El femicida Fabián Tablado, quien en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en un episodio que quedó en la memoria de los argentinos por su salvajismo demencial, podría volver a prisión si la revisión de imágenes que está haciendo la Justicia comprueba que volvió a violar la perimetral de 300 kilómetros que debe mantener con la familia de su víctima.
La denuncia fue realizada por Edgardo Aló en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada de Rincón de Milberg, partido de Tigre, a cargo del fiscal Sebastián Fitipaldi. En ella, Aló señala que el pasado 15 de febrero de 2022 Tablado volvió a pasear con sus hijas mellizas, esta vez por la zona del Puerto de Frutos de Tigre.
Esta misma violación de perimetral la habría cometido también en octubre de 2020, que le valió su detención a fines de ese año y una nueva condena de un año de cárcel que terminó de cumplir el 15 de diciembre de 2021.
Como Aló aportó en su denuncia videos de las cámaras del Centro de Operaciones Tigre (COT) donde se ve caminar al presunto Tablado con dos chicas que podrían ser sus hijas, el fiscal Fitipaldi ordenó un cotejo de esas nuevas imágenes con aquellas de la violación de la perimetral de 2020 cuando el femicida fue captado paseando con las adolescentes por el puente Sacriste de Tigre, hecho por el que fue condenado por "desobediencia" por el juez Correccional 6 de San Isidro, Hernán Sergio Archelli.
El Tablado desconocido: de rasgos psicopáticos a feminista
La pericia se hará el próximo lunes, a dos días de cumplirse 27 años del femicidio de las 113 puñaladas. Según los documentos de la causa, será a las 10 en la Sección de Dibujo de Rostro de la Delegación de Policía Científica La Plata, situada en calle 52 y 117 de la capital bonaerense.
Lo que pide el fiscal es "determinar, en caso de ser posible, en virtud de las características fisonómicas del sujeto de sexo masculino que se observa en los videos y fotografías, si resulta ser la misma persona".
El fiscal de la causa ya investigó los movimientos de la tobillera electrónica que tiene colocada por parte del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El monitoreo asegura que el dispositivo lo ubicaba en la localidad cordobesa de Bell Ville, donde estuvo viviendo ocho meses desde su última salida de prisión.
Edgardo Aló asegura que "el chacal" (nombre que le puso a Tablado), ha conseguido un método para sacarse la tobillera, burlar el sistema y reírse de todos", según explicó en diálogo con Télam. "Si esto se prueba, tiene que volver a la cárcel", pidió.
Cómo fue el femicidio de Carolina Aló
El 27 de mayo de 1996 Tablado asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, en uno de los crímenes más espeluznante de la historia criminal del país. "La vivienda estaba toda ensangrentada, había manchas en las paredes y en el piso, desde la cocina hasta el garaje. Pobrecita, la chica quiso defenderse”, describió un detective al ingresar a la escena del crimen.
Carolina, de 17 años, y su novio, de por entonces 20, se retiraron de la Escuela N° 1 Marcos Sastre de Tigre, donde cursaban cuarto año del secundario en el horario nocturno. Ella les mintió a los celadores y les dijo que iba a visitar a un primo enfermo, mientras que él pidió permiso para irse más temprano porque tenía “una cena familiar”.
Un crimen espeluznante: “Yo quería tener un hijo y ella no”
La pareja fue a la casa de la familia del joven, donde vivía con sus padres y cuatro hermanos, en ese momento ausentes. Mantuvieron relaciones sexuales y comenzaron a discutir, según las palabras de él “porque yo quería tener un hijo y ella no; sentí un rechazo muy fuerte”.
Tablado comenzó a perseguir a Carolina por distintos lugares de la vivienda –escaleras, cocina y garaje–, hasta que la alcanzó y le aplicó 19 golpes y 113 puñaladas de la cintura para arriba, valiéndose de cuatro armas blancas: una cuchilla de cocina, dos cuchillos Tramontina y un formón de carpintería, que utilizaba su padre en el taller.
BR/HB