Lo hallaron asesinado en una de las habitaciones de la casa parroquial, con una sábana en la cabeza y sobre un enorme charco de sangre. La escena con la que se encontró el empleado de limpieza de la Parroquia San Martín de Porres, en la ciudad de Tucumán, era dantesca.
Según los primeros datos, el cuerpo del cura Oscar Juárez (67) estaba maniatado y presentaba varias heridas cortantes en el cuerpo. Los investigadores trabajan sobre la hipótesis de un homicidio en ocasión de robo y tratan de establecer cómo ingresaron y si se llevaron algo de valor. Al mismo tiempo, buscan pistas en las cámaras de seguridad de la zona.
Juárez era el párroco del templo ubicado en la calle Castro Barros al 100, en las afueras de la capital provincial. El sacerdote hacía varios años que estaba al frente de la parroquia. Según el diario La Gaceta, llegó después de pasar por la iglesia de la ciudad de Alderetes. “Era muy querido por todos”, contó una vecina de la zona.
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Al enterarse de su muerte, el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, se presentó en la iglesia para interiorizarse del caso. En el lugar, peritos de la División Científica de la Policía local trabajan en busca de rastros que permitan sumar indicios para dar con los asesinos.
En las redes sociales, el caso generó el repudio absoluto. "Tristeza enorme por el Padre Oscar Juárez. La inseguridad en Tucumán no da para más. Excelente persona, cura, ayudaba a más de 90 familias. Nos acompañó años en la Parroquia San Martín de Porres", lo despidió una fiel desde su cuenta de Facebook.
El caso de Juárez recuerda otro hecho que despertó una enorme conmoción en la comunidad religiosa de la capital provincial: la extraña muerte del cura Juan Viroche, quien en octubre de 2016 apareció ahorcado en la parroquia Nuestra Señora del Valle de La Florida.
Si bien trascendió que el sacerdote había sido amenazado por narcos, la justicia nunca pudo probar el crimen y finalmente la causa terminó archivándose como "suicidio".
De hecho, el fiscal Diego López Avila descubrió que los llamados amenazantes que había recibido el cura los realizó una mujer con la que supuestamente había mantenido una relación sentimental.
LN/MC