificio”, dice a PERFIL Giménez, quien acompañó a las víctimas desde el inicio de la causa. “Ellas necesitan la realización del juicio para poder empezar a sanar”, amplió.

Sobre la postura de la defensa del imputado, que pidió más pruebas para evitar la elevación a juicio, aseguró que “quieren seguir dilatando en el tiempo su juzgamiento”. “En el debate oral, el abogado defensor va a poder presentar toda la prueba que considere”, indicó.

Álvarez será juzgado por 24 casos de abuso en distintos grados y promoción de la corrupción de menores agravada en perjuicio de siete víctimas, todas ellas de entre 7 y 13 años.

Al acusado “se le atribuyen numerosos actos contra la integridad sexual de siete niñas que se encontraban bajo su cuidado, ya sea dentro de su domicilio, del de las menores o en el interior del edificio en el que se desempeña laboralmente como encargado de portería, aprovechándose de su conocimiento del lugar y de la vulnerabilidad de las víctimas”.

La mayoría de sus víctimas tenían entre 7 y 13 años cuando fueron atacadas en el interior del departamento que ocupaba el portero, el cuartito donde el acusado guardaba los elementos de trabajo o el ascensor. Entre ellas hay hijas de sus familiares, amigas de su propia hija y hasta menores que cuidaba su mujer.

Una de las niñas, que era compañera de colegio de la hija mayor del portero, relató que fue sometida sexualmente de “manera reiterada y sistemática, entre una y dos veces por semana, entre los años 1995 y 1998”.

Según consta en la causa, el imputado “aprovechó que la niña emprendía el regreso a su casa para encontrarla en la planta baja o acompañarla desde el último piso hasta la planta baja, donde la agarraba y la introducía en el cuarto donde se guardaban elementos de limpieza del edificio”.

“Cuando intentaba salir de esa situación, colocaba los brazos de la niña alrededor de su cuello para que lo sujetara y mientras tanto la apretaba contra su cuerpo para que no pudiera salir. Cuando la dejaba ir, Isidro le entregaba dinero a la niña y le decía que no contara lo sucedido”, señala el procesamiento dictado por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 34 de la Ciudad de Buenos Aires.

La defensa del acusado, a cargo de Alejandro Gollán, planteó su oposición a la elevación a juicio porque entendió que faltan pruebas y al mismo tiempo solicitó el sobreseimiento por prescripción de los delitos, pero ambos pedidos fueron rechazados.

Para Gollán, la instrucción no está completa porque “resta producir las medidas” que ellos solicitaron. Por ejemplo, un relevamiento de inquilinos, propietarios y administradores del edificio para que declaren en la causa, y la solicitud de cámaras de seguridad, entre otras cosas.

Sin embargo, el juzgado entendió que las “diligencias probatorias no resultan ser pertinentes ni útiles al presente proceso al menos en el presente estadio del proceso”. Y fundamentó su decisión en la postura de la fiscalía de instrucción.

“Las sólidas y complementarias pruebas reunidas en autos (declaraciones testimoniales de las damnificadas como de los testigos que prestaron declaración de autos, los informes médicos elaborados y el resto de las pruebas oportunamente ponderadas) condujeron al dictado de un auto de procesamiento respecto de Isidro Álvarez, decisorio que fue confirmado por el Superior, por lo que la presente causa debe avanzar a la fase de debate oral y público”, se indica en la resolución, a la que tuvo acceso PERFIL.

El portero, que lleva 133 días detenido, se encuentra en un calabozo de la Policía Federal Argentina (PFA), pero se especula que en las próximas horas podría continuar su detención en una unidad penitenciaria de máxima seguridad.

 

“De ninguna manera cometí los actos que me enrostra”

Isidro Álvarez manifestó su inocencia ante la Justicia, pero desde que se inició el proceso en su contra no aceptó responder preguntas: solo presentó un escrito con un largo descargo.

Al igual que Jorge Mangeri, otro portero condenado a prisión perpetua por el abuso y asesinato de Ángeles Rawson en un edificio del barrio porteño de Palermo, el acusado no quiso someterse a un interrogatorio.

En el escrito, Álvarez aclaró que nunca tuvo “problema legal ni de ninguna otra índole con nadie” y aseguró que “ninguno de los hechos denunciados sucedieron”. “O, al menos, no he sido yo quien los cometió, por lo que, desde ya, sostengo mi inocencia”, indicó.

Álvarez destacó algunas inconsistencias en los relatos realizados por al menos tres de las siete víctimas. De una de ellas dijo: “Modifica su relato en lo relativo a la edad del hecho diciendo primero que sucedió a sus 8 y 11 años, para luego aseverar que el primer hecho lo sufrió teniendo 9 años. No recuerda la fecha, pero recuerda que tenía 9 años”, aseveró.

El acusado, además, indicó que “la sola imputación de un delito de esta naturaleza constituye un agravio de imposible reparación ulterior” y destacó: “Lo único que me encuentro en condiciones de afirmar es que soy inocente y que de ninguna manera cometí los actos que me enrostra”.