POLICIA
Acusada de matar a sus hijos

Kathleen Folbigg: las primeras palabras de la mujer después de pasar 20 años en prisión por error

La australiana, de 55 años, estaba en la cárcel desde 2003. Una nueva investigación dio vuelta el caso.

Kathleen Folbigg liberada
La australiana y sus primeras palabras después de pasar 20 años presa. | Captura de video

“Mi liberación victoria para la ciencia y, sobre todo, para la verdad”. En sus primeras palabras públicas después de salir de la cárcel tras pasar 20 años presa, la australiana Kathleen Folbigg expresó su “alivio y agradecimiento” por la decisión de la Justicia y el apoyo de su familiares y amigos.

Folbigg ahora tiene 55 años. Había sido condenada en 2003 a 30 años de cárcel por el asesinato de tres de sus hijos y el homicidio involuntario del cuarto. Cada niño murió repentinamente entre 1989 y 1999, con edades comprendidas entre los 19 días y los 19 meses, y los fiscales en su juicio alegaron que los había asfixiado.

Australia: indultaron a Kathleen Folbigg, que pasó 20 años presa por la muerte de sus 4 hijos

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El caso fue revisado y una investigación reciente conducida por un exintegrante del Tribunal Supremo australiano Thomas Bathurst reunió pruebas que demostraron que los chicos murieron por trastornos o mutaciones genéticas.

Kathleen Folbigg, indultada en Australia

"Hola, soy Kathleen. Estoy extremadamente aliviada y agradecida por haber sido indultada y liberada de la prisión", comenzó relatando la mujer. "Mi eterna gratitud a mis amigos y familia, especialmente a Tracy (Chapman) y toda su familia, sin ellos no habría sobrevivido a todo este calvario", continuó.

"Hoy es una victoria para la ciencia y especialmente para la verdad, y durante los últimos 20 años que he estado en prisión siempre he pensado y siempre pensaré en mis hijos. Los he echado de menos y les he querido terriblemente. Gracias", concluyó.

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Cómo fueron las muertes de los cuatro bebés de Kathleen Folbigg

Caleb, Patrick, Sarah y Laura, los cuatro hijos de Kathleen Folbigg, fallecieron entre 1989 y 1999 en Hunter-Newcastle, a unos 120 kilómetros de Sídney, cuando los niños tenían entre 19 días y 19 meses. Todos estaban bajo su cuidado en el momento de sus decesos.

Casada en 1987 con Craig Folbigg, todo comenzó en la noche del 20 de febrero de 1989 cuando Kathleen descubrió que su primogénito Caleb no respiraba. El bebé tenía apenas 19 días de vida. “Algo le pasa al niño”, gritó la mujer.

El caso volvió a repetirse el 13 de febrero de 1991. ”Pasó de nuevo”, gritó la mujer al pedirle a su marido que regresara a casa cuando su segundo bebé, Patrick, quien ya padecía de daño cerebral, ceguera parcial y ataques epilépticos, falleció a los ocho meses de edad.

En el tercer caso, Folbigg encontró a su hija Sarah, de diez meses y medio, sin vida, el 30 de agosto de 1993. Seis años más tarde, el 1 de marzo de 1999, su cuarta hija, Laura, falleció a los 18 meses después de que su madre la pusiera a dormir la siesta.

Inicialmente, los expertos consideraron que Caleb y Sarah fueron víctimas de una muerte súbita y Patrick de un ataque de epilepsia, mientras dejaron como “indeterminadas” las causas del deceso de Laura.

Qué dice la ciencia

Los testigos expertos de la investigación revelaron que una rara mutación genética, conocida como CALM2 G114R, pudo haber causado la muerte de Laura y Sarah. Además, el abogado de la Fiscalía, Dean Jordan, dijo que la evidencia patológica relevante para la muerte de cada niño de Folbigg no estaba disponible cuando fue juzgada en 2003.

También hubo evidencia de que el segundo hijo, Patrick, pudo haber tenido un trastorno genético subyacente que lo predisponía a la epilepsia.

"Ahora la pregunta debe ser cómo creamos un sistema legal más sensible a la ciencia, incorporando nueva ciencia compleja y emergente de forma rutinaria, todos los días y no solo en circunstancias excepcionales", dijo Anna-Maria Arabia, directora ejecutiva de  la Academia Australia de la Ciencia.