POLICIA
¿Fuga o crimen?

Misterio en Devoto: el destino incierto del jefe de los sicarios de un capo narco rosarino

Mauricio Laferrara desapareció de la cárcel de Devoto el 20 de octubre. Purgaba dos condenas a prisión perpetua por seis homicidios, aunque sospechan que cometió varios más. Hay una recompensa de $ 5 millones por su captura y circular roja de Interpol, pero no se pudo determinar si efectivamente salió del penal, o lo mataron y descartaron su cuerpo. Las hipótesis que se barajan y el pedido desesperado de su mamá.

2023 10 28 Mauricio Laferrara
Mauricio Laferrara. | Cedoc Perfil

Escapar de la cárcel de Villa Devoto no es sencillo, pero tampoco una misión imposible. Los antecedentes que existen datan de varios años. En septiembre de 1994, la banda de “El Gordo” Valor escapó usando sábanas anudadas y saltando el muro. Tres años antes siete detenidos huyeron del mismo penal por un pozo que cavaron durante más de cinco meses, en una fuga que décadas después llegó al cine con la película El túnel de los huesos.  
El viernes 20 de octubre pasado, todo indica que se produjo una nueva evasión. Ese día, cerca de las 6 de la tarde, la guardia del pabellón 11 del penal advirtió, en el recuento de presos, que faltaba un detenido. No era cualquier interno. Se trataba de Mauricio Jesús Laferrara (27), alias “Mauri” o “Caníbal”, el jefe de los sicarios del capo narco rosarino Esteban Lindor Alvarado, condenado a perpetua por el homicidio agravado del prestamista Lucio Maldonado y otros crímenes más.
Todavía no se sabe cómo hizo para salir de un sector que aloja a más de 250 detenidos, porque las cámaras de seguridad de la unidad no detectaron ningún movimiento extraño. Una posibilidad es que pueda haberse fugado entre la basura, pero para hacerlo debería haber contado con la complicidad de los guardiacárceles.
A siete días del supuesto escape, los investigadores del caso no descartan ninguna de las dos hipótesis iniciales: una fuga inadvertida o un asesinato sin cuerpo. El pedido de recompensa de cinco millones de pesos y la circular roja que emitió Interpol esta semana indican que la teoría de la evasión tiene más asidero que la de una desaparición forzosa.  
Se supone que mediante el análisis de las cámaras de seguridad de la unidad se podría descartar y/o encaminar alguna de estas teorías. Sin embargo, nadie –al menos hasta ahora– descarta oficialmente alguna de las sospechas.
Ramona García, la mamá de Laferrara, presentó esta semana un pedido de hábeas corpus para conocer la situación de su hijo. Asegura que ninguna autoridad la contactó y que todo lo que ella sabe es gracias a las versiones periodísticas.
La mujer hablaba casi a diario con su hijo, pero de un día para el otro ese contacto se cortó. Si se fugó –algo para nada descabellado, teniendo en cuenta que purgaba una condena a perpetua y que lo vinculan con quince asesinatos– es lógico que no se conecte con sus contactos más cercanos. Lo que no es tan lógico es que sus familiares quieran darle visibilidad al caso si saben que se fugó.
En los casos de evasión, los familiares están en permanente contacto con las autoridades judiciales y policiales porque es probable que el convicto intente un acercamiento, ya sea para obtener dinero como para darles tranquilidad. En este caso, eso aparentemente no sucedió.
“Jamás fui contactada desde que mi hijo se encuentra en calidad de desaparecido. Ni desde el Servicio Penitenciario Federal como así tampoco de ningún fuero y ni de ninguna autoridad fiscal, la cual debería estar investigando”, planteó la mamá del preso en el escrito que sus abogados Ezequiel Torres y Luciano Zisele presentaron ante la Justicia.  
“Tal es el estado de de-sorientación de lo que habría pasado que ni siquiera se da certeza de algo, siendo totalmente angustiante para una madre que su hijo pudo haber sido descuartizado y descartado, sin que ninguna autoridad se haya ni siquiera comunicado con mi persona para avisarme de la desaparición, ni mucho menos cuál es el estado de la búsqueda”, amplió Ramona.
Al parecer, Laferrara no habría dado muestras de estar planeando una fuga. Está en pareja y tiene un hijo pequeño que recibió en las últimas visitas. Con ellos también cortó relación.
Los investigadores del caso, por lo pronto, buscan pistas en una línea de tiempo que arranca el viernes 17 de octubre a las 7.30 de la mañana y termina a las 15.56 del mismo día.
El sumario administrativo del penal detalla que el jefe de los sicarios se encontraba en el pabellón 11 del penal de Devoto junto a otros 73 detenidos en el recuento matutino. Cerca de las 3 de la tarde, durante la baja de internos a recreación, uno de los presos soltó una frase que alarmó a los guardiacárceles: “Se te fue uno del 11 y nadie se dio cuenta”.
De acuerdo a este informe, lo primero que se hizo fue dar aviso al personal de la División Control y Registros de la Unidad. “A las 17.25 se procedió a realizar el correspondiente visu médico corporal a la totalidad de la población penal, como así también un registro exhaustivo en todos los sectores del penal, finalizando la misma a las 18.55 arrojando como resultado negativo la búsqueda del interno en cuestión”, se indica en el reporte.
Para Ezequiel Torres, uno de los abogados que asesora a la mamá del supuesto evadido, la teoría del escape no cierra y cree que pudo haber pasado algo mucho más grave. “Ya pasaron varios días y todavía no sabemos si se fugó o no. Eso es lo que a mí me llama la atención”, dice a PERFIL.    
Torres asegura que Laferrara no tiene recursos económicos y cuenta que la mamá dejó de visitarlo en julio porque no podía pagar los gastos. “Con la mamá tiene una relación muy estrecha y no hubo más comunicación. Tiene un hijo de menos de un año y con su mujer también perdió contacto. Aparte no tiene fondos para irse a ningún lado. Yo entiendo que pasó algo muy grave. La madre, por ejemplo, lo visitó por última vez en julio. Le sale muy caro movilizarse, entre el viaje y la comida se le hizo insostenible”, señala.
Sin embargo, Laferrara forma parte de una organización narco criminal que sí cuenta con suficiente poder económico como para sacarlo de la cárcel y ponerlo en funciones nuevamente. Un claro ejemplo es lo que pasó con su jefe Esteban Alvarado en marzo pasado: compró un helicóptero Robinson 44 Raven y hasta contrató a un piloto experimentado para que lo rescataran de la cárcel de Ezeiza. Por suerte, el plan de fuga no se concretó.

Un extenso prontuario

El prontuario de Mauricio Laferrara es extenso y pesado. Tiene dos condenas a perpetua y varias imputaciones más por homicidios, entre ellas un triple crimen.  
En junio de 2022 fue condenado a perpetua junto al capo narco rosarino Esteban Lindor Alvarado, por el homicidio del prestamista Lucio Maldonado, ocurrido en noviembre de 2018. En abril de ese mismo año, recibió otra pena a perpetua por el crimen de Cristian Beliz.
Además está imputado por el secuestro y asesinato de Cristian Enrique, ocurrido en octubre de 2018 en Rosario y un triple homicidio registrado ese mismo año en Granadero Baigorria, cuyas víctimas fueron Gerardo Abregú y los hermanos Ezequiel y José Fernández.
Su papá, Jorge Laferrera (63), también tiene varias causas penales y hasta una fuga. En el año 2000 fue condenado por tráfico de marihuana en la provincia de Corrientes, al ser detenido con casi 80 kilos de drogas junto a Ariel “Viejo” Cantero, el primer jefe de la banda Los Monos.
En 2015, no regresó de una salida transitoria de la cárcel. Estuvo prófugo durante tres años. En 2019 lo detuvieron en una chatarrería que tenía en la ruta 18.