POLICIA
Crimen del policía

El lado B del asesino de Palermo: esquizofrenia, delirios místicos y un pasado en Canadá

Rodrigo Roza tenía 51 años. Estaba bajo tratamiento desde 2010, aunque en las últimas semanas el psiquiatra que lo atendía le había cambiado la medicación. 

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Rodrigo Facundo Roza, el asesino del policía falleció esta madrugada en el Hospital Fernández. | Cedoc Perfil

Rodrigo Facundo Roza (51), el paciente psiquiátrico que este lunes asesinó a cuchillazos a un oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) en el barrio porteño de Palermo, estaba siendo tratado por esquizofrenia desde el año 2010, aunque en las últimas semanas el psiquiatra que lo atendía le había cambiado la medicación. 

Marta Jauregui (80), la mamá del asesino, reveló detalles desconocidos de su hijo: dijo que le habían modificado el tratamiento y que dos días antes de matar a Juan Pablo Roldán, notó que estaba algo “inestable”. 

La mujer vivía con Rodrigo en la planta baja de un edificio de la calle Jerónimo Salguero, a tres cuadras del shopping Alto Palermo, aunque el hombre, últimamente, pasaba gran parte del día en la calle.

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Rubén, el portero, señaló esta mañana que el asesino "era un chico bueno". "Acá nunca tuvo problemas. Sabíamos que era una persona psiquiátrica pero acá nunca sufrimos una agresión por él. Estaba bajo tratamiento, pero nunca se mostró agresivo", explicó. 

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El asesino vivía en un departamento de tres ambientes de la calle Salguero. 

El aspecto de Rodrigo era el de un indigente, pero su historia no se asemeja a la de la mayoría de las personas que viven en situación de calle. Hace más de diez años el asesino del policía vivía en Canadá. Llegó a estudiar psicología, una carrera que finalmente abandonó cuando cursaba el cuarto año.

En su habitación todavía atesoraba una gran cantidad de libros de psicoanálisis, un dato que llamó la atención de los policías que intervinieron en el allanamiento a su domicilio, realizado horas después del ataque, junto a cuadros católicos y textos afines que muestran un extraño costado místico.

El contenido de la mochila que llevaba puesta a la hora de cometer el crimen refleja ese fanatismo religioso que aparentemente profesaba. Entre otras cosas, había dos crucifijos, un cádiz, revistas de fe, un atrapasueño y hasta un viejo pistolón del siglo XVII.

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Los objetos que llevaba Rodrigo Roza en su mochila. 

Rodrigo, que no tenía antecedentes laborales ni crediticios en el país, era el hermano del medio de una familia de clase media. Gonzalo (54), el mayor, es escribano y está casado con una martillera. Juan Francisco (44), el menor, trabaja en una multinacional biofarmaceútica. Los tres son hijos de Roberto Carlos Roza, un taxista nacido en febrero de 1934 que falleció en el 2018, a los 84 años.

Según fuentes policiales, Gonzalo acompañó a su mamá en el allanamiento a su departamento, mientras todavía Rodrigo peleaba por su vida en el Hospital Fernández, donde finalmente esta madrugada falleció a raíz de las graves lesiones de bala sufridas. 

De acuerdo a los voceros, el homicida estaba siendo tratado con clozapina, una droga que se usa para el tratamiento de la esquizofrenia severa. Sin embargo, no era el único medicamento consumía. En su pieza hallaron blisters de Alprazolam y Zolpidem, una medicación para tratar el insomnio y ataques de pánico.

Video | Así fue el ataque a puñaladas que mató a un policía en Palermo
 

Rodrigo nunca abandonó el tratamiento por esquizofrenia. Desde 2010 se atendía en el Centro Médico Pueyrredón de Buenos Aires, aunque en las últimas semanas le habían cambiado la medicación, una decisión que bien podría explicar su reacción criminal. 

Los investigadores están convencidos que Rodrigo no llegó a comprender la criminalidad de sus actos. Los testigos refieren que “estaba como ido” y recuerdan que decía que hablaba “con Dios”. "¿A quién me llevo primero?", amenazó antes de herir a cuchillazos a Roldán, en un ataque que nadie pudo prevenir, ni siquiera las personas que más lo conocían.

LN