Los padres de Lucas reclamaron que los policías que participaron del ataque a tiros sean detenidos y paguen por lo que hicieron, y además convocaron a una marcha con velas y banderas argentinas para el próximo lunes.
Cintia López, la mamá del joven futbolista de 17 años, reclamó que “estas personas que están libres, estén presas, todos los culpables”. “Yo no meto a toda la policía en la misma bolsa pero quiero que ellos paguen por lo que hicieron”.
En una rueda de prensa realizada junto a su abogado Gregorio Dalbón, la mujer dijo que iba a hablar “como mamá” y explicó que Lucas “era una criatura, un bebé, un chico de 17 años que todos los días se levantaba a las 5 de la mañana para ir a entrenar”.
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“Todas las mañanas me mandaba mensajes para avisarme que ya había tomado el tren o el colectivo, para que le prepare la comida. Después llegaba a casa se acostaba un ratito y se iba a la escuela. Lo habíamos cambiado de turno para que no se le junte con los horarios de entrenamientos”, señaló.
La madre explicó que el día del crimen le mandó un mensaje que decía “hola amor, ¿por dónde andás?” y que le pareció “raro” que tuviera una sola tilde, por lo que lo llamó varias veces y no obtuvo respuesta.
También contó que miraba televisión cuando pasaron la noticia de Barracas y le dijo a su marido que era “por dónde entrenaba Lu”. “Resulta que al pibe, al ‘delincuente’ que le habían pegado un balazo en la cabeza, era mi hijo”, dijo llorando y agregó: “Mi hijo venía de entrenar, los cuatro venían de entrenar. Él no le hizo nada a nadie”.
“Yo pido por favor, que no me dejen sola, que me acompañen”, señaló la mujer.
Luego, Mario González, el padre del joven, dijo: “Somos gente trabajadora, gente humilde, no somos ningunos delincuentes porque yo tenga una viscerita”.
"Lucas quería jugar en Primera y estos asesinos le arrebataron el sueño"
“Ayer -por el jueves- volvimos a la casa después de dos días de calvario. En cada rincón de mi casa está mi hijo, que era un chico que hacía deporte, a quien yo me encargaba de comprarle las zapatillitas, los botines”, dijo llorando el padre, mientras exhibió un tatuaje con el nombre Lucas y la fecha de su nacimiento en el antebrazo izquierdo.
Y, remarcó: “Yo quiero que el nombre y apellido de mi hijo y apellido, Lucas González, quede limpio porque era una criatura que perseguía su sueño. Estaba contento porque Barracas iba a jugar una final para ascender a primera división y él quería competir en la máxima categoría. Le arrebataron el sueño estos asesinos”.
Luego, el padre de la víctima anunció que se había organizado una movilización para el lunes 22, frente a los tribunales porteños.
“Convocamos el lunes a una marcha pacífica con una vela y banderas argentina, en frente al Palacio de Tribunales. Que esto no pase más, que no pase un Lucas más. A mí no me importa la política, a mí me importa hacer justicia por mi hijo porque ya no lo tengo”, afirmó.