Matías Martínez fue condenado por el femicidio de su ex novia Ursula Bahillo, que se había cansado de denunciarlo y pedir ayuda para que alguien la proteja en la localidad bonaerense de Rojas. Nadie la escuchó y él la mató. Ezequiel Seia tomó su arma reglamentaria y asesinó a su pareja y madre de su hijo en Córdoba. Dos hechos que tienen un punto en común: ambos femicidas eran policías. Y no es una casualidad, en 2021 aumentaron los casos de mujeres asesinadas en manos de miembros de la fuerzas de seguridad.
Este dato preocupante, se desprende del informe oficial sobre femicidios investigados por la Justicia argentina presentado este martes por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema. Allí se detalla que 25 femicidas pertenecían a alguna fuerza de seguridad, lo que representa un aumento considerable con respecto al año anterior, que habían sido 7.
En este sentido, en el informe se destacó que “aumentó la participación de miembros de fuerzas de seguridad en los femicidios, ya que pasaron de ser el 2,5% de los sujetos activos en el año 2020 al 9,6% en el año 2021 (10,4% si se incluye seguridad privada), siendo incluso más alta que en el año 2019 (6% y 7,5% incluyendo seguridad privada)”. En 2020, la Oficina de la Mujer informó 251 femicidios directos, mientras que al año siguiente la cifra total a nivel país disminuyó a 231 casos.
El 60 por ciento de los femicidas que pertenecían a la fuerzas de seguridad utilizaron un arma de fuego para asesinar. De ellos, la mayoría (excepto dos casos) usaron el arma que les entregó el Estado para proteger a la ciudadanía.
Seia fue uno de los que sacó su pistola y le disparó a Romina Depetris (34). Lo mismo hizo Rafael Arce Ibáñez (38) en el barrio Las Moras de Santiago del Estero, quien se desempeñaba en el Cuerpo Guardia de Infantería de la policía provincial. Así mató a su esposa María José Fernández de un tiro en la habitación de su casa. Ambos agentes se suicidaron luego del crimen, al igual que otros seis miembros de la fuerza.
En Córdoba se produjeron 5 femicidios en 2021 en manos de miembros de las fuerzas de seguridad. Además del de Seia, está el caso de Javier Galván que 8 días después de la desaparición de su pareja confesó haberla asesinado en La Falda. Él era piloto militar de la Fuerza Aérea e Ivana Módica ya lo había denunciado por violencia de género meses antes de su asesinato.
Según el informe de la Corte Suprema de Justicia, 18 de los femicidas uniformados pertenecían a la Policía provincial, tres a las fuerzas federales, dos a las Fuerzas Armadas y dos a la seguridad privada. De ellos, 8 cometieron femicidios en la provincia de Buenos Aires, 5 en Córdoba, 3 en Formosa, 2 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y 1 en Corrientes, La Rioja, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.
El 76 por ciento de estos femicidas uniformados estaban en actividad. Alarmante.
NG