POLICIA
tiros, pandemia y muerte

Más del 70% de los policías muertos en el año fueron atacados en el conurbano bonaerense

La mitad de los casos ocurrieron en el partido de La Matanza y el resto en Florencio Varela, Lanús, Pilar y Almirante Brown, entre otros distritos. En la Ciudad fallecieron tres y en el interior de la Provincia, dos.

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Las ultimas victimas. Carlos Alberto Andino (37). Ariana Romero (23). Cristian Coronel (25). Debora Yanet Rodríguez (26). Diego DiGiácomo (29). Iván Triveño (25). Juan Pablo Roldán (34). Julia Valles (30). Marcos Castillo (49). Matías Núñez (23). Hernán González Sueyro (38). | cedoc

Damián, Iván, Ariana, Hernán y Diego. Cristian, Julia, Emanuel y Mauricio. Y la lista sigue. Son los nombres de los policías que en este 2020 perdieron la vida en situaciones de robo en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia. Son menos que el año pasado. Pero siguen siendo muchos. 

Con el crimen del oficial mayor de la Bonaerense, Rubén Alejandro Rivas (46), ejecutado de cuatro disparos en la Nochebuena pasada cuando salía de la casa de su madre en la localidad de San Justo, suman 19 los miembros de las fuerzas de seguridad asesinados. 

Según datos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), hasta el 30 de noviembre último habían fallecido 16: cinco oficiales de la Bonaerense, cuatro de la Federal, tres de la Ciudad, uno del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), uno de Prefectura Naval Argentina (PNA) y uno de la Policía local. Pero en diciembre siguieron los robos y la nómina de víctimas se amplió. Además de Rivas, fueron asesinados Hernán González Sueyro (38) y Carlos Alberto Andino (37).

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En 2020, el 73 por ciento de las víctimas fatales murieron en el conurbano bonaerense y la mitad en la zona más caliente: el partido de La Matanza. De los 19 homicidios registrados hasta la fecha, 14 ocurrieron en el Gran Buenos Aires, 3 en la Capital Federal y 2 en el interior de la Provincia (La Plata y Zárate).      

En el distrito de Fernando Espinoza, el más poblado de Buenos Aires con 1,8 millones de habitantes, siete efectivos perdieron la vida este año: cinco pertenecían a la Bonaerense y los otros dos a la Federal y la Policía de la Ciudad. 

El primer asesinato del año y el último -hasta el 26 de diciembre- ocurrieron en La Matanza. Damián Edgar Moyano tenía 29 años y prestaba servicio en la policía porteña, en la División Operaciones Urbanas de Contención de Actividades Deportivas (Doucad) del barrio de Barracas. Lo mataron el 2 de enero en la localidad de Virrey del Pino. No llegó a disparar. 

A Moyano lo ejecutaron delante de su mujer y su hija de un año y medio, que dormía en el huevito de la parte trasera de su auto. Le pegaron cinco tiros (uno en el tórax, dos en la pierna izquierda, otra en la derecha y la restante en la mano derecha) y llegó muerto al hospital. Al día siguiente demoraron a dos de los presuntos autores, uno de 15 y otro de 19 años. 

El oficial mayor Rivas, la última baja de la Bonaerense, también fue asesinado en una entradera. Había pasado a saludar su mamá por su casa de San Justo y cuando se estaba subiendo al auto intentaron asaltarlo. Según las fuentes, se identificó como policía e intentó poner en fuga a los dos asaltantes.

Rivas disparó 12 veces, pero los delincuentes respondieron y terminó herido de muerte. Le pegaron cuatro tiros, uno en la pierna y los otros tres en la zona del tórax. Cayó muerto en el lugar, delante de su mamá (que sufrió una herida en la mano) y su hermana. 

A Rivas le decían “Chatito”. Tenía 28 años de servicio y era el mayor de cinco hermanos. Su papá también fue integrante de la policía bonaerense. 

De los 19 casos al menos tres no se produjeron en situación de robo. A Rodrigo Irala (33), miembro de la policía porteña, lo mataron el 3 de marzo en el interior de villa 31 cuando presuntamente fue a comprar droga; Débora Giménez (26), oficial de la policía local, falleció el 13 de enero en Pilar después de haber sido encontrada en su casa de Pilar con una herida de arma de fuego en la cabeza; y Cristian Coronel (25), miembro de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI.) de la Bonaerense, perdió la vida durante un simulacro de motín. 

En descenso. La curva de asesinatos de policías está en baja desde 2017, el año con más muertes de los últimos cuatro. La cifra de víctimas prácticamente duplica a la actual: hubo 37 asesinatos, con récord de bajas en la Policía de la Ciudad, que perdió 13 miembros en su primer año de creación. 

En 2018 el número se redujo a 30, con 9 víctimas de la Bonaerense, 2 de la Ciudad, 2 de la Federal y 3 de Gendarmería, entre otras fuerzas. De acuerdo a los datos recopilados por el CELS, el año siguiente fallecieron 29 efectivos: 8 de la Provincia, 6 de la Ciudad y 2 de la PFA.

Desde 1996 el CELS lleva un registro de los integrantes de las distintas fuerzas de seguridad asesinados tanto en el interior de la Provincia como en la Capital Federal. En los últimos 24 años hubo 1166 bajas: 487 pertenecían a la Federal, 443 a la Bonaerense, 40 a Gendarmería, 37 a Prefectura y 24 a la Ciudad.

 

Tres bajas

◆ Las últimas semanas de diciembre dejaron un saldo de tres efectivos policiales asesinados en distintos episodios de inseguridad. 

◆ El día 3 perdió la vida Carlos Alberto Andino (37), integrante de la bonaerense que fue baleado en un robo en Laferrere. 

◆ Dos días después murió el oficial de la policía porteña Hernán González Sueyro (38), atropellado cuando intentó detener a dos motochorros en General Paz y Concordia.

◆ Este jueves asesinaron a Alejandro Rivas (46), en San Justo. 

 

 

La mujer que perdió dos hijos

Nélida Dos Santos no tiene consuelo. El jueves pasado vio cómo dos delincuentes mataban a su hijo policía en la puerta de su casa, en la calle Cabrera al 1300, en San Justo, partido de La Matanza.  “Lo mataron por ser funcionario policial”, escribió en su cuenta de Facebook, en un mensaje que posteó a las 4.30 de la madrugada, cuando muchas familias todavía festejaban la Navidad. 

La mamá del oficial de la Bonaerense había perdido a otro de sus hijos por un episodio de inseguridad: el 10 de mayo de 2003 Sebastián Rivas, hermano menor de Alejandro, fue asesinado en un episodio de inseguridad. 

El crimen también ocurrió en La Matanza. A Sebastián le quisieron robar un morral y el ladrón lo mató de un disparo en el pecho. Por el homicidio, el agresor fue condenado a prisión perpetua a fines de 2014 y enviado al penal de Sierra Chica.

Nélida contó que su hijo la defendió a ella y que los asesinos la hirieron en la mano derecha. “Lamentablemente estoy de luto nuevamente. Otro hijo que pierdo, tengo el corazón destrozado”.