POLICIA
Hay un prófugo

La historia de la banda de los 40 millones: cayeron cinco de sus integrantes por errores infantiles

La Justicia encontró los celulares de los miembros de la organización en la camioneta en la que escaparon y luego abandonaron. Allí había videos, mensajes y fotografías vinculadas a la planificación del robo en el country.

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Golpe. Los ladrones eran empleados de la empresa de seguriddad del barrio cerrado. Sorprendieron a las víctimas por la noche para dificultar la visión y cortaron la señal de las cámaras del complejo. | cedoc

Eligieron a las víctimas. Los días previos marcaron la casa, los sorprendieron por la noche para dificultar la visión, cortaron la señal de las cámaras de seguridad del country para no dejar registros, uno de ellos se presentó como víctima del atraco, pero no lo era. Lo que parecía un plan perfecto para los asaltantes tuvo fallas por todas partes. Esta semana cayó uno de los organizadores y ya son cinco los detenidos. Hay un prófugo. 

“Ahí los tenés adentro del comedor”, se escucha una voz en un video de pocos minutos que se filmó frente a la casa de un empresario tabacalero en el country Los Ombúes, en la localidad bonaerense de Hudson. Está todo oscuro pero, según informaron fuentes del caso a PERFIL, se llega a divisar la propiedad. 

El registro se encontró en el celular de Emanuel Seco, un informático de la empresa de seguridad Protección Total, que custodia el country.

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Cuatro días después, los propietarios de esa casa fueron asaltados y los ladrones se llevaron cerca de 40 millones de pesos que el empresario tenía guardados en una caja.

El robo. Una persona con un barbijo en su rostro se acercó a la casa del empresario el 28 de abril pasado. Tenía puesta la ropa de Protección Total y les dijo que tenían algo para entregarles. En la puerta, estacionada, estaba la camioneta de la empresa de seguridad. Eran cerca de las 21.30 y estaba oscuro.

Cuando el hijo del empresario, que abrió la puerta, giró para agarrar una lapicera y firmar el comprobante, al menos cuatro encapuchados ingresaron a la casa. Todos estaban armados y los redujeron en el sótano. Junto a la familia quedó Seco, el informático de la empresa que había llegado al country supuestamente para solucionar la caída del sistema de cámaras del lugar. Era todo una farsa. 

“¿Vos quién sos?”, le dijo la mujer del empresario cuando los delincuentes se fueron y su marido salió corriendo para dispararles mientras huían. Y ahí contó la versión de haber sido emboscado por los ladrones cuando llegó al country para solucionar el problema de las cámaras (ver aparte). 

Luego la Justicia determinó que era uno de los integrantes de la banda y quien había filmado ese video días antes del golpe, en donde se marcó la casa. 

Para los investigadores, Seco es uno de los organizadores de la banda junto a Rubén Alejandro Cid, que fue detenido el martes pasado en Zárate. El primero sería el encargado de  contactar a sus compañeros de la empresa de seguridad para sumarlos al atraco: Brian Correa (28) y Guillermo Sosa (45) –que había renunciado a Protección Total poco tiempo antes del robo–. Además sumó a Hernán Barrios (32) un amigo y quien vive a una cuadra de distancia de Seco, según detallaron fuentes judiciales. Ninguno de ellos tiene antecedentes. 

Por otro lado, para la Justicia, está el rol de Cid. Él sería el encargado de sumar a la banda a Ricardo Viera, que aún permanece prófugo. Estos dos cuentan con antecedentes con delitos vinculados con robos a la propiedad. 

Cid, alias el Turco, fue detenido en Zárate cuando salió de una casa. Se había escondido allí y pudieron localizarlo rastreando su celular. En el lugar estaba con su pareja y fue detenido como coautor del delito de robo agravado. El miércoles pasado se negó a declarar ante la fiscal del caso, Silvia Borrone, de la UFI N° 4 de Berazategui. 

Planificación. En dos oportunidades (el 21 y el 24 de abril) previas al robo de los casi 40 millones de pesos, se había caído el sistema de cámaras del country. Seco, el informático de la empresa de seguridad, fue enviado para arreglar el desperfecto. En una de esas ocasiones fue filmado ese video en la puerta de la casa de la víctima que estaba en el teléfono de Seco, secuestrado en los allanamientos. 

Los celulares que pertenecían a los presuntos miembros de la banda fueron encontrados en el sótano de la casa de la víctima y en la camioneta de la empresa de seguridad que fue abandonada cerca del country luego del robo. Para los investigadores, los aparatos fueron fundamentales para reconstruir la planificación del robo.

Dos de los teléfonos se los atribuyen a Seco, uno de uso personal y otro de la empresa. Estaban en la camioneta abandonada. Y allí había, al menos, dos videos relacionados con la planificación del robo. 

Otro de los aparatos fue encontrado en el sótano de la casa del empresario. Es que los delincuentes guardaron el dinero en un bolso que estaba lleno de ropa. Al vaciarlo dejaron olvidado un celular entre las prendas de vestir.

Según fuentes judiciales, hallaron en los teléfonos mensajes, videos y fotografías vinculadas con el robo. Otro de los aparatos fue aportado de forma voluntaria por Correa, el guardia que controlaba el acceso al country, pero luego la Justicia determinó que era parte de la banda. 

Los cinco se negaron a declarar y quedaron tras las rejas. De la plata no hay noticias.

 

“Me dice ‘quedate quieto o te vuelo la cabeza’”, contó el empleado infiel

Emanuel Seco (27), a las pocas horas de conocido el robo al empresario tabacalero, dio una nota contando lo que había sufrido. Se presentó como el informático que había llegado al country Los Ombúes de Hudson para solucionar un problema en las cámaras de seguridad cuando fue abordado y tomado de rehén por los delincuentes. Para la Justicia, el joven no fue una víctima del atraco sino un integrante clave de la banda.

“Me llaman porque se habían apagado todas las cámaras del barrio. Ingreso hasta la barrera, me dan la llave del búnker, miran la camioneta, paso, entro al búnker. Por protocolo, tengo que entrar al búnker y cerrar; cuando estoy cerrando la puerta, me empujan y entra un muchacho alto vestido todo de negro, con un pasamontañas y una ametralladora. Me dice “quedate quieto o te vuelo la cabeza”, contó Seco, el informático de la empresa de seguridad Protección Total que trabaja en el barrio cerrado.

“Me meten adentro de la camioneta y me dicen que los lleve hasta una casa que me iban a indicar. Me apuntaban a la cintura y adentro de la camioneta había más gente. Y otro me apunta a la cabeza. Me dice ‘vas a llegar al ombú, doblá a la izquierda,  200 metros y frenás’. Conocían adónde iban”, detalló.

Después relató que lo llevaron al sótano de la casa asaltada y lo dejaron atado junto a la familia del empresario que fue víctima del robo. Pero 18 días después fue detenido en Florencio Varela como uno de los miembros de la banda: pasó de víctima ocasional a victimario.