Marcos P. (33) tenía las manos y toda su ropa manchada con sangre cuando la Policía santafesina lo arrestó por el femicidio de su pareja, Isabel María del Luján Peró (39). Fue el martes 30 junio de 2020 en el primer piso de un edificio ubicado en la calle San Lorenzo al 1200, en el centro de Rosario.
El homicida no pasó ni un solo día encerrado en una cárcel, pese a que llegó a juicio acusado por el delito de “homicidio calificado” por el vínculo. El día del hecho fue llevado a una comisaría y posteriormente al Hospital Agudo Ávila, donde se encuentra hace tres años.
Según fuentes judiciales, la situación de Marcos P. no cambiará en lo inmediato, porque los jueces de Primera Instancia, Patricia Bilotta, Hebe Marcogliese y José Luis Súarez, lo absolvieron por inimputabilidad “disponiendo como medida de seguridad su internación y tratamiento en un establecimiento de salud mental con límite temporal de seis años”.
Gritos y muerte. Isabel y Marcos discutieron fuerte en la noche del 29 de junio de 2020, según reconocieron distintos vecinos. Cerca de la una de la madrugada del otro día llegó la Policía. Ya no se escuchaban gritos ni peleas.
El cuerpo de la víctima fue hallado en la cocina del 1° “B”, sobre un enorme charco de sangre. Marcos estaba todo ensangrentado, y en aparente estado de ebriedad. “Nos asomamos al palier de la vivienda de la pareja y ella estaba tirada en el piso. Le cortó el cuello con un cuchillo”, contó un vecino en su momento. El acusado fue detenido por el femicidio.
En el juicio, que comenzó el 23 de junio pasado, la fiscalía destacó el dictamen médico que dio a conocer que el hombre “no puede ser juzgado” y que seguirá con su tratamiento “en virtud de la afectación de la conciencia por una alteración de las facultades que le impidieron comprender la criminalidad de sus actos”.
Lo llamativo es que desde que se inició la causa, la fiscal Georgina Pairola, a cargo de la instrucción, le había atribuido a Marcos P. el delito de “homicidio calificado por mediar la violencia de género con reiteración de conductas agraviantes y lesivas”.
Ezequiel Torres y Luciano Zisele, abogados del acusado, pidieron la absolución de su defendido argumentando que al momento del femicidio Marcos P. “no pudo comprender la criminalidad de sus actos, premisa acreditada con los informes de la Junta de Salud Mental y un perito particular”.
“Los hechos fueron muy confusos. En el juicio no llegaron a acreditarse, no se sabe si la mató él o no, nosotros pedimos que se lo juzgue por legítima defensa o por emoción violenta, porque hubo agresividad de un lado y del otro. Tanto Marcos como su expareja eran consumidores de drogas y alcohol que pudieron generar un contexto de violencia y falta de control”, aseguró a PERFIL Torres.