POLICIA
en vehiculos particulares

Los ‘narcorremiseros’ llevaron 6 mil kilos de droga en tres meses

Es lo que secuestró Gendarmería entre mayo y julio. Los choferes cobran por el traslado pero no intervienen en la comercialización. Galería de fotos

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Diario Perfil - Galera de Imgenes | Dyn

Las rutas de la droga crecieron tanto como el negocio. Pero la novedad no es la modalidad, sino la cantidad que se trafica en autos y camionetas, con choferes que hacen el trabajo de mula. Son los remiseros que cargan, trasladan y entregan, pero no comercializan. Sólo en los últimos tres meses del año, más de 6.600 kilos de marihuana y cocaína fueron secuestrados en vehículos particulares que circulaban por caminos argentinos y que habían conseguido pasar los controles migratorios.   

En los primeros seis días de agosto personal de Gendarmería secuestró 324 kilos: 303 de marihuana y 21 de cocaína. De los últimos tres meses junio fue el menos productivo para los narcos, con 3.394 kilos incautados (3.277 de marihuana y 117 de cocaína).

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Gendarmería es una fuerza de seguridad militarizada que interviene en los pasos fronterizos, y que realiza controles en rutas nacionales y provinciales, ubicadas en un radio de cien kilómetros a la redonda de las salidas del país y cincuenta del sector fronterizo fluvial. Los “narcorremiseros” saben dónde está cada uno de los puestos fijos, y hasta conocen cuáles son más fáciles de sortear.

Según fuentes judiciales, los narcos envían sus cargamentos en grupos de dos a cinco autos. “Siempre sale adelante un coche limpio, que marca los controles fijos, esos que los narcos llaman by pass. Cuando detectan un operativo nuevo o algo extraño avisan al resto de la flota”, explica un vocero consultado por PERFIL.

En la mayoría de los casos utilizan coches de alta gama, como Volkswagen Passat o Bora. También camionetas 4x4, que además sirven para transitar con velocidad por caminos rurales alternativos.

Modalidad. Los más cuidadosos esconden la droga en un doble fondo ubicado en el baúl, los paneles, el torpedo o el guardabarro. Pero otros directamente la llevan en la caja de la camioneta, en la parte trasera del coche o apenas camuflada en el equipaje. Son los que más impunes se sienten. 

El 20 de junio pasado, por ejemplo, una Toyota Hillux fue detenida sobre la ruta nacional 12, a la altura de Santa Ana, en la provincia de Misiones, con 39 bolsas que contenían 1.040 paquetes con marihuana. El pesaje final arrojó 1.003 kilos. En este caso la droga estaba a la vista: las bolsas que llevaba en la parte trasera llegaban hasta el techo.  

Según fuentes judiciales, los coches de mediano porte pueden llegar a trasladar hasta 400 kilos de droga, como ocurrió el 13 de julio pasado también en la provincia de Misiones. O en Oberá, donde un Peugeot 407 fue interceptado con 297 kilos de marihuana en su interior, el 28 de mayo último. La carga en una camioneta es superior: pueden llevar hasta una tonelada.   

El traslado de la droga en coches particulares es “más económico y menos riesgoso” que hacerlo en camiones, explica un vocero consultado. Los controles fronterizos terrestres son menos rigurosos para los autos que para los camiones. La dificultad es que un simple control de rutina puede abortar el plan, porque para inspeccionar un auto no se requiere una autorización judicial, como en el caso de los camiones con carga precintada.   

Según las fuentes, la droga que circula por las rutas argentinas es cargada en Bolivia (en el caso de la cocaína) y Paraguay (marihuana). En los últimos meses las autoridades advirtieron que algunos de los envíos que antes iban hacia la provincia de Buenos Aires ahora terminan en Chile, donde la ganancia sería mayor. De hecho, el miércoles pasado dos mujeres brasileñas fueron detenidas en un control sobre la Ruta 34, en la provincia de Jujuy, con una camioneta Chevrolet S10 que contenía 173 kilos de marihuana. Fuentes de Gendarmería indicaron que el destino del cargamento era el vecino país trasandino.  

Choferes. Los remiseros no suelen formar parte de la cadena de comercialización de las organizaciones criminales. “Ellos sólo cobran por el traslado de la droga”, apunta a PERFIL un vocero judicial. “Son mulas porque saben lo que están llevando”, agrega.

Lo cierto es que los 6.634 kilos de droga secuestrados en mayo, junio, julio y agosto de 2015 son apenas una muestra de la cantidad de droga que circula por las rutas argentinas.

 

El caso de los falsos curas

La simulación es una vieja estrategia del mundo narco que rara vez falla. No es el caso de dos falsos curas que fueron detenidos el jueves 30 de julio pasado en un control realizado en una ruta de la provincia de Corrientes.

Los dos ocupantes de un Renault Logan se identificaron como sacerdotes, pero ni así pudieron evitar la requisa. A los gendarmes les llamó la atención que las puertas del vehículo tenían un peso excesivo y que no se abrían las ventanillas. Al extraer los paneles de las puertas encontraron setenta paquetes rectangulares o “ladrillos” de marihuana, con un peso total de 46,946 kilos.

Los falsos curas viajaban desde Puerto Iguazú, en Misiones, hacia el barrio porteño de Flores.

El hecho se registró cuando personal del escuadrón Paso de los Libres de Gendarmería Nacional realizaba controles vehiculares de rutina a la altura del kilómetro 536 de la ruta nacional 14. Luego de descubrir la droga e informar la novedad, se chequeó si se tratataba de religiosos pero el resultado fue negativo.

Los acusados quedaron detenidos y a disposición del Juzgado Federal de Paso de los Libres.