Valentín Solís (14) y Eric Galli (15) habían ido al colegio Lola Mora en el barrio rosarino El Triángulo, pero se volvieron antes porque no había agua y suspendieron las clases. Al regresar, los chicos se quedaron sentados en las inmediaciones del complejo Fonavi, muy cerca del establecimiento educativo. Ahí se reunieron con otro amigo, cuando tres sicarios se acercaron a ellos y los acribillaron. Los dos menores murieron y el otro chico sobrevivió. Pero las balas no tenían sus nombres escritos en la previa del ataque, ya que ambos “eran ajenos a cualquier conflicto”. Así se convirtieron en nuevas víctimas inocentes de una violencia narco que va camino a convertir al 2022, en el año más violento de la historia del Departamento de Rosario.
Detrás del doble crimen de los adolescentes, ocurrido el 24 de noviembre último en Sanguinetti al 5.600, está la disputa por el territorio en la venta de estupefacientes. Pero desde que se conoció el hecho, la madre de Valentín salió a los medios locales a desvincular a su hijo del mundo del narcotráfico. “Él no hacía nada más que ir a la escuela, no quería faltar nunca. Se sentó acá y le sacaron la vida como a un animal”, había dicho la mujer. Los peritos levantaron 16 vainas servidas del lugar.
Y, esta semana, el fiscal que investiga el caso respaldó los dichos de la mujer tras la imputación de uno de los presuntos asesinos. “En su momento les dije que no tenía clara la motivación, pero con el avance de la investigación surge que no era contra los dos jóvenes fallecidos. Ellos eran ajenos a cualquier conflicto, pero había una tercera persona, que es la víctima de tentativa de homicidio, que era a la que trataban de buscar y a la que dirigieron el ataque”, explicó Adrián Spelta en conferencia de prensa tras la imputación de Franco Daniel S. (20) por este hecho a quien le dictaron la prisión preventiva por noventa días.
El ataque estaba dirigido, según explicó, contra este tercer chico que fue acusado de “soplón” por querer dejar de comercializar estupefacientes. “Esta persona había tenido una vinculación con la venta de droga al menudeo y se había querido apartar de todo esto, y esta circunstancia no fue bien vista por el grupo que se dedica a esto. Lo trataban de soplón, o sapo, que fue el calificativo que utilizaron, según algunos testigos. Lamentablemente esta persona estaba con unos amigos, y fueron ellos los que recibieron el ataque”, detalló el fiscal. Y enfatizó “tanto Eric como Valentín eran ajenos a la venta al menudeo”.
El fiscal explicó que la zona donde se encuentra el playón municipal El Encuentro, en las inmediaciones del complejo Fonavi, es “un lugar de concentración de venta de estupefacientes” y hay “un enfrentamiento entre las personas que habitan ahí”.
Pero Valentín y Eric terminaron engrosando una lista lamentable: la de víctimas inocentes de una problemática social y política que tiñó de sangre las calles rosarinas. En ciertas zonas parecen ser parte de la cotidianidad el ruido de las balaceras y el conteo de homicidios. Pero estos chicos eran ajenos a este negocio ilegal que en su proliferación parece haber perdido todos los límites.
Y los números son una manera de explicar (o intentar entender) una problemática que parece desenfrenada. A veinte días de que termine el año, el 2022 ya registra el número más alto de homicidios de los últimos nueve años, con 268 víctimas. El último homicidio se produjo el jueves a la noche cuando Ricardo Carrizo (60) recibió un balazo en el cuello cuando tomaba mate en la vereda de su casa junto a su familia.
El pico de casos se había dado en 2014 (254). Pero el récord se contabilizó un año antes (271) tras el crimen del entonces líder de la narcobanda Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero que desató una guerra entre bandas e instaló una violencia que se padece hasta hoy.
Entre enero y octubre de este año, en el 4% de los homicidios registrados en el Departamento de Rosario las balas terminaron con la vida de una víctima inocente. Como ocurrió con el triple crimen de la familia Morera, asesinada en mayo pasado cuando los confundieron con otra pareja. En esa oportunidad Rodrigo Morera (26), Aimará Altamirano (25) y su hija Auriazul (6) fueron acribillados por error en el sur de Rosario. O como sucedió con el asesinato de la bailarina Virginia Ferreyra (32) y su mamá, Claudia Deldebbio (58), quienes fueron alcanzadas por las balas cuando esperaban el colectivo y empezaron a disparar contra un complejo habitacional.
En más de la mitad (54%) de las muertes totales registradas en ese periodo existió una “planificación o mandato previo”, es decir, que sicarios tomaron sus armas con el objetivo claro de matar. Y tal vez, el número más significativo para entender el contexto que se vive allí es que casi el 70% de los asesinatos estaban vinculados a la “economía ilegal u organizaciones criminales”, según el último informe del Observatorio de Seguridad Pública del Gobierno de Santa Fe.
Violencia. El doble crimen ocurrió pasadas las 16 del jueves 24 de noviembre pasado. Las cámaras de seguridad de la zona registraron cuando los tres sicarios implicados en el hecho escaparon corriendo. Según la investigación, primero lo hace Franco S., que se lo ve con una camiseta del club español Barcelona, y unos pasos más atrás los otros dos sospechosos. Uno de ellos es menor de edad y fue imputado la semana pasada por el Juzgado de Menores y quedó detenido, el otro aún no fue atrapado.
Estas tres personas no solo estarían vinculadas con el asesinato de Eric y Valentín sino que los investigadores creen que podrían estar detrás del atraque a un peluquero y de una balacera que ocurrió en la misma zona el día anterior, por la que resultaron heridos dos adolescentes. Uno de ellos es Valentina (15) quien también iba a la misma escuela que los chicos fallecidos.
Desde la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe) de Rosario expresaron que “en una escalada de violencia, las balaceras asesinan a diario en las calles de los barrios. Son víctimas quienes viven o transitan en ellos, muchxs niñxs o jóvenes de nuestras escuelas”.
Por eso la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N° 240 “Lola Mora” junto a las familias marcharon para pedir “justicia” y que se proteja a la juventud.
El mensaje del Papa
El papa Francisco envió un video a la Arquidiócesis de Rosario donde afirma que “vemos violencia por todos lados, en su mayoría producida por el narcotráfico” por eso le pidió a los religiosos que “trabajemos por la paz”.
Así lo contó el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín: “Con el lema ‘Con María misionemos por la paz’, el Papa confirma ese mensaje y el contexto es de la paz porque estamos atravesados por esta violencia que no cesa y que se ha llevado tantas vidas. El mensaje del Papa es que seamos trabajadores de la paz y allí debemos poner todo nuestro esfuerzo”.
Martín también hizo referencia a los dichos del ministro de Seguridad Nacional, Aníbal Fernández, quien estuvo en Rosario esta semana y sostuvo que la violencia en esa ciudad se debía a “una lucha entre bandas”. Que se llevó vidas inocentes. “Estos problemas que tanto nos afectan son la consecuencia de años en los que se ha dejado avanzar al narcotráfico en los barrios, como un Estado dentro del Estado que se ramifica en balaceras a negocios, amenazas”, sostuvo el arzobispo a la emisora LT8.